"(...) Cuando su mirada se detuvo de nuevo en Nicolás, volvió a sonreírle, con una sonrisa que no era distraída, ni tampoco insistente, pero se dirigía a él, personalmente, lo envolvía por entero con esa ternura celeste que emanaba de ella."

 Emmanuel Carrère



“El código penal es lo que impide que los pobres roben a los ricos y el código civil lo que permite a los ricos robar a los pobres.” 

 Emmanuel Carrère


"El problema con el humor consiste en que está en todas partes, es como la música que nos acompaña todo el día, en el coche, en las tiendas, en el avión... Y al final ni escuchas lo que suena."

 Emmanuel Carrère



“El hombre que se considera superior, inferior o incluso igual a otro hombre no comprende la realidad.” 

 Emmanuel Carrère


“Es el amor que da en lugar de recibir, el amor que se empequeñece en vez de ocupar todo el espacio, el amor que desea el bien del otro antes que el suyo propio, el amor liberado del ego.” 

 Emmanuel Carrère




“Es un fenómeno conocido, observado a menudo por los historiadores de las religiones: los desmentidos de la realidad, en lugar de arruinar una creencia, tienden por el contrario a reforzarla.” 

 Emmanuel Carrère



“La peor derrota en todo es olvidar, y es sobre todo lo que te lleva a la tumba.” 

 Emmanuel Carrère


“La raíz del deseo religioso es la nostalgia del padre y el fantasma infantil de ser el centro del mundo.” 

 Emmanuel Carrère



“Llegar a hacerse adulto, a lo cual supuestamente ayuda el psicoanálisis, es abandonar el pensamiento mágico para adoptar el pensamiento racional.” 

 Emmanuel Carrère




"No hay que ser muy valiente para escribir una autobiografía."

 Emmanuel Carrère


"No voy a sorprenderles, los premios agradan."

 Emmanuel Carrère


"¿Sabe usted, señor Carrère, qué es lo más difícil aquí? La inercia de las cosas. Se cae uno rápido de las nubes. Se estrella uno al comprobar que esta ciudad no funciona. Que está todo paralizado: los progres en su burbuja, los ingenuos en sus torres, los políticos en sus poses de político y los profesionales de las alambradas a lo largo de la circunvalación y del túnel. Creo que me va a entrar una depresión aquí, señor Carrère. Por la noche volvemos a nuestra casa calentita entre ráfagas de noventa y cuatro kilómetros por hora mientras que… Ah, es verdad, que hemos dicho que no íbamos a hablar del tema.
Mire, Marguerite, yo hago lo que puedo. Conozco a gente, mucha gente, no solo a los progres en su burbuja, como dice usted, aunque sí encuentro reconfortante que haya progres con burbuja en Calais. Se ha invitado usted a mi reportaje, así que ya está, me va a ayudar usted, permítame que la cite de nuevo: «Cuando nos enteramos de cuál iba a ser su punto de vista, mi amigo y yo sonreímos. Nos dijimos que así podría usted hablar con toda tranquilidad de los parados, los alcohólicos y los hermanos por parte de padre que ocupan la ciudad. Los bomberos que votan al Frente Nacional y las parejas que terminan en el banquillo por iniciar a sus hijos adolescentes en la sexualidad incestuosa, cuando no están haciéndole felaciones a su pastor alemán. De las peleas que llueven a principios de mes porque acaban de ingresar la subvención solidaria y la gente hace cola en los cajeros, se va a hacer la compra a Auchan y se emborracha para luego enzarzarse en los bares de Calais-Norte».
Ahí, Marguerite, está hablando usted de la zona de urbanización prioritaria Beau Marais y del barrio de Fort-Nieulay, que son en Calais el equivalente de Outreau en Boulogne-sur-Mer: los sitios que dan miedo, y cuya violencia asusta mucho más que la delincuencia de los migrantes a alguien como mi amiga Marie-Claire. Lo que se llama barrios «prioritarios», solo que ahora, como dice con una sonrisa cansada Kader Haddouche, prioritaria es la ciudad entera. Kader tiene treinta y nueve años, es nieto de un soldado francés musulmán, hijo de argelinos analfabetos (su padre está jubilado, trabajaba en el amianto, su madre es limpiadora), origen no tan frecuente en una ciudad que, a diferencia de la cuenca hullera, no ha recibido prácticamente inmigración. No hacía falta mano de obra suplementaria: había la necesaria, allí mismo, para el encaje. Y esa fue, paradójicamente, la suerte de Kader: el encaje no cogía, como dice él, más que a «calesienses de rancio abolengo»; como, al ser árabe, no tenía ninguna oportunidad, tuvo que estudiar, mientras que sus amigos de la infancia, que contaban con un trabajo en el encaje, no. Así pues, Kader se hizo profesor de biología en un instituto de formación profesional mientras que sus amigos «calesienses de rancio abolengo» figuran todos más o menos en el cuadro que me ha pintado usted, Marguerite: paro, alcoholismo, desesperación y racismo. Los distritos 20 y 21 del área metropolitana de Calais, que en las últimas elecciones regionales otorgaron más del 50 % de votos al Frente Nacional, se encuentran en el Beau Marais, donde se vomita encima de los migrantes aunque nunca se vea a ninguno, porque ellos tampoco tienen ninguna razón para acudir a ese barrio. Kader milita, se presentó (como Marie-Claire) por la lista de la oposición que encabezaba el diputado socialista de Pas-de-Calais. Obtuvieron un 20 %, un resultado digno."

Emmanuel Carrère
Calais



“Si el Partido se lo ordena, un auténtico comunista debe ser capaz de ver blanco lo que es negro y negro lo que es blanco.” 

 Emmanuel Carrère



“Si supiéramos a lo que nos exponemos, nunca nos atreveríamos a ser felices.” 

 Emmanuel Carrère



“Siempre nos complace que las personas que nos quieren señalen nuestros defectos como razones adicionales para querernos.” 

 Emmanuel Carrère


"Soy incapaz de narrar una realidad a la que no pertenezco."

 Emmanuel Carrère


"Todo lo que yo me disponía a contar con el tono sosegado de quien avanza tranquilo hacia el estado de quietud y ensimismamiento beatífico se presenta hoy bajo una luz cruda y cruel, una luz de alba lívida y de ejecución capital de la que no puedo creer que no sea verdadera, más verdadera que la
luz del día que espanta los malos sueños. Pero me queda un medio de resistir a los vritti, el único medio, el que consiste en narrar el largo y desigual combate que he librado contra ellos a lo largo de toda mi vida. En narrar las diversas tentativas que he hecho a lo largo de toda mi vida para calmar los vritti y ser el que tanto he deseado ser. Me gusta esta frase del místico anónimo que en el siglo XIV, en Inglaterra, escribió La nube del desconocimiento: «No es a quién eres al que Dios mira con los ojos de su misericordia, sino al que has deseado ser.» ¿Quién he deseado ser? Un hombre estable, un hombre sereno, un hombre en el que puedes confiar, un hombre bueno, un hombre amoroso. Porque lo verdadero, la esencia de este combate, la única esencia de la vida es, por supuesto, el amor, es la capacidad de amar. Siendo un lisiado, he intentado apuntalar esta capacidad mediante disciplinas como las artes marciales, que aspiran a conseguir que llegue al interior de uno mismo algo distinto que el ego. Treinta y cinco años de escritura, treinta años de taichí, de yoga, de meditación para hacer que aflore lo que puede haber de amor dentro de mí: nadie podrá decir que he sido perezoso, nadie me podrá decir que no he luchado. «Ríndete, corazón», escribe Michaux, «ya hemos luchado bastante. Y que mi vida se pare. No hemos sido cobardes. Hemos hecho lo que hemos podido.» Eso sí, hemos hecho lo que hemos podido y no se puede decir que el largo y desigual combate haya servido de mucho, pero al menos soy consciente de que cuando pienso esto son los pensamientos nocturnos, los pensamientos de la locura y la enfermedad, y que no siempre son mis pensamientos. En otras épocas de mi vida he creído ser ese hombre estable y amoroso, ese hombre del que puedes fiarte, y no me engañaba al creerlo y quienes me han amado tampoco se engañaban. Esta vida, la mía, pobre vida infeliz y algunas veces amante, no han sido sino ilusiones y fracasos y locura, y el pecado mortal es olvidarlo. En las tinieblas es vital recordarse que también has vivido en la luz y que la luz no es menos verdadera que las tinieblas. Y estoy seguro de que este libro puede ser necesario y un buen libro, el que mantendrá unidos esos dos polos: una larga aspiración a la unidad, a la luz, a la empatía, y la poderosa atracción opuesta de la división, de la reclusión en uno mismo, de la desesperación."

Emmanuel Carrère
Yoga



“Una visita siempre agrada, si no cuando llega, al menos cuando se va.” 

 Emmanuel Carrère


"Uso el yo para ser más objetivo. Hablar en primera persona me parece una forma de humildad lo identificarán como exhibicionismo, pero en realidad es una forma paradójica de objetividad. Al fin y al cabo la objetividad es ficticia y las cosas se cuentan desde un punto de vista personal que proporciona exactitud."

 Emmanuel Carrère


"Yo creo ser muy sincero... pero como es natural no estás obligado a creerme."

 Emmanuel Carrère










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