“La mejora de la condición de la mujer parece, en particular, estrechamente ligada con los progresos que deberían lograrse en el respeto de los derechos humanos, la consolidación de la paz y el establecimiento de relaciones económicas más justas entre las naciones, progresos inseparables de las transformaciones económicas, sociales y culturales que exige el establecimiento de una igualdad efectiva entre los sexos.”

Argelia Laya 


"Llamo a la gente honesta que aún milita en el MAS y a quienes comparten sus políticas ala reflexión para asumir una posición que impida el afán de destrucción de nuestro Movimiento  y de igualarlo a los politiqueros tradicionales que han convertido la política en algo abominable con el único propósito de favorecer sus intereses personales y de grupo en busca de privilegios a su favor y en contra del país, de la mayoría de la gente y de una verdadera democracia.

Me siento comprometida moralmente en la defensa de este proyecto transformador que nos ha costado tanto sacrificio a través de veintiséis años.

A pesar de mis quebrantos de salud estoy dispuesta a aportar en la medida de mis fuerzas para rescatar, relanzar y defender el MAS que Venezuela necesita para el tercer milenio. En nuestras filas y fuera de ellas hay hombres y mujeres, gente de las viejas y las nuevas generaciones para el relevo creador deslastrado de apetencias burocráticas, con honestidad, responsabilidad y solidaridad.

He participado en la política desde hace más de medio siglo, como luchadora social por una democracia verdadera, por la justicia, por la paz, la causa de la mujer y de todos los derechos humanos. Nadando siempre contra la corriente, he podido avanzar al lado de las mujeres y los hombres con quienes he compartido sueños y responsabilidades.

He perseverado en el pensamiento y en la acción tratando de dar el mejor ejemplo posible dentro de mis limitaciones personales como cualquier persona. Me siento triunfadora, no salí jubilada ni cobré sueldo ni privilegios ni del congreso ni de ningún Concejo Municipal a pesar de haber participado como Diputada y Concejal desde 1959 hasta el 93 pues siempre cumplí con dar oportunidad a mis suplentes o suplía al comienzo a quienes tenían mayor experiencia y conocimientos que yo de la política.

Hay compañeras y compañeros que deben recordar claramente que esta posición que hoy asumo públicamente ya la había manifestado internamente hace doce años atrás cuando intenté que aquel liderazgo que entonces protagonizaba la lucha de tendencias entendiera mi gran preocupación al ver que en la vida interna de nuestro movimiento y así mismo en la conducta pública de algunas personas con responsabilidades de liderazgo a diversos niveles, se observaban prácticas semejantes al clientelismo, corrupción, irresponsabilidad, falta de amor, copia fiel de la politiquería tradicional, las cuales nada tenían que ver con el cambio que el MAS se había planteado en sus inicios en 1971 en la búsqueda de una transformación profunda pero progresiva de la sociedad venezolana hacia una democracia verdadera y el socialismo a la venezolana (Art. 1 y 2 de los Estatutos).

Esto fue lo que nos propusimos las mujeres y los hombres de diversas generaciones cuando acometimos audazmente la construcción de un proyecto político, de un proyecto de país para el momento histórico de fines de siglo y comienzos del tercer milenio.

Lo que ocurre hoy en el MAS es un reflejo de la dramática crisis espiritual e ideológica, moral y ética que afecta al mundo político y a los partidos y organizaciones de la sociedad civil donde (salvo honrosas excepciones) gran parte del liderazgo ha protagonizado un comportamiento personalista y autoritario negador de la democracia.

Podemos enfrentar las posiciones y conductas aberrantes de aquellas personas y sectores acomplejados que no han sabido aprovechar las oportunidades que le ha dado el movimiento ni para el crecimiento personal ni para nuevos desarrollos de la política del MAS sino para todo lo contrario.

Ha llegado el momento de romper con la indulgencia ante quienes han convertido al MAS en otro partido igual a los que hemos criticado.

Venezuela nos exige potenciar nuestras fortalezas y erradicar las debilidades que nos impiden asumir nuestro papel en la reconstrucción del país.

Consenso, convivencia  pero no coexistencia con todo aquello que hay que erradicar."

Argelia Mercedes Laya López 
Caracas, enero de 1997















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