Elogio de la maga

"Cuerpos desesperados del estío.
Con el sexo vibrando en las cigarras;
en úes de torcazas y guitarras
y en las fogatas alumbrando el río.

El ojo que descubre lo prohibido,
el halcón sobrevuela la ventana
y ve el flanco de púber porcelana
o de pura obsidiana.. Combatido

por el dogma, el prejuicio, la costumbre;
la venda, la censura, el anatema,
la letra púrpura, el auto de fe...

Todo por el hechizo y dulcedumbre
de la materia prima del poema...
Que aunque cierres los ojos, sigue en pie..."

Washington «Bocha» Benavides Aliano



"...Hablo de corazones y de gentes, 
de muros derribados y de prosas..."

 Washington Benavides


La revelación

"Deodoro pisó el marco
de la puerta y allí quedó, tieso.
En la penumbra de la sala vislumbró
las visitas: ropas oscuras (faldas)
y, de pronto, (aparecida) vino hacia él
y le besó en la mejilla, una niña
vestida de blanco (zapatos, medias, 
falda) de pelo renegrido (en trenzas)
y ojos como azules.
Deodoro volvía de una -infructuosa- caza
de cardenales, en los talas del cerco.
Ante la niña, se le cayó el frasco de "pega-pega".
La jaulita vacía. Perdió los pies,
el pecho se le hizo humo, se le soltó la cabeza
como un globo con gas. Y si no se volvió,
allí mismo, en el marco de la puerta,
un montoncito de ceniza,
fue porque -todavía- le quedaban dos años
para soñar y despertarse
sudando frío en la madrugada."

 Washington Benavides



Negativo de una canción

"Esa calle es la misma
con la persiana verde
con el jardín sombrío
por las altas paredes
y el piano que malrota
sonatas de Clementi
esa calle es la misma
tiene una gata y tiene
la misma luz de otoño
los árboles de siempre
esa calle
                          no digas
que es la calle de siempre
ni es su jardín rotoso
ni su persiana verde
reseca y carcomida
ni sus viejas paredes
a veces suena un piano
pero muy pocas veces
no es la misma esa calle
que es otra
                       indiferente
sembrada como todas
de pisadas estériles
esa calle
                        no digas
que es la misma
                        no sueñes."

 Washington Benavides



Oído en un teléfono

"El poeta es un apóstata,
inevitablemente. Está
marcado para la apostasía
Su búsqueda incesante
le obligará a colgar
más de una fe en el perchero
(ni a César lo que es del César
ni a Dios lo que es de Dios)
Traspasará las puertas
de marfil 0 de cuerno
las del cofre-fort
las de la cabina telefónica
de la cabina espacial.
Descifrará en el palimpsesto
de los días
otros días que igualmente
fueron o serán suyos.
Traducirá las páginas etruscas
de las muchas realidades. 
El poeta es un apóstata. 
No tiene otra salida. Está
obligado a descubrir
lo que le espera a la vuelta
de la esquina. Y esto no le
acarreará
ni seguridad ni prestigio.
El poeta es un apóstata.
Pelada la última capa de la cebolla
debe imaginar la cebolla
                      platónica
que en un plato -fuera de su alcance-
                      lo espera
para recomenzar el trabajo
de quitarle una a una sus pieles
y encontrarse con otra cebolla
                      reluciente
                      idéntica a un lucero.
El poeta es un apóstata.
Debe serlo. Para acompañar
a los que se atreven por el salón
de los pasos perdidos
a los que conversan con sus sombras
a los que alientan desde una cárcel
la liberación de los hombres.
                        Poesía
                        se llama
                        Apostasía."

 Washington Benavides



Soneto dos al borde del milenio

"¿Cómo te sientes, entre tantas cosas, 
súbitamente, vueltas diferentes? 
Mas, tú no las cambiaste. Si, ominosas 
o justicieras, descubrieron dientes, 

mordiendo, líderes o presidentes; 
ayer cantados bajo palio y rosas. 
Hablo de corazones y de gentes, 
de muros derribados y de prosas. 

Pero ¿están derribados esos muros? 
Mozos de pelo al rape, con cadenas, 
al extranjero invitan al infierno; 

las esvásticas vuelven a los muros, 
arden las sinagogas y colmenas.. 
¿Y tú, cómo te sientes, Posmoderno?"

 Washington Benavides














No hay comentarios: