"… Hace mucho tiempo que sé que nuestro mundo interior es el suelo en el que se arraigan las semillas del arte. Sin esta semilla en la que se oculta la parte mágica de la vida y de la cual puede nacer una obra de arte ... no hay arte, no hay música."

Thomas Alexandrovich de Hartmann



"Soy compositor. La música ha sido siempre para mí el "talento" del Nuevo Testamento, que me fue dado por Dios y que me exige que lo desarrolle y trabaje sobre él sin cesar. Era claro para mí mucho antes de conocer al Sr. Gurdjieff, sin embargo, que para ser capaz de progresar en mi trabajo creativo algo era necesario, algo más grande, o más alto, a lo cual no podía dar un nombre. Sólo si pudiera poseer este "algo", sería capaz de progresar más aún y esperar derivar alguna satisfacción real de mi propia creación, y no sentirme avergonzado de mí mismo. Las palabras de Beethoven a menudo acudían a mi
mente: "La música es una revolución superior a la filosofía o a la ciencia", y siempre recordaba, cuando componía, las maravillosas palabras de un cuento de hadas Ruso:
"Ve — sin saber adonde; trae — sin saber qué; el sendero es largo, el camino, desconocido; el héroe no sabe cómo llegar allí solo por sí mismo; él tiene que buscar la orientación y la ayuda de Fuerzas Superiores. . ."
Así pues mi vida era una búsqueda."

Thomas de Hartmann 

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