"A Marte se puede llegar, pero otra cosa es establecer allí una colonia."

Miquel Barceló


“A veces, en el fondo último de esas narraciones, puede alojarse una seria reflexión sobre el sentido último de los acontecimientos y de las causas que los hacen posibles.”

Miquel Barceló



"De todas estas cosas lo que más me interesa es la docencia. Entiendo que la buena docencia tiene menos que ver con los contenidos que con la actitud. Hay que promover la curiosidad. Organizo clases, por ejemplo, en las que vemos un documental y luego lo discutimos durante una hora; o propongo temas, mis alumnos los preparan y los exponen en clase, y yo se los discuto. Hago investigación, pero de las cosas que me interesan. Estoy un poco fuera de los cánones. Me metí, por ejemplo, en temas de sostenibilidad ya en 1995. Y académicamente esto no te lo reconoce nadie. Estoy en un departamento que se llama “Ingeniería de servicios y sistemas de información” y a nivel curricular en este departamento no me cuentan mucho los artículos sobre sostenibilidad o el que acabo de publicar en Science Communication, con un profesor de la Autónoma y dos investigadores de una universidad Noruega, sobre la ética de la mejora del cuerpo humano con la tecnología, usando la ciencia ficción como referente. Incluye, por ejemplo, toda la cuestión de la cosmética que hay en la película Brazil, una divertida distopía de 1984 que dirigió Terry Gilliam. Lo sigo haciendo. Tengo una edad, tengo un prestigio, he pagado mis peajes haceindo gestión como vicedecano y vicerrector las veces que me lo han pedido. Me dedico a la docencia y cada vez me interesa más la divulgación científica, que es un poco la docencia para la gente que no la espera. Por ejemplo, lo que estoy haciendo con la gente mayor se podría pensar que es algo inútil, pero yo creo que no. Algunos preguntan cómo puedo hablar de sostenibilidad a un anciano cuando no va afectar a su vida. Pero es que sí afecta a la vida de sus nietos y con eso tienes toda su atención, porque sus nietos les interesan mucho más que ellos mismos."

Miquel Barceló


"Los temas de la ciencia ficción hoy están en todas partes, al alcance del gran público. Se ha hablado mucho de la muerte del género, en realidad lo que pasa es que se ha diluido en la realidad."

Miquel Barceló



 "Se ve que los guionistas de televisión han leído poca ciencia ficción."

Miquel Barceló


"Si se consigue sacar beneficio de clonar humanos, se hará."

Miquel Barceló




"Soy un vicioso de la ciencia ficción."

Miquel Barceló


"Yo soy muy timorato, soy una persona que intenta jugar sobre seguro y me asombran las personas que como John Glenn, hace ahora 50 años, hicieron los primeros vuelos orbitales sobre la tierra. El padre de ese tipo de novelas, dejando de lado las clásicas como la Atlántida de Platón o Utopía de Tomás Moro, fue Julio Verne. En 1860 había una presencia constante de la ciencia y la tecnología en la vida de la gente, aunque no se reflejaba en las novelas. Verne, consciente de esta situación, comentó con su amigo Alejandro Dumas hijo que había que escribir la que él llamo la novela de la ciencia y de ahí surgió lo que los franceses llaman novela de anticipación; esa ciencia ficción ingenua pero que en el fondo habla de ciencia, como el viaje en globo. Es el primero que hace eso. Y esa vertiente la sigue Edgar Rice Burroughs, que para mí es un autor de aventuras. Asimov habla de tres periodos diferenciados en la evolución de la ciencia ficción, el primero centrado en las aventuras, un segundo más preocupado por la ciencia y la tecnología y un tercero que gira en torno a la sociología. Las novelas de Burroughs pertenecen a este primer periodo. Las aventuras de Tarzán discurren en un mundo desconocido y medio inventado, que es lo que era África en ese momento. La serie que protagoniza John Carter en Marte —Barsoom para los marcianos— son aventuras totalmente locas, pero es el viaje, la exploración, lo misterioso; el sentido de la maravilla es lo que los enlaza con el género.
Posiblemente el más osado de todos es Robinette Broadhead, que aprieta el botón de la nave Heechee y va a parar a un mundo de metano donde morirá o, como en su caso, a un mundo donde encontrará objetos preciados que lo harán rico, aunque en el camino pierda a su mujer. En Pórtico hay otro personaje reseñable, Sigfrid, que es el psiquiatra-robot de Robinette, y que aparece cinco o seis años después de que Weizenbaum hubiese sacado un programa, Eliza, que parecía ser inteligente. Eliza fue uno de los primeros programas en procesar lenguaje natural y lo hacía parodiando al psicólogo Carl Rogers mientras intentaba mantener una conversación de texto coherente con el usuario.
Se suele decir que la ciencia ficción es escapista, y eso posiblemente haya sido cierto durante mucho tiempo. Pero a partir de los años 40 o 50 en los Estados Unidos, gente de izquierdas como Frederick Pohl empiezan a hablar de una ciencia ficción con retazos sociales, como El túnel debajo del mundo, en el que se hace patente su interés y preocupación por el negocio de la publicidad en el que había trabajado profesionalmente. O aquel viaje en el que van todos por la carretera un domingo de fiesta y si les pillan en un túnel, l0s gasean y mueren. Es una metáfora de que si sales todos los fines de semana un día te va a tocar un accidente y vas a morir. En ese sentido la ciencia ficción ha sido muy reflexiva, y cada vez lo está siendo más, aunque mantenga esa imagen  escapista. En los últimos años, sobre todo en la ciencia ficción cinematográfica más que en la literaria, los productores de cine en Hollywood tienen  la idea de que han de filmar historias de ciencia ficción con muchos efectos especiales, para consumo sobre todo de adolescentes, y deben de creer que sus adolescentes son poco inteligentes. Julio Verne respetaba más a sus lectores."

Miquel Barceló



















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