"A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces hay que saber decidir por las más hermosas."

Maurice Maeterlinck


“Aprendamos a esperar siempre sin esperanza; es el secreto del heroísmo.”

Maurice Maeterlinck


“Cada una de tus sonrisas me quita el peso de un año.”

Maeterlinck



"Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que aún no conocía."

Maeterlinck



“Cada vez que perdemos el ánimo, perdemos muchos días de nuestra vida.”

Maeterlinck



Campanas de vidrio

¡Campanas de vidrio!
¡Extrañas plantas por siempre al resguardo!
¡Mientras el viento agita afuera mis sentidos!
¡Valle interior por siempre inmóvil!
¡Y la calidez brotando al mediodía!
¡Y las imágenes entrevistas a flor de vidrio!

¡No las arranquen!
¡Muchas fueron plantadas bajo antiguos claros de luna!

Vean a través de sus hojas:
Quizá un vagabundo esté ocupando el trono,
Corsarios esperan en un estanque,
Y parece que seres antediluvianos están por invadir la ciudad.

Las plantaron sobre antiguas nieves. Las plantaron sobre antiguas lluvias.
(¡Piedad, piedad de la atmósfera florecida!)
Escucho que celebran una fiesta un domingo de carestía.
Hay un puesto de atención de enfermos en el lugar de la cosecha,
Y todas las hijas del rey corren, en un día de ayuno, a través de la pradera.   

¡Miren, miren sobre todo las que destacan al horizonte!
¡Nos protegen con esmero de las más antiguas tormentas!
¡Oh, debe haber en alguna parte una enorme flota sobre un pantano!
¡Creo que los cisnes han incubado cuervos!
(Apenas se puede ver a través de la humedad)

¡Una virgen riega los helechos con agua tibia!
¡Un grupo de niñas contempla al eremita en su celda!
¡Y mis hermanas se durmieron al fondo de una gruta venenosa!

¡Aguarden la luna y el invierno
Sobre estas campanas dispersas sobre el hielo!

Maeterlinck


Canción

Ellos me anunciaron,
(Hijo, tengo miedo),
Ellos me anunciaron
Que él iba a partir… 

Mi luz encendí,
(Hijo, tengo miedo),
Mi luz encendí,
Y me aproximé... 

En la primer puerta,
(Hijo, tengo miedo),
En la primer puerta
La llama tembló… 

Luego, en la segunda,
( Hijo, tengo miedo )
Luego, en la segunda,
La llama me habló… 

En la tercer puerta
(Hijo, tengo miedo)
En la tercer puerta
La luz se apagó.

Maeterlinck


“Comer carne endurece y embrutece al hombre. Comer frutos le espiritualiza.”

Maeterlinck



“Creen que no pasará nada porque cerraron la puerta.”

Maeterlinck


“Cuando ponemos en marcha nuestro reloj, ¿es tiempo lo que creamos o la hora de la muerte lo que alimentamos?”

Maeterlinck



"Cuando se es feliz es cuando hay que tener más miedo; nada amenaza tanto como la felicidad."

Maeterlinck


"Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido."

Maeterlinck



"De todas maneras, raras veces se equivocará el que se pone como deber primero quitarle un sufrimiento al más débil para cargarlo sobre sí mismo."

Maeterlinck


“Digámoslo de una vez: No trata de evitar el dolor, porque el dolor es inevitable; se trata de escoger las consecuencias.”

Maeterlinck


Deseos invernales

"Lloro los labios ya gastados
donde los besos no han nacido,
y los deseos abandonados
sobre dolores abatidos.
La nieve cubre el arenal.
De cielo gris, es duro el ceño.
Y en el alcázar de mis sueños
lobos que rondan el umbral,
y observan en mi alma cansada,
mirando aquello que pasó,
toda la sangre derramada
por el cordero que se heló.
Sólo alumbra la luna errante,
con su tristeza siempre igual,
en la helada hierba invernal,
mis ansias, de hambre agonizantes."

Maeterlinck


"Día llegará –y muchas cosas anuncian en efecto que el tal día se acerca–, en que puedan ser percibidas nuestras almas sin el grosero intermediario de los sentidos."

Maeterlinck




“El Amor Materno: No, esta de hecho de besos, de miradas, de caricias. Cada beso que se da añade en él un fulgor de luna o de sol.”

Maeterlinck


"El anciano.- No se sabe... ¿Se sabe nunca algo?... Acaso era de las que no quieren decir nada, y cada uno lleva en sí mismo más de una razón para no vivir... No vemos dentro del alma como vemos en esa habitación. Todas son así... No dicen más que cosas indiferentes, y nadie sospecha nada... Vivimos meses y meses al lado de alguien que ya no es de este mundo y cuya alma ya no puede inclinarse; le respondemos sin pensar en ello, y ved lo que sucede... Parecen muñecas inmóviles, y en su corazón suceden tantos acontecimientos... Ni ellas mismas saben lo que son... Hubiera vivido como viven las demás... Hubiera dicho hasta el día de su muerte: “Señor, Señora”, “¿Lloverá esta mañana?”; o “Vamos a almorzar; seremos trece a la mesa”; o “La fruta no ha madurado todavía”. Hablan sonriendo de las flores que se han caído, y lloran en la oscuridad... Ni un ángel vería lo que es preciso ver, y el hombre no comprende hasta después... Ayer noche estaba ahí bajo la lámpara, como sus hermanas, y si esto no hubiese sucedido, no las veríamos como hay que verlas... A mí me parece que las veo por primera vez... Hay que añadir algo a la vida ordinaria antes de poder comprenderlas... Están a nuestro lado, nuestros ojos no se apartan de ellas, y no las vemos hasta el momento en que se marchan para siempre... y, sin embargo, ¡qué alma tan extraña debió de tener!; un alma pobre, ingenua, inagotable, ¡hija mía!, si dijo lo que debe haber dicho, si ha hecho lo que debe haber hecho...
El forastero.- En este momento sonríen en silencio
en la habitación.
El anciano.- Están tranquilos... No la esperaban esta noche...
El forastero.- Sonríen sin moverse... Pero el padre se pone un dedo en los labios...
El anciano.- Señalan al niño, que se ha dormido sobre el corazón de su madre...
El forastero.- No se atreven a levantar los ojos por miedo a turbar su sueño.
El anciano.- Ya no trabajan... Reina un gran silencio.
El forastero.- Han dejado caer la madeja de seda blanca...
El anciano.- Miran al niño...
El forastero.- No saben que otros los están mirando...
El anciano.- También a nosotros nos miran...
El forastero.- Han levantado los ojos...
El anciano.- Y, sin embargo, no pueden ver nada...
El forastero.- Parecen felices, y sin embargo... ¿qué sabemos?...
El anciano.- Creen estar seguros... Han cerrado la puerta, y los postigos tienen barras de hierro... Han asegurado los muros de la casa vieja; han puesto cerrojos a las tres puertas de encina... Han previsto todo lo que se puede prever...
El forastero.- Habrá que acabar por decírselo... Podría venir alguien a anunciárselo bruscamente... Había una multitud de aldeanos en la pradera donde está la muerta... Si uno de ellos llamase a la puerta...
El anciano.- Marta y María están al lado de la muerta. Los aldeanos iban a hacer unas angarillas con ramaje, y he dicho a la mayor que venga a avisarnos a toda prisa en el momento en que se pongan en marcha. Esperemos a que venga; me acompañará... No hubiéramos debido mirarlos así... Creí que no había más que llamar a la puerta, entrar sencillamente, buscar alguna frase, y decir... Pero los he visto vivir demasiado tiempo a la luz de su lámpara."

Maurice Maeterlinck
Interior



"El dolor es el alimento esencial del amor; cualquier amor que no se haya nutrido de un poco de dolor puro, muere.”

Maeterlinck


"El hombre más feliz es el que mejor conoce su felicidad; y el que mejor la conoce es el que más hondamente sabe que la felicidad sólo está separada de la desgracia por una idea humana, alta, infatigable y valiente."

Maeterlinck


“El miedo a la muerte es la única fuente de las religiones.”

Maeterlinck




"El pasado siempre está presente."

Maeterlinck


“El primero de nuestros deberes es poner en claro cuál es nuestra idea del deber.”

Maeterlinck



“El sentido común es el mismo instinto de la verdad.”

Maeterlinck



“El silencio es el sol que madura los frutos del alma.”

Maeterlinck


"El silencio es el verdadero lenguaje de las almas."

Maeterlinck



“¡Ella te ha visto, te ha visto! Hacia ti viene tendiéndote los brazos. ¡Es la Alegría de tu madre, es la Alegría-sin-igual-del-amor-materno!”

Maeterlinck



“En cada encrucijada del sendero que lleva al futuro, la tradición ha colocado diez mil hombres para custodiar el pasado.”

Maeterlinck


"En el fondo, tanto en la teología y mitos antesocráticos como en las teologías y mitos de las religiones que les precedieron, no hay infierno ni paraíso. En los subterráneos del Hades, lo mismo que en las praderas de los Campos Elíseos, no están sino las sombras, los manes astrales, los dobles egipcios, los restos inconscientes de nuestros desencarnados. Los instrumentos de suplicio o los enseres de su desvaída felicidad no son sino piezas de identidad, por cuyo medio, como los borrosos interlocutores de nuestros espiritistas, prueban a darse a conocer. Aquí, lo mismo que en la India, no es el infierno un lugar, sino un estado del alma después de la muerte. Los manes no sufren castigos en la penumbra, sino que siguen viviendo allí del reflejo de su vida anterior. Tántalo padece sed, arrastra Sísifo su peña, se extenúan las danaides colmando un tonel sin fondo, esgrime Aquiles su lanza, enarbola su vara Ulises, y Hércules tiende su arco, sus vanas efigies repiten hasta lo infinito, los gestos memorables o habituales de su terrenal existencia; pero el espíritu imperecedero, el alma inmortal, no está allí, sino que se purifica y obra en otra parte, en otros cuerpos, en la larga senda invisible que la retorna a Dios."

Maurice Maeterlinck
El gran secreto



"En la colmena, el individuo no es nada, no tiene más que una existencia condicional, no es más que un momento indiferente, un órgano alado de la especie. Toda su vida es un sacrificio total al ser innumerable y perpetuo del que forma parte. Es curioso observar que no siempre fue así. (...) Todo indica que no es la reina, sino el espíritu de la colmena, quien decide la enjambradura. ¿Cómo todos los ángulos de los rombos coinciden siempre tan mágicamente? ¿Quién les dice que empiecen aquí y terminen allí? Es uno de los misterios de la colmena. La mayor parte de los seres tienen el sentimiento confuso de que un azar muy precario, una especie de membrana transparente, separa la muerte del amor, y de que la idea profunda de la Naturaleza quiere que se muera en el momento en que se transmite la vida."

Maurice Maeterlinck
La vida de las abejas



"Entre las plantas acuáticas figura como la más romántica la Vallisneria, esa hidrocaridea, cuyos desposorios forman el episodio más trágico de la historia amorosa de las flores. La Vallisneria es una hierba harto insignificante, desprovista de la gracia encantadora del nenúfar, especie de loto europeo, o de otras flores subacuáticas, de airosa cabellera; pero la Naturaleza se ha complacido en expresar en ella una hermosa idea. Toda la existencia de la ínfima planta se desarrolla en el fondo de las aguas, en una especie de somnolencia, hasta el momento nupcial, en que vive una vida nueva. Entonces la flor femenina desenrolla lentamente la larga espiral de su pedúnculo, sube, emerge de las aguas y se abre y extiende por la superficie del estanque. De una zona vecina, al verla apenas a través del agua soleada, se eleva a su vez la flor masculina, llena de esperanza, atraída hacia un nuevo mundo de ensueño por la mágica sugestión de su compañera. Llegada, sin embargo, a la mitad de su camino, la flor masculina se siente bruscamente retenida, porque el tallo que la sustenta y el que le da la vida, es demasiado corto, no permitiéndole, por tanto, llegar hasta la luz de la superficie, y allí consumar la unión nupcial del estambre con el pistilo. ¿Se trata de un defecto, o de la más cruel de las pruebas de la Naturaleza…? Imaginaos, en efecto, la tragedia horrible de este deseo, de esta fatalidad transparente, de este suplicio a lo Tántalo, de estar viendo y tocando lo que es inaccesible… Semejante drama sería tan insoluble como nuestro propio drama sobre la Tierra; mas, he aquí que, de repente, surge un nuevo e inesperado elemento. ¿Tendrá la flor masculina el presentimiento de tamaña decepción? No lo sabemos, pero es lo cierto que ella ha sabido conservar en su corazón una burbuja de aire, como nosotros guardamos en nuestra alma un dulce pensamiento de inesperada salvación… Diríase que vacila un instante, mas, en seguida, con un esfuerzo gallardo —el más asombroso de cuantos conozco en la vida de flores y de insectos—, rompe heroicamente el lazo que le liga a la existencia para volar a la altura de su amoroso ideal: corta, por sí misma, su pedúnculo, y en un incomparable impulso, entre perlas de alegría, sus pétalos afloran ya a la superficie de las aguas… Heridos de muerte ellos, pero libres y rutilantes ya, flotan un instante al lado de su amorosa desposada; la unión de los dos seres, se realiza, después de la cual la flor masculina, sacrificada en aras de su anhelo, es el juguete de las aguas, que llevan su cadáver hacia la orilla, mientras que la esposa, ya madre, cierra su corola, donde aún palpitan los amantes efluvios, enrolla su pistilo y vuelve a descender a las profundidades acuáticas para madurar el fruto de un amor heroico y sin límites…."

