“A menudo tenemos que apartarnos del lenguaje para pensar claramente.”

William Wordsworth


“Adéntrate en el conocimiento de las cosas. Permite que la Naturaleza sea tu Maestra.”

William Wordsworth



Agua, puro elemento...

"Agua, puro elemento, dondequiera abandonas
tu mansión subterránea, hierbas verdes y flores
de brillante color y plantas con sus bayas,
surgiendo hacia la vida, adornan tu cortejo;
y en el estío, cuando el sol arde, veloces
insectos resplandecen y, volando, te siguen.
Si falta tu bondad, resuella el bosque, y ciervo
y cierva y cazador con su venablo, juntos
languidecen y caen. No deja de sentirse
en el alma turbada tu benigna influencia;
y tal vez en la entraña marmórea de la tierra,
donde sufren tormento espíritus que lloran
gracia y bondad perdidas, tus murmullos apagan
su angustia ya los tuyos mezclan sus dulces cantos."

William Wordsworth


"Ahora, mientras los pájaros cantan alegres melodías y los pequeños corderos retozan como si bailaran al son de un tambor, a mí me invade la pena: un lamento me brindó alivio pasajero y ahora recobro la fortaleza. Desde arriba, resuenan las trompetas de las cascadas, un dolor mío no enturbiará otra vez la primavera. Oigo los ecos que retumban en las montañas, el viento llegan hasta mí desde valles de ensueño y mi mundo interior se vuelve feliz. La tierra y el mar se entregan a la felicidad, y a mediados de mayo cada animal se siente alegre. ¡Tú, hijo de esa alegría, grita a mi alrededor, quiero oírte gritar, oh, pastor feliz!"

William Wordsworth
Inglaterra



“… ¡Amada libertad! ¿Y de qué sirve
si no es don que consagra la alegría?..”

Wordsworth




“Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba. Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no debemos afligirnos, porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo…”

W. Wordsworth



“… ¿Crees, en el mundo infinito
de estos seres que hablan sin verbo,
que nada vendrá por sí mismo
y que siempre buscar debemos?…”

Wordsworth



"Cuando desganados y hastiados del afanoso ajetreo del mundo,
Y cansados de sus goces, nos separamos de aquello
Que durante mucho tiempo juzgamos lo mejor de nosotros,
¡Cuán agradable y sana es la soledad!"

Wordsworth



"Cuando medito a solas en el hombre, en la naturaleza, en esta vida, veo alzarse ante mí series de imágenes que acompaña un resquicio de delicia pura, sin mezcla de tristeza. Y soy consciente de afectuosos pensamientos y de gratos recuerdos que sosiegan el alma que desea sopesar el bien y el mal en nuestra condición. A estas emociones -sobrevengan por una circunstancia sólo externa o de un impulso propio del espíritu- quisiera dedicar copiosos versos."

Wordsworth


"Del hombre, el corazón humano y la vida humana."

Wordsworth


“Desde arriba, resuenan las trompetas de las cascadas,
un dolor mío no enturbiará otra vez la primavera…”

Wordsworth


"El agua se ondeaba, pero ellas mostraban una más viva alegría. ¿Cómo, si no feliz, será un poeta en tan clara y gozosa compañía?"

William Wordsworth


“El niño es el padre del hombre.”

W. Wordsworth


“… el pequeño montículo habla por sí mismo:
allí descansa un niño
protegido por un túmulo, tumba de su madre.”

Wordsworth



"El sufrimiento es siempre lóbrego y triste,
tiene el carácter de lo infinito."

