Aj aakhan Waris Shah nun

"Hoy, llamo a Waris Shah,
“habla desde tu tumba”
Y hoy pasa
la próxima página cariñosa
del libro del amor
una vez, una hija de Punjab lloró
y escribiste una saga de lamentos
Hoy, un millón de hijas te llora
¡Waris Shah levántate!
O narrador del duelo: ¡sube!
mira tu Punjab de hoy,
los campos están llenos de
cadáveres,
y la sangre llena el Chenab."

Amrita Pritam


Encuentro

"Años después
nos encontramos por casualidad
temblorosos
como un poema...
La noche estaba por llegar
algo se quedó en el poema
el resto en otra parte...
Al alba
volvimos a encontrarnos
como dos trozos de papel.
Tomé su mano con la mía,
él me cogió del brazo.
Nos reímos
y con brutal seguridad
censuramos el poema."

Amrita Pritam
en Guardar la casa y cerrar la boca: En torno a la mujer y la literatura,
por Clara Janés, El Ojo del Tiempo 82, Ediciones Siruela, 2015




"Hubo un dolor
lo inhalé
silenciosamente
como un cigarrillo
hay algunas canciones
me he desconectado
como cenizas
del cigarrillo..."

Amrita Pritam


Ni dirección

hoy he borrado el número de mi casa
y el nombre de la calle donde vivo.
he cambiado la dirección de todos los caminos.
si queréis encontrarme ahora
llamad a cualquier puerta de cualquier calle
en cualquier ciudad de cualquier parte del mundo.
esta maldición, esta bendición:
dondequiera que encontréis la libertad, allí tengo mi morada.

Amrita Pritam
Traducido del inglés, en El Correo de la Unesco, Noviembre de 1982- Guerra a la guerra:
La palabra a los poetas


Perro callejero

Esto sucedió realmente en el pasado—
cuando tú y yo nos separamos   
sin ningún remordimiento—
tan sólo hay algo que no llego a comprender. . .

Cuando nos estábamos despidiendo
y nuestra casa se puso en venta
en el patio las ollas y cacharros tirados por doquier 
        quizás miraban fijamente en el interior de nuestros ojos
y otros que estaban boca abajo
        tal vez escondían sus caras de nosotros.

Sobre la puerta la enredadera descolorida
a lo mejor quería confiarnos algo  
        — refunfuñando al grifo.
        
Cosas como estas
nunca las pienso
pero  aparecen en mi mente una y otra vez:

cómo un perro callejero
siguiendo un  olor
llegó a este cuarto vacío
cerrándose la puerta tras él.

Tres días después
cuando la casa cambió de propietario
intercambiamos las llaves por dinero 
entregamos los candados al nuevo dueño
le mostramos  todas y cada una de las habitaciones—
en el centro del cuarto encontramos el cadáver del perro. . .

No lo oí ladrar ni una vez
        —únicamente olí la pestilencia
y aún ahora, de repente, percibo ese olor;
llega a mí desde tantas cosas...

Amrita Pritam
Traducción de Olga Y. Mancinelli





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