Maeterlinck
Tomada del libro Aberraciones psíquicas del sexo de Mario Roso de Luna, página 253


“Era un pobre ser pequeño y misterioso, como todo el mundo...”

Maeterlinck



“Es mucho más fácil, en general, morir por los otros que saber vivir para ellos.”

Maeterlinck



“Es pueril preguntarse dónde van las cosas y la gente. No van a ninguna parte y han llegado.”

Maeterlinck


“Es verdad, y este es el consuelo del justo, del héroe y del sabio; el destino sólo tiene imperio en ellos por el bien que ellos hacen. Los demás hombres son ciudades de cien puertas abiertas por las cuales cualquier cosa puede penetrar; pero el justo es una ciudad cerrada que sólo tiene una puerta de luz, y el destino no puede abrirla más que cuando logra que el amor llame a esta puerta.”

Maeterlinck


“Están celebrando una gran fiesta en casa de los enemigos
Hay ciervos en una ciudad asediada
Y una casa de fieras en medio de los lirios…”

Maeterlinck



“Existe más de un sueño en cada vida. Tal vez existan tantos como años. Para mí el último es: “Saber”. Creo que es el más largo y el menos realizable.”

Maeterlinck


“Hay cosas que no pueden decirse sino besando... Porque las cosas más profundas y las más puras quizá no salgan del alma si no las llama un beso.”

Maeterlinck


“Hay que empezar por hacer que el órgano de la visión sea parecido a lo que ha de apreciar. Y no sabremos ver la belleza si no hemos sabido crearla dentro de nosotros.”

Maeterlinck



“Hay gentes en presencia de las cuales no es posible decir una cosa que uno no piensa o una cosa inútil. Gente que apaga alrededor de ellos todo lo que no es verdadero. Y el que ha tenido la suerte de llegar a este estado no puede ser engañado nunca, no por si penetración, sino porque los demás le dicen siempre la verdad. A una persona cuya presencia irradia belleza, bondad y amor, le parecerá que todo es bello, bueno y amoroso, y tendrá razón porque todo lo será para ella.”

Maeterlinck


“Hay que sufrir lo que los demás ignoran cuando se ama como los demás ignoran. No hay recompensa para ciertos sufrimientos y hay que sufrirlos sin esperar la recompensa.”

Maeterlinck



Horas sombrías

"Ved antiguos deseos que pasan,
Aun sueños de hombres cansados,
Aun ensueños que fracasan;
¡Días de esperanza pasados!
¡Hoy mismo huyamos de su asedio!
No se ve más estrella alguna;
Hay sólo hielo sobre el tedio
Y un lienzo azul bajo la luna.
¡Y aun llanto preso en trampa aleve
Ved a los enfermos sin fuego
Ya los corderos pacer nieve;
¡Piedad, Señor! ¡Oye mi ruego!
Yo, espero algo de despertar
Y que el ensueño haya pasado;
Y en mis manos la luz solar
Porque la luna la has helado."

Maeterlinck



Hospital

¡Hospital! ¡Hospital al borde del canal! 
¡Hospital en el mes de Julio!
¡Encienden un fuego en la sala!
¡Y los transatlánticos silban sobre el canal!

