"En 835, Teodomiro, obispo de Iria, fue informado por un montañés de que, en una colina cubierta de bosque, a alguna distancia al oeste del monte Pedroso, se advertía por la noche una luz suave, ligeramente azulada, y cuando el cielo no tenía nubes, veíase una estrella de un brillo maravilloso por encima de ese mismo lugar. Teodomiro se dirigió a la colina con todo su clero. Se realizaron excavaciones en el lugar y se hallo, en un sarcófago de mármol, un cuerpo perfectamente conservado que indicios ciertos revelaron como el del apóstol Santiago."

Albert Poisson
Tomada del libro Las Moradas Filosofales de Fulcanelli, página 531


"Las ciencias actuales son hijas de ciencias misteriosas cuyo origen se pierde en la
noche de los tiempos, la alquimia es la madre de la química, la astrología ha
precedido a la astronomía, en la base de las matemáticas se encuentra la cábala y
la geometría cualitativa, en el principio la historia se confunde con la mitología, la
medicina fue enseñada a los hombres por un dios. No se conoce bien una ciencia
sino cuando se sabe su historia. Desde la idea madre que funda la ciencia hasta
nuestros días, ¡cuántos esfuerzos incesantes, cuántos tanteos! Aprovechamos
trabajos de nuestros predecesores despreocupadamente, sin pensar en la suma
enorme de trabajo físico e intelectual que han gastado para despejar el camino.
Muchos han implicado su vida, gastado su fortuna, renunciado a los placeres y a
los honores por amor a la ciencia. ¡Cuántos han muerto mártires afirmando hasta
el último aliento la verdad eterna!. Es el caso de Roger Bacon, perseguido toda su
vida por monjes ignorantes, es la sabia Hipatia lapidada por el populacho de
Alejandría, es Averroes lanzado a la prisión y luego exiliado, por haber insinuado
ideas contrarias al Corán, es Bernardo El Trevisano deshonrado y atormentado
por sus parientes furiosos de verlo gastar su fortuna en investigaciones
alquímicas, es Denis Zachaire asesinado por su primo al cual había rehusado
revelarle el secreto de la piedra filosofal, es Cardan, pobre toda su vida y
moribundo de tristeza, son Perrot y Paracelso, acabando su carrera sobre una
cama de hospital, son Bernardo Palissy y Borri muertos en prisión. Hacer justicia
a esos grandes hombres volviendo a poner sus trabajos a la Luz, haciéndolos
revivir en sus obras, tal ha sido nuestro objetivo. Ahora bien, sus obras sus obras
se han vuelto escasas, las grandes bibliotecas son las únicas que podrían
proporcionar a los investigadores documentos suficientes, pero se sabe cuán
difícil es obtener permiso para trabajar en una biblioteca pública. Por otra parte,
formarse una colección particular es bastante dispendioso y demanda tiempo y
paciencia, a menudo no se encuentra sino después de varios de búsquedas la obra
que se desea; por último la mayor parte de estos tratados están escritos en latín
bárbaro, de un estilo obscuro muy cansador de leer. Todas estas razones nos han
comprometido a publicar estas traducciones."

Albert Poisson
Cinco tratados de alquimia, Prefacio





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