"Mis colegas pierden el tiempo cuando aseguran que los aspectos más complicados y difíciles de este asunto solamente pueden ser comprendidos por aquellos iniciados en los misterios de la secta, puesto que las circunstancias, pese a todo, requieren que el caso sea juzgado en este mundo por jueces que no son brujos.
  Nada consiguen arreglar con decir que el demonio es capaz de esto o aquello, mientras machaconamente repiten la teoría de su naturaleza angélica y hacen referencia a los sabios doctores de la Iglesia. Todo ello resulta aniquilante, ya que nadie ha puesto en duda esas cosas.
  El problema es: ¿Hemos de creer que en tal o cual ocasión determinada hubo brujería, solamente porque los brujos así lo dicen? No, naturalmente, no debemos creer a los brujos, y los inquisidores creo que no deberán juzgar a nadie a menos que los crímenes puedan ser documentados con pruebas concretas y objetivas, lo suficientemente evidentes como para convencer a los que las oyen.
  Mas ¿cómo poder documentar que una persona, en cualquier momento, vuele por el aire y recorra 700 km en una hora; que una mujer pueda salir por un agujero por el que no cabe una mosca; que otra persona pueda hacerse invisible a los ojos de los presentes o sumergirse en el río o en el mar y no mojarse; o que pueda a la vez estar durmiendo en la cama y asistiendo al aquelarre... o que una bruja sea capaz de metamorfosearse en tal o cual animal que se le antoje, ya sea cuervo o mosca? Estas cosas son tan contrarias a toda sana razón que, incluso, muchas de ellas sobrepasan los límites puestos al poder del demonio."

 Alonso de Salazar Frías
Gustav Henningsen
Director de Danish Folklore Archivs, Copenhague 
Traducción de Marisa Rey Henningsen, de la revista History Today, 1980.
Texto de HISTORIA 16 (1982)



"No he encontrado ni un sólo indicio del que se pueda deducir que se ha cometido ningún acto de brujería, ni que hayan asistido a aquelarres, ni participado en ellos, ni infligido daños ni ninguna otra cosa. Esta circunstancia ha venido a reforzar mis anteriores sospechas, a saber, que las pruebas aportadas por los cómplices, sin otras pruebas externas, no son suficientes ni tan siquiera para justificar el encarcelamiento. Además, mi experiencia me ha convencido de que tres cuartas partes o más de las personas que se han acogido al edicto de gracia se han acusado a sí mismas y sus cómplices falsamente. Asimismo, creo que acudirían libremente ante la Inquisición para revocar sus confesiones si creyeran que serían bien recibidas y que no sufrirían ningún castigo, pero temo que mis esfuerzos en este sentido no se han interpretado bien.
(...)
No hubo brujos ni embrujados hasta que se empezó a hablar y escribir de ellos."

Alonso de Salazar y Frías
Tomado del libro de Jesús Callejo, Breve historia de la brujería, página 190-191
















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