Wordsworth


Ella era un fantasma del deleite

Ella era un fantasma del deleite
cuando por vez primera la vi,
ante mis ojos resplandeciente:
una adorable aparición enviada;
para adornar un instante;
Sus ojos eran como estrellas del creúsculo,
Y del ocaso también sus cabellos oscuros.
Pero todo el resto de ella
provenía de la primavera y su alegre amanecer;
una forma danzante, una imagen radiante
para acosar, sobresaltar y acechar.
La observé más de cerca: un espíritu
¡pero una mujer también!
Leves y etéreos sus movimientos de hogar,
Y su paso era de virginal libertad;
Un semblante en el que se contemplaban
dulces recuerdos, y promesas también;
para cotidiano alimento del ser,
para dolores fugaces, engaños simples,
alabanzas, reproches, amor, besos, lágrimas sonrisas.
Ahora veo con ojos serenos
el mismo pulso de la máquina;
un ser respirando un aire meditado,
una peregrina entre la vida y la muerte,
la razón firme, la templada voluntad,
paciencia, previsión, fuerza y destreza.
Una mujer perfecta,
noblemente planeada para advertir,
para consolar, y ordenar.
Y aún así un espíritu que resplandece
con algo de luz angelical.

Wordsworth


"En la hora tranquila, cuando descansa la pasión,
acumula reservas de sabiduría en tu corazón."

Wordsworth


"Estas formas bellas, después de una larga ausencia, no han sido para mí como un paisaje para el ojo de un ciego: con frecuencia, en habitaciones solitarias, y en medio del estrépito de pueblos y ciudades, yo les debo en horas de cansancio dulces sensaciones, experimentadas en la sangre, y sentidas en la profundidad del corazón, que recorrían el área más pura de mi conciencia como un plácido reconstituyente; sentimientos, además, de inolvidable placer, de una clase que quizá provoquen algo más que una ligera o trivial influencia sobre la mejor porción de la vida de un buen hombre: sus pequeños, anónimos, olvidados, actos de amabilidad y de amor. En nada inferiores, confío, a esos que puedo considerar otro regalo de aspecto más sublime; ese bendito estado en el que se alivian el yugo del misterio, y el peso y la fatigosa carga de todo este mundo incomprensible; ese sereno y bendito estado, en el que suavemente nos guían los afectos, hasta que con el aliento de nuestro esqueleto corpóreo, con el movimiento de nuestra sangre humana casi suspendido, nos abandonamos al sueño del cuerpo y nos convertimos en un alma viviente: y con un ojo fijo en el poder de lo armónico y en el profundo poder de la alegría, vemos dentro de la vida de las cosas."

William Wordsworth
La abadía de Tintern


“Habló de amor, tal amor como sólo puede el espíritu sentir
en mundos cuyo curso es tranquilo y puro;
no hay temores que combatir, ni heridas que, restañar,
no se añora el pasado y el' futuro- es cosa segura;
allí seremos testigos de un segundo nacimiento,
de todo lo que es más perfecto en la tierra
de todo lo que más bello imaginarse pueda
de belleza feliz; de arroyuelos cristalinos,
de un éter más vasto, de un aire más divino,
campos revestidos de purpúreos matices ...”

Wordsworth



"Hay hombres de tal frialdad que son capaces de estudiar botánica sobre la tumba de su madre."

Wordsworth







"¡Imaginación! Te alzas por ti misma
ante la vista y la marcha de mi canción
como un vapor no engendrado. Aquí ese Poder,
con toda la fuerza de sus talentos, pasó
a través de mí, y me perdí como en una nube..."

Wordsworth

  

“La flor más pequeña, al abrirse, despierta en mi frecuentemente pensamientos demasiado profundos que me atormentan.”

Wordsworth
  

"La tierra y el mar se entregan a la felicidad, y a mediados de mayo cada animal se siente alegre. ¡Tú, hijo de esa alegría, grita a mi alrededor, quiero oírte gritar, oh, pastor feliz!" 