(¡Oh, no se acerquen a las ventanas!)
¡Emigrantes atraviesan un palacio!
¡Veo un yate bajo la tormenta!
¡Veo rebaños en todos los barcos!

(¡Sería mejor que las ventanas permanecieran cerradas!
¡Ya estamos casi al abrigo del afuera!)
Pensamos en un invernadero sobre la nieve,
Celebran curas de enfermos durante un día de tormenta
Vemos plantas dispersas sobre una manta de lana
Hay un incendio en un día de sol,
¡Y yo atravieso un bosque repleto de heridos!

¡Oh! ¡Por fin el claro de luna!

¡El agua de una fuente se eleva en una sala!
¡Una tropa de niñas entreabre la puerta!
¡Y yo veo corderos en una isla con praderas! 
¡Y plantas hermosas sobre un glaciar!
¡Y lirios en un vestíbulo de mármol!
¡Hay un festín en un bosque virgen!
¡Y una vegetación oriental en una gruta de hielo!

¡Escuchen! ¡Están abriendo los postigos!

¡Y los transatlánticos agitan el agua del canal!
¡Pero la hermana de la caridad atiza el fuego!
¡Los hermosos y verdes juncos del pastor arden bajo las llamas!
¡Un barco de heridos se agita bajo el claro de luna!
¡Las hijas del rey están en una barca entregada a la tormenta!
¡Y las princesas van a morir en un campo de cicuta!
¡Oh! ¡No abran las ventanas!
¡Los transatlánticos todavía silban sobre el horizonte!  
¡Alguien fue envenenado en el jardín!
¡Una gran fiesta es celebrada en casa del enemigo!
¡Hay ciervos dentro de una ciudad asediada!
¡Y un zoológico en medio de un campo de lirios!
¡Y una vegetación tropical al fondo de una mina de carbón!
¡Un rebaño de ovejas atraviesa un puente de hierro!

¡Y los corderos de la pradera vuelven tristemente a la sala!
Ahora la hermana de la caridad está encendiendo las lámparas,
Sirve la cena a los enfermos,
Cierra las ventanas sobre el canal
Y todas las puertas bajo el claro de luna.

Maeterlinck



Invernaderos 

¡Oh, invernadero en medio de los bosques,
Con tus puertas por siempre cerradas!
¡Y todo lo que hay bajo tu bóveda
Y bajo mi alma en tus analogías!

Los pensamientos de una princesa con hambre,
El hastío de un marinero en el desierto,
Una música de cobre en las ventanas de enfermos terminales.

¡Elijan los rincones más tibios!
Creo ver una mujer desvanecida en un día de cosecha.
Hay escupitajos en el patio del hospicio,
A lo lejos, pasa un cazador de impulsos, convertido en enfermero.

¡Miren con atención bajo el claro de luna!
(¡Oh! Nada está en su lugar)
Parece que hay una mujer demente delante de un juez,
Y un barco de guerra con velas izadas sobre el canal,
Pájaros nocturnos sobre lirios
Un tañido fúnebre a mediodía,
(¡Allá, bajo las campanas!)
Un refugio de enfermos en la pradera,
Un aroma de éter en un día de sol.

¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Vendrán la lluvia 
Y la nieve y el viento a nuestro invernadero!    

Maeterlinck




“Jamás, ni por un instante, he visto claro dentro de mí mismo. ¿Cómo pretendes, entonces, que juzgue las acciones de los demás?”

Maeterlinck



"La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada. Y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo."

Maeterlinck



“La felicidad no es más que una opinión.”

Maeterlinck



"La inteligencia es la facultad con cuya ayuda comprendemos finalmente que todo es incomprensible."

Maeterlinck


“La miseria es una enfermedad de la humanidad y la enfermedad, la miseria del hombre.”

Maeterlinck


“La naturaleza no quiere la felicidad.”

Maeterlinck



“La palabra es tiempo y el silencio eternidad”

Maeterlinck



"La única verdadera y profunda felicidad del hombre es ésta: que pueda esperar la muerte."

