Afición

"Sobre algún engramado de mi tierra
Hay una oncena popular jugando.
Uno de ellos es mio. Yo lo amo
Con todo lo mejor que mi alma encierra.

El, con su torso de apolínea estampa,
Hace girar veloz balón al viento,
Entrecierra los ojos con un gesto
Peculiar y muy propio. Yo lo quiero.

Ese es mi querer. El que detiene
La pelota sobre la portería.
Su cabello es rebelde. Flota inquieto.

Su agilidad se impone. Va y viene.
Yo estoy enamorada del portero,
El mas apuesto, el de los ojos verdes…"

Ángela Valle

Grande es la tierra...

"Grande es la tierra, amado, sin embargo, no es nuestra.
Tú y yo desposeídos vagabundos que sueñan,
jamás hemos tenido siquiera una parcela
para fijar el nido, para arraigar en ella.

Grande es la tierra, amado, y mas que nada, buena.
Yaciendo en su regazo tibio como de abuela,
nuestros besos han sido temblor de vida nueva.
(Ni un acre de tierra daremos en herencia)

¡Oh! Tal vez nuestros hijos amarían mas la patria
conscientes y seguros, si nos perteneciera
un huerto familiar, girando con la esfera.

Así como nosotros, hay millones de seres.
Nacer, crecer, amar, parir, morir un día,
sin que una sola cuarta de tierra se posea."

Etna María de los Ángeles Valle Cerrato llamada Ángela Valle


Historia nuestra

"Tú eras un niño aún, yo te ignoraba.
Las calles ciudadanas te miraron
Crecer vendiendo diarios. La mañana
En tu vida no fue una sonrisa.

Tus pies se apresuraban diariamente
Y tus manos supieron del conteo
De las monedas de todas las gentes.
La ciudad absorbía tu voceo.

El frió tajante de noviembre abría
Tus carnes infantiles, poco a poco,
Con su sadismo innato y tú, inocente,
Soportabas la angustia y sonreías.

Tú eras niño aún. Yo te ignoraba.
Tú vendías los diarios con mis versos.
Como quien dice, tú vendías mis sueños
Y mi goteante sangre, sin saberlo.

Tú aprendiste en la escuela de la vida
Lo que jamás nos enseñan los libros
Y guardaste en tu alma ese tesoro
Del sentir que te habita y te hace bueno.

Té eras pequeño entonces. Yo escribía…
Escribía y soñaba y te esperaba
Sin saber que eras tú. Entre las espinas
Fui dejando el ropaje de mis cuitas.

Y hoy te llegas a mi fuerte y sincero,
Con tu mirar lumínico me encierras,
En un halo de dicha a ti me llevas,
Me traes la sonrisa, el sol, los sueños…"

Ángela Valle


Revuelo

"Mira que tu llegada
Me ha aturdido los pájaros del alma…
Que tu sola mirada
Causo revuelo a mis aves enlutadas…
Mi aletear insólito
Se ha dejado escuchar con tu presencia.
Mira que temblorosas
Buscan el nido y lloran al no hallarte.
Debes saber que han huido
Sacudidas por vientos inauditos
Las golondrinas de mis sueños, lejos
Desde que tu has venido.
Ven, encierra una a una
Con amorosa mano las bandadas
Que asustadizas vuelan
Y por la tarde de la vida anidan
Bajo tu alero, amor, y para siempre."

Ángela Valle

¿Tú eres el otro? 

"¿Tú eres el otro? No. eres tú mismo.
A quien mi sangre no ha esperado en vano.
Y el mediodía de mi vida quiso
Hacerte sol lumínico en mi mano.

Tu eres el soñado hoy, y mañana.
El surco soy para tu amable grano.
El polen eres tú que se agiganta
Para sembrarse en mi, yo no se cuando…

¿Quién dice que eres el otro?"

Ángela Valle


Tus manos proletarias


"Tus manos adoradas que me han vuelto casta,
Llena de la pureza de las alas mas diáfanas,
Aromada del albo blancor que entre las sabanas
Se esconde y reposa silente en las almohadas.

Manos, morenas tuyas que afanosas trabajan
Y diseñan las líneas del mortero en las casas
Y dibujan los marcos de luz en las ventanas.

Esas manos tan fuertes que así me enamoran
Son las que sostendrán nuestros hijos mañana
Cuando por tus caricias en mi, más tarde nazcan."

Ángela Valle




















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