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Mi ciudad es perfecta y necesaria para vivir y ser vivida;
sudar porque hay calor en un acto sobrado sobre un cuerpo,
sudar con propiedad sólo es posible
si un cuerpo te enamora la epidermis
y hace que la dermis se transfigure
desde un Renacentismo de sabores
donde puede ocurrir que uno comprenda
esas conversaciones
que suelen sostener a cal y canto:
la pulpa de los albaricoques,
una tajada de melón de agua,
la exótica fragancia que contienen los anones, las guanábanas,
los mamoncillos, el membrillo, la pulpa de las peras
quizás una ciruela o un caimito;
por eso mi ciudad es perfectamente necesaria al cuerpo
a las fractales zonas de mi espíritu,
es necesaria para que yo habite una volátil manera
de sentirme los pulsos y las ganas
sin perderme un instante del proceso que significa
sudar la maravilla de mi cuerpo y otros cuerpos,
saberlos caminar sin rumbo fijo
y sentir el cansancio de haberlos caminado abiertamente
a un júbilo fehaciente
de símbolos y abstractos contra el hueso.
Yo-Yo Ma ejecuta de un modo magistral
la sinfonía sonata número I, en F mayor desde su cello
y Ludwig van Beethoven, como yo,
se emociona por encima de su sorda experiencia,
con los arabescos de esas notas
que este descendiente de raíz china y nacido en París
saca de entre los malabares de sus dedos
y su amor por Manhattan, en la cual tiene, su casi fija residencia
entre contratos y contrastes de rascacielos
o de esas geografías de aviones y de hoteles
adonde le da la vuelta al mundo con la música.
Mi ciudad es sin dudas el perfecto lugar para vivir y ser vivida
desde compases simples o compuestos.

Alina Galliano


Adrenalina en el sabor
               
Adrenalina en el sabor de mangos, te voy a seducir,
envés de esas ausencias de estarle a los contigos,
abecedario deshabitando el marco de vivir al múltiple.
Quiero encontrar espacios que van a fabricarse:
antiquarium a ritmo de presencias en calles por llegar;
quiero imaginarias tiendas, azules adoquines,
cuartos recopilando encantos a tus pasos;
sitios donde comprar miniaturas, relieves o descuidos
dejados por la huella de tu cuerpo, maravillas de olor
que van permeando sin pensarlo siquiera:
tijeras de marfil, vasos, horquillas, brújulas,
abanicos, cartas, peines, memorias de tu pelo.
Quiero comprar al tiempo cosas tuyas, greguerías,
luces que esperan por nacer, itinerarios de tu piel,
pisapapeles, sombrillas con capricho de tus dedos
redefiniendo aguaceros a libertades de una sola sílaba.
Compraría almohadones que contengan siglas de tu dormir
indefinidas zonas donde sabes soñarte la plenitud,
el secreto que mecen los sillones al estrenar tu nuca
o el lenguaje exigente de tu espalda,
cuando cierras los ojos, cuando miras.
Y entregarme de golpe al canistel que vive en tus caderas,
sobre la magia de la lengua abrirte, pulpa dulce,
al júbilo que tiene la saliva: pabellón algebraico
donde habitar alimentando a vértigo orígenes o besos
que como peces rastrean sus querencias polemizando
a irrebatible preferencia los perfiles en peso de tu boca.

Alina Galliano




Como verbena mi boca
               
"Como verbena mi boca
se detiene frente a ella.
Nadie es capaz de conversar
la historia que sin esfuerzo crece
a su secreto de constelaciones.
Quién puede descifrar este gran hábito,
esta manera de encallar el hambre
en la continua furia de los higos;
atómica raíz reconstruyendo el gusto,
desvistiendo presencia entre los dientes.
Y es que cuando te dices,
cuando sin darte cuenta
vas soltando tus risas
desamarrando en pleno todas tus voluntades,
calibrando nocturnos pentagramas,
atmósferas, donde vas preparando
tu doble itinerario,
inexorable arquitectura
con mi yo inagotable, 
sin decírtelo, entonces,
te voy prestando rutas
sitios llenos de únicos,
indómitas ciudades
que nacen a mi cuello
sorprendiendo tu espacio,
mapas para países que pre-existen
despiertos en la alcoba de mis manos
esperando que pases del brazo de otras gentes
enloqueciendo el aire,
redescubriendo a posesión la altura
torre de olor que brota,
para ti, de mis dedos;
tiempo donde tus días por ser,
se vocalizan."

Alina Galliano



El vientre del trópico

 II

 Por semanas enteras he tratado

de sostener

entre saliva y lengua

las posibilidades de un caimito,

pero los dientes

carecen de memoria,

viven en disidencia

con el trópico,

son incapaces de atravesar

los meridianos del sabor, su furia,

que trajinando el paladar

conversa un proyecto de pulpa

en coito perfecto

con mis muelas.

Entonces desde aquí

soy la otra boca,

interminable mutación

que puede lo mismo

que un manglar bordear la Isla,

definiendo los paralelos del olor,

marcando

la zona donde el hambre come espejos.



III

Ya no me acuerdo, no,

cómo los jubos se refugian

en medio del silencio,

entre las fauces de los cocodrilos

perfeccionando el paso de las horas,

acariciando la nuca del terror,

menstruando el trópico,

sosteniendo la Isla

en la corola de los marpacíficos.

Ni puedo como antes, sin pestañear,

mascar todo el relente,

deglutir claridad hasta sentirla

desintegrar en peso la retina.