Maeterlinck



"La vallisneria es una hierba bastante insignificante que no tiene nada de la gracia extraña del nenúfar o de ciertas cabelleras submarinas. Pero se diría que la naturaleza se ha complacido en poner en ella una hermosa idea. Toda la existencia de la pequeña planta transcurre en el fondo del agua, en una especie de semisueño, hasta la hora nupcial en que aspira a una vida nueva. Entonces la flor hembra desarrolla lentamente la larga espiral de su pedúnculo, sube, emerge, domina y se abre en la superficie del estanque. De un tronco vecino, las flores masculinas que la vislumbran a través del agua iluminada por el sol se elevan a su vez, llenas de esperanza, hacia la que se balancea, las espera y las llama en un mundo mágico. Pero a medio camino se sienten bruscamente retenidas: su tallo, manantial de vida, es demasiado corto; no alcanzarán jamás la mansión de luz, la única en que puede realizarse la unión de los estambres y del pistilo. ¿Hay en la naturaleza una inadvertencia o prueba más cruel? ¡Imaginaos el drama de ese deseo, lo inaccesible que se toca, la fatalidad transparente, lo imposible sin obstáculo visible!."

Maurice Maeterlinck
La inteligencia de las flores



"Las abejas sólo trabajan en la oscuridad, el pensamiento sólo trabaja en el silencio y la virtud en el secreto."

Maeterlinck



“Las almas se pesan en el silencio, como el oro y la plata se pesan en agua pura, y las palabras que pronunciamos no tienen sentido salvo a través del silencio que las baña.”

Maeterlinck


“Lo mejor de los viajes es lo de antes y lo de después.”

Maeterlinck


“Lo que destruye las posibilidades de la vida es permanecer siempre encerrados en la cárcel de nuestros pequeños ideales sin generosidad y sin ardor, mientras el sol ilumina la tierra alrededor de nuestra casa.”

Maeterlinck


"Lo que es razonable no es verdaderamente sabio; y lo que es sabio no es casi nunca razonable a los ojos de una razón demasiado fría."

Maeterlinck


“¡Lo terrible no es la llegada de la muerte, sino el adiós a la vida!”

Maeterlinck



“Los grandes episodios de la vida de las abejas, a saber: la formación y la partida del enjambre, la fundación de la ciudad nueva, el nacimiento, los combates y le vuelo nupcial de las jóvenes reinas, la masacre de los machos y el regreso del letargo del inverno.”

Maeterlinck



“Los grandes hombres y mujeres tienen confianza en el destino, conocen parte de su porvenir, porque son parte de su porvenir ellos mismos.”

Maeterlinck


“Los muertos viven y se mueven en medio de nosotros de un modo mucho más real y efectivo de lo que pudiera describir la imaginación más audaz. Es muy dudoso que ellos permanezcan en sus tumbas como prisioneros. Hasta parece cada vez más evidente que nunca se han dejado encerrar allí. Debajo de las losas, en donde creemos que están encerrados, sólo queda un poco de cenizas que ya no les pertenece, que han abandonado sin pesar, y de las que probablemente no quieren acordarse. Todo lo que fue ellos mismos permanece con nosotros…”

Mauricio Maeterlinck
Sentiers dans la Montagne
Tomada del libro El Libro que mata a la Muerte de Mario Roso de Luna, página 94


"Más interesante que lo que la gente dice es su pensamiento secreto, y esto es lo que nos importa conocer."

Maeterlinck


"Mejor que combatir una desgracia, es a veces tratar de ser feliz dentro de ella."

Maeterlinck



“No hay nada que sea más amenazador que la felicidad, y cada beso que damos puede despertar un enemigo.”

Maeterlinck


“Hay que decirle la verdad a alguien que va a morir... Es necesario que sepa la verdad, sin eso no podría dormir.”

Maeterlinck


“No hay que preguntar si los que lloran tienen o no tienen razón, sino sencillamente hacer lo que se pueda para que no lloren.”

Maeterlinck



“No hay vidas pequeñas: cuando la miramos de cerca, toda vida es grande.”

Maeterlinck


"No podemos tener una idea exacta de quien jamás calla."

Maeterlinck


"Ocultamos algo siempre a la mayoría de los hombres, y muchas veces nosotros mismos no sabemos qué es lo que ocultamos, aunque tenemos conciencia de la ocultación."

Maeterlinck


“Para amar a una persona y perdonárselo todo basta con contemplarla un rato en silencio. A veces vivimos durante muchos años al lado de otra persona y sólo vemos de verdad en el momento de sobrevenirle una desgracia.”

