Afuera de la trampa

"Dejadme por favor vivir mi vida, 
amándola,
mordiéndola,
quitándole el veneno, 
limpiándola.
Dejadme que me salve o me condene, 
dejadme que vomite,
que sangre, 
que sonría, 
que cante por el fin de tanta guerra, 
que llore por la guerra de los fines. 
Dejadme que en silencio
escriba en vuestra culpa una sentencia, 
que borre la sentencia de la culpa. 
Dejadme que me hunda,
que gima,
que flote en lo intermedio, 
que sueñe,
que pueda en una esquina 
pisar un alacrán inofensivo. 
Dejadme cuantas veces
firmar cada recado sin mi nombre, 
dejad que me equivoque,
que escupa, 
que piense, 
que llame con bondad al malo bueno, 
que llame con maldad al bueno malo. 
dejadme simplemente
que cuente por decenas, 
qué coma con la izquierda, 
que te ame sin remedio. 
Dejadme por favor vivir mi vida, 
que escape,
que reniegue,
que grite por las lluvias que se enlodan, 
que ría por el lodo que se enlluvia. 
Dejadme si queréis la trampa abierta, 
que caiga el corazón con todo el peso, 
dejad, pero dejad
afuera de la trampa mi cabeza."

Violeta Luna


Cada uno

"Cada uno construye su casa como quiere.
La pone sobre el aire,
la siembra en la cintura de la luna
o encima de las olas.

Cada uno
la pinta de manera diferente,
la baña con el cielo
y el oro verdidulce de la tarde.
La llena de jilgueros,
de música y hortensias.
Encima del verano la edifica.
Le pone una ventana al horizonte,
una terraza al mar
y un pájaro de bronce en el tejado.

Cada uno
la salva de la furia del invierno,
le pone verjas altas,
faroles importados de Neptuno,
estufas de Chicago
y espejos fabricados en Arabia.
Cada uno la mide y la corrige.
En forma vertical la va agrandando.
Le pone un tiembre eléctrico
y un número de plata.

La cuida del mendigo que la ensucia,
del niño que le roba una gardenia,
del pobre que la mira.

Cada uno acomoda su casa a su manera,
presume y aparenta,
construye su existencia tontamente
con trapos, pergaminos y billetes,
con vigas antisísmicas
coñac y pararrayos.

Qué lástima pero ninguno
construye a su medida su refugio
con sólo la verdad de cada día
y el sol bien compartido.
Qué lástima que nadie se haga casas
a prueba de mentiras, olvido y desamor.

Yo quiero hacer mi casa a mi manera
sin puertas ni cortinas.
La quiero dulce y tibia
en medio del camino de tus brazos."

Violeta Luna


Contradictoriamente

I

Si todo puede ser 
todo es posible. 
Posible que yo menstrue
la tarde en que me anheles con locura. 
Posible que haga sol
el día en que mi alma llueve tanto. 
Si todo puede ser
todo es posible. 
Posible que de pronto 
me caiga sobre el cuello el arco iris 
o el filo de un machete.
Posible que en el aire
me llegue la fragancia de un durazno 
o el acre desperdicio de un difunto. 
Y así como es posible
que llore sonriendo
o ría de dolor con estridencia, 
podría ser posible tanta náusea 
o tanto malestar en la mirada. 
Y yo puedo deciros
que todo me hace mal si está mal hecho, 
que todo me produce
un vómito de estrellas amarillas. 
Que cuanto más comprendo 
más náusea me sube a la cabeza.

II

Si todo puede ser 
todo es posible. 
Posible que me alegre 
con tantas aflicciones imprevistas, 
posible que me aflija
con tantas alegrías inventadas.
Contradictoriamente
ya nada me resulta transparente. 
Podríamos decir que me contagio 
de un mal ya sin memoria.
Si todo puede ser 
todo es posible. 
Posible que hasta el aire hiera tanto. 
Posible que haya heridas
que corran y se alarguen como el agua. 
Posible que en la tierra
en vez de cereales y hortalizas 
empiecen a crecer los niños muertos. 

III

Hoy todo me hace mal y me desdigo, 
reniego por la vida que se queda 
pendiente de una rama en la quebrada. 
Reniego por la muerte que pernocta
al centro de adverbio negativo. 
Si todo puede ser
todo es posible.
Posible hasta yo mismo con mis letras, 
mi náusea, mi herida, mi mentira. 
Irremediablemente
por fin puedo deciros
que sólo la verdad es imposible.

Violeta Luna


Mi corazón detrás de ti

"Está mi corazón desde hace tiempo 
rayado por tu espuela placentera. 
Y va mi corazón calladamente 
debajo de tu espuela desangrándose.

¡Y quién iba a creerlo!
que yo tuviera adentro un suave fruto 
que sangra por el peso de una espuela.

Y dice el diccionario que una espuela 
es una espiga larga y acerada
que sirve para hincar a los caballos.

Ahora sí comprendo
por qué mi corazón se ha desbocado."

Violeta Luna


Por culpa de los números

"Por culpa de los números
estuve siempre mal en todo cálculo.
Por no poder usar los logaritmos
la cuenta de mi vida se fue al suelo.
Jamá hallé mi siete
ni pude poner cifras a mis letras.
No supe el porcentaje de mis fraudes.
Tal vez por eso mismo
no tuve nada exacto.
Por no poder restar decimales
me fui llenando de humo,
de vientos y palomas
y nunca pude ser un tres resuelto.
Se me quedó en la nada
mi signo con tu máxima potencia.
Y siempre me rebotan
las gélidas fracciones del olvido.
Por culpa de los números
no me entendieron nunca.
Por culpa de esas plagas
jamás hallé la ruta de la lógica,
jamás un mar tranquilo,
jamás un tiempo eterno.
Por no poder hacer raíz cuadrada
no tuve un edificio de esmeraldas
ni alfombras voladoras.
Me fui quedando pobre,
sin amuletos propios
ni talismanes mágicos.
Por olvidar el álgebra
no pude ser brillante
y apenas me quedaron las gaviotas
y un cráneo lluvioso
en donde hace columpio el arcoiris.
Por culpa de los números
se me cayó la casa de la suerte
y hasta el amor más firme
se fue por la tangente."

Violeta Luna




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