Antes de la caza

"Quiero encontrar el lugar
donde ubicarme.
Entro en la vecindad
de voces que me dicen:
ve a buscarte lejos,
en los andenes de las penas,
ve a ponerte en fila con los astros;
deja el poema un rato,
y reconoce los olmos.
Piensa que ya estorbas y no sirves,
que de grande uno se trastroca
y se consume.

Mamá ya no prepara bien las cenas,
no hay comida hasta después del día.

Ve a buscar el círculo vicioso
que pueda hacerte hombre
en el insomnio de los días.
Vete y no vuelvas
hasta después de la caza."

Xavier Oquendo Troncoso




“El poeta no es monedita de oro.”

Xavier Oquendo Troncoso



"Mi abuelo y mi abuela
tenían un caminar maduro.
Ella, pausada en el galope;
él, acelerado y discurrido.

Caminaban, mirando la última huella
que había dejado el animal de turno.
Ella seguía el paso del hombre
como una secuencia natural.

El río de mi abuelo
y de mi abuela
no se parece al Guadalquivir
ni al Guayas.
Es un río de piedra que desciende
sobre las sendas
que faltan por conocer
y adentrarse.

Mi abuela nada tiene que ver
con la abuela de Perencejo.
Perencejo no tiene esos senderos
ni ese paso seguro y lento.
El abuelo de Fulano
no conoce el camino que mi abuelo guarda
en el bolsillo:
sendero extraviado
entre la menta y el “king” sin filtro
que olían sus pantalones.

Mi abuelo se parece a los astros.
Mi abuela es un astro.
Mi abuelo se parece a mi abuela
y los dos a las estrellas.

Nada tienen del Guayas ni del Guadalquivir.
Ni de los viejos Fulano y Perencejo.
Los miramos
a través de las radiografías de sus huellas.
Miramos sus sendas como esfinges
que heredamos para practicar la fe.
Nada tienen que ver con mis zapatos torcidos.

Caminaron, los dos, el valle hasta la muerte.
Son un río que esconde a las aguas
debajo de las piedras."

Xavier Oquendo Troncoso



"Mi poesía nace en la casualidad y de la casualidad. No vengo de ninguna rama sanguínea que haya cultivado la poesía. Mi casa no tenía una gran biblioteca. Y yo quería ser cantante y pertenecer a un grupo de moda en mi época de adolescente. Como eso era más difícil que ser poeta, entonces ya vez.
Fue un profesor que, cuando yo tenía 14 años, me dijo que había escrito un poema. Yo creí que era una canción, pero quedó en poesía. Desde allí vengo ensayando la poesía y no me he desprendido de ella nunca.
El poeta es una persona con una sensibilidad distinta frente a las cosas, a las personas, al mundo. Eso no quiere decir que su sensibilidad sea mejor o peor que la de nadie, solo hay distinción. Su rol en la sociedad es la de cualquier otra persona progresista: hacer algo por uno y por todos los que amamos, para que el mundo sea mejor."

Xavier Oquendo Troncoso


Sed

"No me pases la sal, samaritana.
En el pozo aún hay agua
sin fermentar.

He llegado sudando desde el monte
y quisiera ver en ti la luz del mar.

La sal, samaritana,
es el lamento del mar
sin naufragar.

El pozo tiene espuma
y es de dulce.

Samaritana,
quiero en tus ojos
ver el mar."

Xavier Oquendo Troncoso


















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