Wordsworth



Las mesas se volcaron


"¡Arriba! ¡Arriba! Amigo, aclara tu mirada.
¿Por qué afanarse tanto?
¡Arriba! ¡Arriba! Amigo, y deja ya tus libros,
o has de volverte loco.
El sol, sobre la cima alta de la montaña,
un suave lustre fresco,
ha extendido por todo el amplio campo verde
su primera dulzura en la tarde amarilla.
¡Libros! Son una lucha aburrida y sin fin.
Ven, amigo, y escucha al verderón del bosque.
¡Qué música más dulce! ¡Cuánta sabiduría hay en él,
por mi vida!
¡Escucha! ¡Cuán alegre es el canto del tordo,
orador nada ruin!
Acércate a la luz de las cosas y deja
que la Naturaleza sea la que te enseñe.
Ella alberga un tesoro de riquezas dispuestas
para bendecir nuestros corazones y mentes,
un saber espontáneo que respira salud,
una verdad inspirada que respira alegría.
Un impulso del bosque en primavera puede
enseñar más del hombre,
de la moral del bien y del mal, que los sabios
mejores reunidos.
Es precioso el saber de la Naturaleza.
La mente, entrometida,
desfigura las formas hermosas de las cosas.
Las matamos primero, luego las disecamos.
Basta de ciencia y de arte; cierra esas hojas yermas.
Ven hacia aquí trayendo contigo un corazón
que mire y que reciba."

Wordsworth




"Las sombras de la prisión comienzan a cerrarse
sobre el niño que crece,
pero él contempla la luz
y ve, en su felicidad,
la fuente de donde emana."

Wordsworth




Mi corazón da un brinco...

"Mi corazón da un brinco cuando observo
el iris en el cielo:
así fue, igual, al empezar mi vida,
así es ahora cuando soy un hombre,
así será cuando me vuelva un viejo,
¡o dejadme morir!
El Niño es padre del Hombre:
ojalá mis días estuvieran vinculados
por natural piedad unos con otros."

Wordsworth
  

"No deja de sentirse en el alma turbada tu benigna influencia; y tal vez en la entraña marmórea de la tierra, donde sufren tormento espíritus que lloran gracia y bondad perdidas, tus murmullos apagan su angustia ya los tuyos mezclan sus dulces cantos." 

Wordsworth


"No era ficción de tiempos remotos: una piedra de azul celeste, al fondo del barranco sin sol, muestra aún claramente las pisadas que los pequeños elfos, en la escena pulida dejaron, al danzar con brillante cortejo (... )" 

Wordsworth





"¡No permanezcas a mis ruegos muda! Que estoy más desolado que, en su nido, el ave a la que cubre blanca nieve." 

Wordsworth


"Nuestro destino, el centro y hogar de nuestro corazón, está en el infinito, y sólo allí."

Wordsworth



"Nuestro nacimiento no es sino un sueño y un olvido;
el alma que apunta con nosotros, la estrella de nuestra vida,
tuvo en otro lugar su principio
y viene de lejos sin ser una perfecta desmemoriada
ni estar totalmente desnuda;
acompañados por nubes de gloria,
venimos del empíreo, que es nuestra morada."

Wordsworth




"Nutre mi alma en libertad y puros pensamientos: sea entonces tu amor mi guía, alivio y esperanza." 

Wordsworth


Oda a la inmortalidad

Aunque el resplandor que
en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.

Aunque mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
Que en mi juventud me deslumbraba

Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la yerba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo…

En aquella primera
simpatía que habiendo
sido una vez,
habrá de ser por siempre
en los consoladores pensamientos
que brotaron del humano sufrimiento,
y en la fe que mira a través de la
muerte.

Gracias al corazón humano,
por el cual vivimos,
gracias a sus ternuras, a sus
alegrías y a sus temores, la flor más humilde al florecer,
puede inspirarme ideas que, a menudo
se muestran demasiado profundas
para las lágrimas."

Wordsworth



Oda al Deber


"¡Hija severa de la Voz de Dios!
¡Oh, Deber! Ama ese nombre
que es una luz para guiarte, una vara
para poner a prueba la dispersión y el error."

