En la selva

"El toro en la alta noche condenado
a morir del peón bajo el acero,
dejó al caer, orillas del sendero,
una felpa de púrpura en el prado.

Cuando mostró en Oriente el sol dorado
de su tesoro el resplandor primero,
guiaron los pastores al estero
herboso y florecido su ganado.

Fue cada res la charco purpurino,
la sangre olfateó; rompió en lamentos
de triste vibración por le camino:

y, bajo un cielo recamado de oro,
se estremeció al selva a los acentos
roncos y extraños del doliente coro."

Udon Pérez cuyo seudónimo fue Abdón Antero Pérez Machado



¡MARACAIBO MIA!

"Porque yo te canto desde que el destello
Primero del alba sube monte arriba,
Al viejo ”Empañado”, que miente un camello,
La testa le bruñe, le dora la giba;
Porque yo te canto cuando el foco bello
Del sol en la altura sus llamas aviva,
Y allá me figura fantástico sello
Que sella del cielo la vasta misiva:
Porque yo te canto cuando el disco rojo
Del astro poniente reproduce el ojo
De algún Polifemo, sobre ápices zarcos:
Porque yo te canto diciéndote “mía”;
Me ladra y me muerde la burda ironía,
Los canes hidrófobos de los Aristarcos.
¡Que ladren y Muerdan…! Mientras los palmares
De insomnes penachos que orlan tu laguna,
Sean a mis ojos así como una
Falange de indios que celan sus lares…
Y finjan tus sombras nocturnos manglares;
Y un arco guajiro tu menguante luna,
Que clava en los flancos de la noche bruna
Las flechas de oro de tus luminares…
Mientras que tus islas, que oyeron mis loas,
Me acuerdan los rudos chozos primitivos
De maras y aliles. Moporos y toas
Y de su vernácula vital sinfonía
Aves, auras, frondas… me brinden motivos:
Yo te diré “mía”, Maracaibo mía.
“Mía”, cuando evocas tus hombres de gesta
Cuando sus hexámetros vibran tus cantores,
Y en labios y plumas, sin ruines temores,
Brasa de Isaías, arde tu protesta.
“Mía” cuando tiendes la mano, dispuesta
A vendar heridas, a calmar dolores,
A empuñar la esteva de los labradores
O el hacha que abre la inculta floresta.
Cuando amparas niños, viejos y mujeres,
Y cual hormiguero bullen tus talleres,
Y hay en tus escuelas sol y greguería.
“Mía”, cuando ríes, “mía”, cuando oras,…
“Mía”, a todas horas, Maracaibo mía.
¡Cuna de mis padres y de mis abuelos,
Cuna de mi Ida, para siempre ida,
Cuna de mi prole, y en donde mi vida
Se abrió como un cáliz al sol de tus cielos!
En tí han frutecido todos mis anhelos,
Tú has sido en mis luchas mi escudo y mi égida,
Diste a mis victorias láurea florecida
Y a mis desventuras ceñiste asfodelos.
Mis aves de ensueños colgaron sus nidos
En tus rosaledas, y duermen en calma
Bajo tus cipreses mis muertos queridos.
¡Que ladre y que muerda la tropa jauría!,
Mientras yo te llamo con voces del alma,
“Mía”, a boca llena, Maracaibo mía."

Udon Pérez


Plantas acuaticas

"Llegan, se unen, giran.... y en la oscura
superficie del río el grupo avanza,
sereno, majestuoso, a semejanza
de un viejo galeón en miniatura.

Sugiere cada hoja la figura
de un corazón abierto a la esperanza;
los vástagos en flor, puntas de lanza,
aceros de conquista y de aventura.

Vibra y flamea volador enjambre
de púrpura y de oro en cada estambre,
como breves banderas españolas,

y un pajarillo de jubón de seda
marcha en la nave, como Alonso Ojeda,
en pos del Lago de cerúleas olas."

Udón Pérez


"Todo se me va."

Udon Pérez
Últimas palabras antes de morir




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