Maeterlinck


"Piensa y di en este momento cosas que te parezcan demasiado bellas para ser verdaderas en ti; serán verdaderas mañana si hoy has conseguido pensarlas y decirlas."

Maeterlinck


“Plantad en el charco un rosal;
Sembrad las fiebres de azucenas…”

Maeterlinck



"Por lo demás, resultaría inexplicable que fuéramos solamente lo que parecemos ser: nada más que nosotros, absolutamente íntegros y completos en nosotros mismos, separados, aislados, circunscritos por nuestro cuerpo, nuestro espíritu, nuestra conciencia, nuestro nacimiento y nuestra muerte. Únicamente nos volvemos posibles y verosímiles cuando desbordamos por todas partes y nos prolongamos en todos los sentidos y todos los tiempos."

Maeterlinck
Tomado de la revista Horizonte nº 10, página 105


"PRIMER CIEGO DE NACIMIENTO. —¡Yo estoy sentado sobre hojas secas!
TERCER CIEGO DE NACIMIENTO. —¿Y la hermosa ciega, dónde está?
LA CIEGA MÁS VIEJA. —Está al lado de las que rezan.
SEGUNDO CIEGO DE NACIMIENTO. —¿Dónde está la loca con su hijo?
LA CIEGA JOVEN. —Está dormido. ¡No le despertéis!
PRIMER CIEGO DE NACIMIENTO. —¡Oh! ¡Qué lejos estáis de nosotros! ¡Creí que os tenía enfrente!
TERCER CIEGO DE NACIMIENTO. —Sabemos, sobre poco más o menos, todo lo que es preciso saber; hablemos un poco, esperando a que vuelva el sacerdote.
LA CIEGA MÁS VIEJA. —Nos ha dicho que le esperemos en silencio.
TERCER CIEGO DE NACIMIENTO. —No estamos en ninguna iglesia.
LA CIEGA MÁS VIEJA. —No sabéis dónde estamos.
SEGUNDO CIEGO DE NACIMIENTO. —Yo, cuando no hablo, tengo miedo.
PRIMER CIEGO DE NACIMIENTO. —¿Sabéis dónde ha ido el sacerdote?
TERCER CIEGO DE NACIMIENTO. —Me parece que nos abandona demasiado tiempo.
PRIMER CIEGO DE NACIMIENTO. —Se está haciendo demasiado viejo. Parece que también ve poco desde hace algún tiempo. No quiere confesarlo por temor a que venga otro a ocupar su puesto entre nosotros; pero sospecho que ya casi no ve. Necesitaríamos otro guía; ya no nos escucha y somos demasiado numerosos. No hay más que las tres religiosas y él que vean en la casa, ¡y son todos más viejos que nosotros! Estoy seguro de que nos ha perdido y anda buscando el camino. ¿Dónde ha ido? No tiene derecho a dejarnos aquí...
LA CIEGA MÁS VIEJA. —Ha ido muy lejos; creo que ha hablado seriamente a las mujeres.
PRIMER CIEGO DE NACIMIENTO. —¡Ya no habla más que a las mujeres! ¿Es que nosotros no existimos? ¡Habrá que acabar por quejarse!
EL CIEGO MÁS VIEJO. —¿A quién os vais a quejar?
PRIMER CIEGO DE NACIMIENTO. —No lo sé todavía; ya veremos, ya veremos. Pero ¿dónde ha ido? Se lo pregunto a las mujeres.
LA CIEGA MÁS VIEJA. —Estaba cansado de haber andado tanto tiempo. Creo que se ha sentado un momento en medio de nosotros. Está muy triste y muy débil desde hace algunos días. Desde que el médico ha muerto, tiene miedo. Está solo. Ya casi no habla. No sé qué ha sucedido. Quería a toda costa salir hoy. Decía que quería ver la Isla, por última vez, al sol, antes del invierno. Parece que el invierno va a ser muy largo y muy frío, y que ya vienen del Norte los hielos. Estaba muy inquieto; dicen que las tormentas de estos días pasados han henchido el río y que todos los diques están resentidos. Decía también que el mar le asustaba; parece que se agita sin motivo y que los acantilados de la Isla no son bastante altos. Quería ver, pero no nos ha dicho lo que ha visto. Ahora creo que ha ido a buscar pan y agua para la loca. Dijo que tendría que ir muy lejos... Es preciso esperar."