Wordsworth




Oda: Insinuaciones de inmortalidad de temprana infancia

IX

"¡Júbilo! ¡En tus rescoldos
todavía hay algo que vide,
y la naturaleza aún recuerda
aquello que fue tan fugitivo!
Pensar en nuestros años pasados despierta en mí
una bendición perpetua: que no se dirige
hacia lo más digno de veneración:
el regocijo y la libertad, el credo simple
de la infancia, cuando se mueve o descansa,
con la esperanza recién desplegada todavía agitándose en su pecho:
no es por todo esto que yo elevo
mi canto de agradecimiento y alabanza;
sino por esas obstinadas interrogaciones
sobre el sentido y las cosas fuera de nuestro alcance,
porque lo que se desprende de nosotros, se desvanece;
por los miedos confusos de una criatura
que se desplaza por mundos que todavía no se han realizado,
instintos elevados ante los cuales
temblaba nuestra naturaleza mortal
culpable, sorprendida;
por esos primeros efectos,
esos recuerdos imprecisos
que, fuesen lo que fuesen,
no han dejado de ser la fuente de luz de nuestros días,
la luz maestra de cuanto alcanzamos a ver;
que nos sostiene y acoge, y tiene poder suficiente para
convertir nuestros ruidosos años en instantes del ser
del silencio eterno; verdades que despiertan
para no morir nunca;
¡que ni la apatía, ni los esfuerzos excesivos,
ni el hombre ni el muchacho,
ni todo cuanto está enemistado con la alegría
puedan suprimirlo ni destruirlo por completo!

Que durante las estaciones de clima más sosegado
aunque estemos alejados, tierra adentro
tengan nuestras almas una visión de ese mar inmortal
que nos trajo hasta aquí,
puedan en un instante viajar allá,
y ver a los niños jugar cerca de la orilla,
y oír a las poderosas aguas correr eternamente."

Wordsworth



"¡Oh ruiseñor! Tú eres de ardiente corazón: tus notas nos penetran, nos penetran, tumultuosa, indómita armonía. Cantas como si el dios del vino te dictara un mensaje de sátira amorosa: una canción de burla y de desprecio a la sombra, al rocío y a la noche callada y a la ventura firme y a todos los amores que descansan en esos tranquilos bosquecillos."

Wordsworth


"Para comenzar, comienza."

Wordsworth



¿Por qué estás silenciosa?

¿Por qué estás silenciosa? ¿Es una planta
tu amor, tan deleznable y pequeñita,
que el aire de la ausencia lo marchita?
Oye gemir la voz en mi garganta:

Yo te he servido como a regia Infanta.
Mendigo soy que amores solicita…
¡Oh limosna de amor! Piensa y medita
que sin tu amor mi vida se quebranta.

¡Háblame! no hay tormento cual la duda:
Si mi amoroso pecho te ha perdido
¿su desolada imagen no te mueve?

¡No permanezcas a mis ruegos muda!
que estoy más desolado que, en su nido,
el ave a la que cubre blanca nieve.

Wordsworth



"¿Qué hogar me acogerá? ¿Entre qué valles tendré mi puerto? ¿Bajo qué arboleda construiré mi morada? ¿Qué hondo río me dará la canción de su murmullo? La tierra está ante mí. Con corazón alegre y sin temer la libertad."

Wordsworth




"Quien lleva música en el corazón realiza las tareas diarias con los pies ocupados cuando recorre los oscuros caminos de la discusión, ya que su alma secreta repite un cántico sagrado. Serenos y brillantes serán nuestros días, y feliz será nuestra naturaleza cuando el amor sea una luz infalible y en la alegría esté su seguridad."

Wordsworth


“Solo juzga bien aquel que pesa y compara, y cuando su voz ha de pronunciar la sentencia más dura, no abandona la caridad.”