Ya no me acuerdo, no, si la jutía

en copular voraz de movimiento

despierta el platanal y lo desflora

en esa intensidad de mediodía

donde la mano es incapaz

de atravesar la inercia

para bordear o devorar un cuerpo,

pretendiendo ser lengua en el milagro;

en esa hora donde todo espera

que la sombra reviente a una frescura

para echarse a rodar con la existencia.

Alina Galliano



La orilla del asombro

De una isla

jamás

nadie se escapa,

es como una mujer

de la que nunca

podemos deshacernos

por completo:

su verde

nos retiene abiertamente

fuera de todo amor,

se levanta conmigo

te sorprende

te sigue, sin ayuda

a donde quiera

y te busca, te mira

se te enfrenta

como única manera

de encontrarla

en el filo absoluto

de la espera.

Alina Galliano



"(La poesía) es un gesto creativo de amor integral, por cuanto puedo hablar desde ella en amoroso tacto y mixtura, ya sea al escribir sobre la mitología de una nación o sobre el amor que, generoso, siempre me encuentra en cuerpo y alma a presente y sin condiciones para poder continuar transformándome en un mejor ser humano sobre este planeta"

Alina Galliano


"Las mujeres en mi vida siempre se han constituido como un centro de belleza y sabiduría, ellas alimentan mi espíritu, mi cuerpo, me hablan desde la raíz más atemporal y profunda de la vida y por tanto me transforman y cincelan sin descanso."

Alina Galliano



Se baña frente a mí
               
"Se baña frente a mí caldeando los glaciales
confundiéndole al agua territorios, espejos,
sorprendiendo a las piedras su víscera de musgo
y luego se sumerge de lleno con mis ojos
fabricando sin prisa una estación de lluvia,
un lugar de monzones al Océano Índigo que habita mi deseo,
despertando las fauces de la Cobra a su fuego,
devolviendo a las cosas emplumadas su atmósfera,
el orden de sus cielos, la alegría delirante;
porque vienen al mundo destinatarios, remanente suyos,
maneras de su andar afilando el momento
destrezas milagrosas convirtiendo segundos en frutos
o acaso en novedosas semillas como perlas,
mercaderías, magias que llegan de lo súbito
para aderezar el gusto de una boca exquisita;
tributo, maravilla con que pagar a su rodilla un roce
apresando el peligro perfecto de sus dedos
la privada elocuencia donde existen países,
consonantes e cartas que esperan ser escritas o pensadas;
aturdiendo a los libros: comas, pronunciaciones, adjetivos, artículos
efervescencias únicas reorganizando pronombres al papel,
instantáneas voraces del júbilo que vive entre su puño,
lo mismo que un halcón, seguro de su presa."

Alina Galliano


VII

"Verte como te he visto
tan distante y contigo
tan concentrada en ti
sobre tu forma,
amante sorpresiva
que junto a mí requiere,
casi camina
en timidez su cuerpo;
voracidad de gesto
donde los dedos buscan
su misterio de olor
entre las piernas:
yo me diluyo en tu tensión,
la observo,
casi logro atraparla,
adentrarme a su punto
más irreconocible
y luego tenazmente
te traigo a la pupila,
te sujeto en el punto más
débil de tu cráneo,
absoluto testigo
de tu implacable combustión,
del solitario acto
de amor que te fabrica,
hasta que soy espejo
para que tú te mires
y veas crecer en mí
lo mismo que un reflejo
tu incandescente borde
fuera de todo límite:
no sé bajo qué orquídeas
buscarás mis azogues
cuando la noche en filo
resbale a tus ojeras
o tu espalda despierte
su más letal conciencia
queriendo compartirse y compartirme;
porque hay cosas o gestos
que son inevitables
que siempre nos esperan
frente adentro, lo mismo que un olvido:
y nos reclaman."

Alina Galliano
Del poemario "Detrás de la mirada"




“Yo nací entre los mimos de una casa señorial que habitaba de lleno los sonidos del mar. Yo nací un ser feliz y entre cocuyos me sentaba a contar junto a mi abuela las fases de la luna, el invisible olor de las estrellas y a sentir sin remilgos, la soltura de que me abrazaran de modo sostenido y entre besos. Mi amor por la vida y todos los seres se desprende del hecho de que tres veces he observado la muerte pasar por mi lado, sin miedo a ella y me di cuenta de que Teresa de Ávila y mi abuela Nena tenían mucha razón al haber dicho, pasa por los lugares como si nunca pudieras regresar y enseña tu corazón, siembra la alegría, dile a los seres con los cuales tienes oportunidad de compartir que son un precioso regalo, que su hermosura es irrepetible y que no han pasado por tu lado sin que tú no los vieras y los agradecieras. El vivir solo se borra o monotoniza cuando tú dejas de crecer y valorar el encaje de su cambiante eternidad... Sabes, tengo muchas ganas de irme a ver, a quererme con el mar, quiero sentir cómo su vida me rodea, llenarme la boca con sus olas, navegar cuerpo a cuerpo con su espuma y ponerme en la cabeza una corona de algas marinas. Hace tanto tiempo que no siento entre los dedos de los pies el calor y suavidad de las arenas y mis pasos sienten la orfandad que eso contiene. Entonces me vuelvo a las orillas de mi Pueblo, Campechuela, y hundo mis pies en su mineral y negra arena y busco caracoles o pequeñitas caguaras de color rosa, tesoros que recrean mi visión y la tesitura de mis manos.”

Alina Galliano
En carta dirigida a Aimée G. Bolaños, y que ésta incluyó en Las palabras viajeras (Ed. Betania, 2010)











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