Maurice Maeterlinck
Los ciegos




"¿Puede creerse que un habitante de Marte o de Venus que, desde lo alto de una montaña, viese ir y venir por las calles y las plazas públicas de nuestras ciudades los puntitos negros que somos en el espacio, se formaría, ante el espectáculo de nuestros movimientos, de nuestros edificios, de nuestros canales, de nuestras máquinas, una idea exacta de nuestra inteligencia, de nuestra moral, de nuestra manera de amar, pensar y esperar; en una palabra: del ser íntimo y real que somos?"

Maeterlinck
 La vida de las abejas


“Qué manera tan extraña tenemos de empequeñecer las cosas tan pronto como tratamos de expresarlas en palabras.”

Maeterlinck



“¿Qué sería de nosotros si nuestros pensamientos se encarnaran en el mismo momento en que los pensamos y tuviéramos que vivir con ellos como en familia?”

Maeterlinck


“¿Sabemos qué sería una humanidad que no conociera las flores?”

Maeterlinck


“Se sufre menos del dolor mismo que de la manera como se acepta.”

Maeterlinck


“Si antes de besar a la persona amada habéis contemplado las estrellas, no la besaréis de la misma manera que si sólo habéis mirado las paredes de vuestra habitación.”

Maeterlinck



“Si el hombre fuera cien veces más inteligente, cien veces mejor, Dios sería en ese mismo instante cien veces más inteligente, cien veces mejor que el hombre.”

Maeterlinck



“Si es una aventura miserable, todo el pueblo, toda la ciudad acude; pero si es un rayo de hermosura que viene a herir nuestro ojo, o un rayo de amor que viene a iluminar nuestro corazón, nadie se ocupa de ello.”

Maeterlinck



“Si usted ama, no es ese amor lo que forma parte de su destino: es la conciencia de usted misma que usted habrá encontrado en el fondo de ese amor lo que modificará su vida.”

Maeterlinck



"Sólo a los muertos nos atrevemos a decir la verdad, porque sabemos que ya la conocen mejor que nosotros."

Maeterlinck



“Sólo se tiene la felicidad que uno puede comprender.”

Maeterlinck



"Tan rápidamente como los labios duermen, las almas despiertan y comienzan a actuar, porque el silencio es el elemento desencadenante de sorpresas, de peligros y de felicidad, en el cual las almas se poseen libremente."

Maeterlinck



"Toda aventura se presenta a nuestra alma bajo la forma de nuestros pensamientos habituales; y ninguna ocasión heroica se ofrece jamás al que no era, desde muchos años atrás, un héroe silencioso y oscuro."

Maeterlinck



“Todas las madres son ricas cuando aman a sus hijos. No hay pobres, no hay feas, no hay madres viejas. Su amor es siempre la más bella de las Alegrías. Y cuando parecen tristes, basta un beso que reciban o que den para que todas sus lágrimas se conviertan en estrellas en el fondo de sus ojos.”

Maeterlinck


“Todavía no nos conocemos, todavía no tuvimos la valentía de quedarnos juntos en silencio.”

Maeterlinck


“Todo nuestro conocimiento nos ayuda meramente a morir de un modo más doloroso que los animales que nada saben.”

Maeterlinck



“Un banco de arenques no es más inteligente que un solo arenque.”

Maeterlinck


“Un pensamiento puede ser una cosa excelente, pero la realidad principia en la acción.”

Maeterlinck



Y si él retornara un día

Y si él retornara un día
¿Qué le habría de decir?
-Que lo esperó el alma mía
Hasta la hora de morir.


¿Si él cree mi respuesta vana
Y me pregunta algo más?
-Háblale como una hermana,
Porque ha de sufrir, quizás…


Tal vez que le diga, exija,
Dónde, entonces, estarás.
-Entrégale esta sortija
y nada responderás.


Si ve la sala desierta
¿Qué le diré a su estupor?
-Muéstrale la puerta abierta
y sin luz el velador.


Pero entonces, dolorido,
Dirá si te vi morir. ..
-Dile que yo he sonreído,
Para no hacerlo sufrir…

Maeterlinck



“Y si me interroga en la hora final, dile que sonreí de temor a que él llorara.”

Maeterlinck





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