"Siempre me atrapa (se refiere a Sócrates), y me hace admitir que mi carrera política es una pérdida de tiempo, mientras que todo lo que importa es justamente lo que yo más descuido: mis defectos personales, que claman a voces por una mayor atención...
Os lo juro, cuando empieza a hablar, me siento fuera de mí mismo: mi corazón empieza a saltar en mi pecho, las lágrimas corren por mi rostro...
No sé si alguno de vosotros le ha visto cuando está realmente serio. Pero yo, una vez, le cogí cuando estaba abierto como las estatuas de Sileno, y tuve una vislumbre de las figuras que guarda ocultas en su interior: eran tan divinas, tan brillantes y hermosas, tan completamente asombrosas, que ya no tuve opción: tenía que hacer lo que él me dijera."

Alcibíades Clinias Escambónidas
Platón en el Banquete
Tomada del libro En defensa de Dios de Karen Armstrong, página 100-102

No hay comentarios: