Determinando el punto débil

"Naturalmente, a las vigas de hormigón nos les faltaba delicadeza,
y las columnas de las casas viajeras eran en sí la nostalgia.
Agregó que su trabajo consistía en determinar el punto débil;
Para, después, distribuir su peso a los puntos más o menos fuertes;
que los soportes y los apoyos sólo eran obra del amor,
y que, con cariño, eran fijados en el ángulo contrario de las columnas.
Me aseguró también que la restauración era pura cuestión de sexo.
Mi compañero de colegio, ahora arquitecto del servicio de Arqueología;
por un minuto quedó perplejo
porque yo seguía teniendo la mano de una colegiala.
Antes de marcharse me comentó
que él no pudo especializarse en la comprensión de las caídas,
por mí."

Iman Mersal
Traducción: Frank Báez en colaboración con la autora


Dr Levy

Me dice que nunca olvidará a aquellos enfermos que sufren en diferentes lenguas.
Yo le digo que su tratamiento no respeta la existencia dividida en dos
Y que él nunca experimentó el infierno que supone observarse a uno mismo
Desde el tragaluz de su propia pared.
Si el Dr. Levy hubiera sido egipcio, se habría convertido en una estrella de cine.
Si yo no hubiera dejado de ser egipcia, me habría enamorado de él.
Pero él se marchó de Rusia por razones económicas, de Israel
Por razones morales y de Sudáfrica por razones sentimentales.
Parece que él también sufre en diferentes lenguas.

Iman Mersal


El despetar

"Abres los ojos como el telón de un teatro,
y en la oscuridad dos pies descienden hasta tocar el suelo.
Sin despertar aún, la madera del escenario tiene la misma temperatura que la piel.
Madurada repetición: un día más que se suma o un día más que se resta.
Comenzará la actuación improvisada al llegar a la cocina familiar,
puede que sea este negro café el timbre de la mañana.
De esta manera uno recibe el premio del regreso sano y salvo del sueño,
solamente para llevarlo sobre los hombros y correr."

Iman Mersal


La serenidad

Disfrutáis de un salario mensual gracias a que existe el Estado.
Y en tanto que el sol siga alterando vuestros ojos melancólicos,
dispondréis de una excusa para describir la suciedad de la naturaleza.
Y así os adentraréis en el momento histórico, a través de sus calcetines.
Atended a la serenidad.

La basura, por ejemplo,
proporciona a los cerdos su comida diaria.
Además, todo ha mejorado
con el último mandato presidencial,
hasta el punto de que los cementerios de la periferia
disfrutan ya de cinco locutorios para llamadas internacionales.

Yo, personalmente, no necesito la voz de nadie.

Atended a la serenidad,
y no os preocupéis por el futuro,
pues no poseéis la libertad suficiente para morir.

Iman Mersal



"¿Por qué no olvidan que son de allí?
Expatriados fracasados
ejercitan los músculos de la boca para librarse del acento.
El acento, esa sutil enfermedad hereditaria que los delata,
irrumpe cuando se enfadan y olvidan cómo traducir sus penas a una lengua extranjera.
El acento no queda enterrado a pesar de ser hábiles sepultureros.
Anotan en la puerta del frigorífico los nombres de los familiares muertos
para no equivocarse y telefonearlos por error.
Pagan una cuarta parte de sus salarios a las compañías telefónicas
para asegurarse de que viven en un lugar que es posible determinar de acuerdo a lo
alejado que esté de su infancia.
¿Por qué no olvidan?"

Iman Mersal



"¿Por qué vino al Nuevo Mundo? Esta momia, objeto de espectáculo,
yace luciendo sus galas de lino ceniciento: una vida imaginada en una vitrina de museo.
Creo que la momificación es contraria a la eternidad
porque nunca un cadáver podrá ser parte de una rosa.
La momia no eligió emigrar, pero estos que esperan largamente en
las colas de las embajadas y construyen casas en otros países
sueñan con regresar una vez muertos.
-Debéis llevarnos allí.
Este es el encargo que dejan en herencia a sus hijos,
como si la muerte fuera una identidad perfecta
que únicamente se completase en la tumba familiar."

Iman Mersal


Tras años contemplándolo desde la ventana
y meterlo a veces con los tranquilizantes en la mochila
de repente, estalla el amor cuando no lo esperas.
El asunto no está exento de intención poética,
por ejemplo eliminar el óxido de la palabra amor
y a expresiones como abandono, unión o agotamiento limpiarles
la saliva que las humedece al cantarlas.

Si fueras un poeta árabe habrías escrito sobre ello antes.
Habría sido necesario que te perdieras en el desierto de la pasión durante años,
que buscaras al animal mitológico que se adueñó del único manantial
y le dieras muerte.
Luego, que lloraras tu irrevocable crimen por beber un poco de agua.
Y que incluso después de regresar a la protección familiar,
siguieras siendo poeta.
El amor tiene mala reputación.
El amor es sin duda el peor tema sobre el que escribir. 

Iman Mersal












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