Wordsworth


Sorprendido por la alegría

Sorprendido por la alegría, impaciente como el viento,
me volví para emprender el regreso.
¿Y con quién, excepto contigo,
enterrada en lo profundo del silencioso sepulcro,
en ese lugar que ninguna vicisitud puede perturbar?
El amor, el amor fiel, en mi mente te recordó,
¿pero cómo pude olvidarte? ¡A través de qué poder,
aún en la más insignificante división de una hora,
me ha engañado, vuelto ciego, ante mi peor pérdida!
Fue el peor dolor que la tristeza alguna vez transportó,
salvo uno, solo uno, cuando me sentí destruido
sabiendo que el tesoro sin igual de mi corazón ya no existía;
que ni el tiempo presente, ni los años no nacidos,
podrían devolver a mi vista ese rostro celestial.

Wordsworth


Tintern Abbey

"¡Cinco años ya, cinco veranos largos
como largos inviernos! De nuevo oigo
estas aguas rodar desde su fuente 
con un suave murmullo. Otra vez veo
estos riscos abruptos y empinados,
que en un lugar salvaje y solitario
sugieren el retiro más profundo
y conectan el cielo y el paisaje.
Llega el día y reposo aquí de nuevo
bajo este oscuro sicomoro y miro
estas manchas de chozas y de huertos 
que, en la estación, sin madurar sus frutos,
se visten de un matiz verde, y se pierden
entre sotos y bosques. Veo de nuevo
estos setos, más bien breves hileras
de bosque juguetón hecho silvestre;
granjas, hasta la misma puerta, verdes,
y espirales de humo entre los árboles, 
que se eleva en silencio. Con dudosa
vigilancia, según puede esperarse 
de errantes moradores de los bosques
o de algún ermitaño que, en su cueva,
se sienta solitario junto al fuego.

Estas formas, en una larga ausencia,
no han sido para mí como un paisaje
a los ojos de un ciego; con frecuencia
en espacios aislados y entre el ruido
de pueblos y ciudades, me han traído
en horas lasas sensaciones dulces, 
sentidas en la sangre y aun pasadas
del corazón hasta la misma mente,
con un tranquilo alivio; sentimientos
de placer olvidado, quizá tales
como tener influjo no liviano
en la vida mejor de un hombre bueno, 
sus pequeños, sin nombre, y olvidados
actos de amor y de bondad. No menos
a ellas debo otro don aun más sublime;
ese bendito humor en el que el peso
del misterio, la carga áspera y dura 
de este ininteligible mundo todo,
se ilumina; ese humor bueno y sereno
en el que los afectos nos conducen
casi a la suspensión de nuestro aliento
e incluso del fluir de nuestra sangre,
nos echamos dormidos en el cuerpo
y somos un espíritu viviente, 
mientras, con ojos hechos a la calma
por el poder de la armonía y el gozo,
escrutamos la vida de las cosas. 

Si esto es vana creencia, sin embargo,
a oscuras o a la triste luz del día
en sus múltiples formas, cuántas veces, 
cuando la inútil y molesta brega,
y la fiebre del mundo están pendientes
del palpitar del corazón, mi mente
ha vuelto a ti, silvestre Wye, que vagas
a través de los bosques, cuántas veces
he vuelto a ti en espíritu. 
                                    Y ahora,
con chispas de muy tenues pensamientos,
con recuerdos borrosos y apagados, 
y una perplejidad un poco triste,
la imagen de la mente resucita, 
mientras estoy aquí de pie, sintiendo
no sólo el gran placer presente, sino 
que en este instante hay vida y alimento
para futuros años. Y así espero,
aunque distinto del que fui, sin duda,
cuando llegué primero a estas colinas;
cuando saltaba, corzo, en las montañas,
junto a ríos profundos, junto a arroyos,
con la naturaleza como guía;
más como hombre que escapa a lo que teme
que el que busca las cosas que él amaba. 
Pues la naturaleza entonces era
(idos todos los ásperos placeres
de la niñez y sus alegres brincos)
para mí todo en todo. Yo no puedo
pintar lo que era entonces. Me atraía
la rugiente cascada. La alta roca,
la montaña y el hondo, oscuro bosque,
sus colores y formas me incitaban
un deseo, un amor y un sentimiento
que no necesitaba de otro encanto
del pensamiento, ni interés alguno
salvo el de la visión. Pasó ese tiempo,
y ya no están sus goces dolorosos
y sus éxtasis locos. No por esto
me duelo, ni murmuro, que otros dones
han seguido a esa pérdida; los creo
recompensa abundante. He aprendido
a ver el mundo, no como en la hora
de alegre juventud, sino escuchando
la suave y triste música del hombre,
sin asperezas, aunque con poderes
de castigar y someter. Y siento
una presencia que me mueve al goce
de nobles pensamientos, un sentido
de algo que está unido fuertemente,
cuyo albergue es la luz de los ocasos,
y el arqueado mar, y el aire vivo,
y el cielo azul, y la razón del hombre;
una moción y espíritu que impulsa
a los seres pensantes y pensados 
y que rueda a través de toda cosa.
Por tanto soy amante todavía
de praderas, y bosques, y montañas;
y de todo cuanto hay que conozcamos
en esta tierra verde; del gran mundo
del oído y la vista, que crean ambos
lo percibido. Reconozco a gusto
en la naturaleza y los sentidos
el ancla de mis más puras ideas,
la guía y el guardián de mis afectos,
y el alma de mi ser moral entero.

Ni por azar, aun no aprendido esto,
decaería mi talante afable,
porque tú estás conmigo en las orillas
de este río, mi más querida amiga, 
querida amiga, y en tu voz percibo
el resonar de mi pasión antigua;
leo en la luz de tu mirar salvaje
mis placeres antiguos. ¡Aún un poco
pueda yo ver en ti lo que yo fuera, 
querida hermana! Y hago esta plegaria
sabiendo ya que la naturaleza
nunca traiciona el corazón que la ama;
es privilegio suyo conducirnos
de goce en goce en toda nuestra vida;
pues puede así inspirar la mente nuestra,
así inculcar tranquilidad, belleza,
y alimentar los altos pensamientos,
de modo tal que ni las malas lenguas,
ni juicios imprudentes, ni sarcasmos
egoístas, ni hipócritas saludos,
ni el triste curso de la vida diaria
prevalezca jamás contra nosotros
o nuestra alegre lealtad perturbe,
que todo aquello que miramos lleno
está de bendiciones. ¡Que la luna
te alumbre en tu paseo solitario;
que los brumosos vientos de montaña
te soplen en el rostro, y otros años,
cuando estos locos éxtasis maduren
en un sobrio placer, cuando tu mente
sea mansión de toda forma amable,
tu memoria será como un albergue
para todos los sones y armonías!
¡Si el miedo, o el dolor, o el estar sola
reclaman su porción, con qué alegría
te acordarás de mí y de mis consejos!
¡Y si estuviera donde ya no pueda 
oír tu voz ni ver en tu mirada
reflejos de mi ayer, recuerda entonces
que a orillas de esta plácida corriente
hemos estados juntos, que, devoto
de la naturaleza, aquí me vine
tenaz en su servicio; mejor dices
con un ardiente amor, con hondo celo
del más sagrado amor. Recuerda entonces
que, tras mucho vagar y mucha ausencia,
estos abruptos bosques y altos riscos 
y este paisaje pastoral los amo
también por la presencia tuya en ellos!"

Wordsworth


"Una profunda angustia ha humanizado mi alma."

Wordsworth


“Unió a su hermosa obra la Naturaleza
el alma humana que traspasome;
y mi corazón sufre mucho cuando piensa
en lo que el hombre ha hecho del hombre.”

Wordsworth



"Vivimos por la admiración, la esperanza y el amor
y cuando están cimentadas firme y sabiamente,
nos elevamos con la dignidad del ser."

Wordsworth




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