"En toda la historia moderna, la interferencia con la ciencia en el supuesto interés de la religión, independientemente de lo concienzuda que pueda haber sido esa interferencia, tuvo como resultado, de forma invariable, los peores males tanto para la religión como para la ciencia. Y, por otra parte, toda la investigación sin trabas de la ciencia, independientemente de lo peligrosas que, durante un tiempo, puedan haber parecido a la religión algunas de sus etapas, ha tenido como resultado invariable el mayor bien para la religión y para la ciencia."

Andrew Dickson White
Tomada del libro En defensa de Dios de Karen Armstrong, página 349

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