A T.S. Elliot

De mis manos crecieron flores rojas
largas y hermosas,
cómo olvidar el miedo con que fui despojada de toda certeza.
Caminé con las manos
y metí mi cuerpo donde había lodo
mis ojos se llenaron de arena fina.
Me llamaron la niña de los nenúfares
porque mi raíz era la superficie del agua.
Pero también fui mordida por una culebra apareándose en el estero
y quedé ciega, fui Tiresias que recorrió sin báculo su historia.
¿Cuáles son las raíces que prenden, qué ramas brotan de estos cascajos?
tal vez soy la última rama que hablará zapoteco
mis hijos tendrán que silbar su idioma
y serán aves sin casa en la jungla del olvido.
En todas las estaciones estoy en el sur
barco herrumbrado que sueñan mis ojos de jicaco negro:
a oler mi tierra iré, a bailar un son bajo una enramada sin gente,
a comer dos cosas iré.
Cruzaré la plaza, el Norte no me detendrá,
llegaré a tiempo para abrazar a mi abuela antes que caiga la última estrella.
Volveré a ser la niña que porta en su párpado derecho un pétalo amarillo,
la niña que llora leche de flores
a sanar mis ojos iré.

Natalia Toledo
Traducción al español realizada por la propia autora


Cumpleaños

Somos un dibujo terso del viento,
su boca estría nuestras aguas,
la espátula pasa,
pero no somos una superficie rota.
Cuando el mar evaporó mis lágrimas,
una salina nació en el centro de mis ojos.

Tengo una canasta llena de albahaca fresca
y tulipanes para regalar el día de mi cumpleaños,
saldré con mi charola colmada de sonrisas melosas y
dádivas alcanforadas.
Yo sé de orfandades,
pero tengo una carpa en donde hago feliz
a quien se atreve a descorrer la cinta de mi enagua.

Natalia Toledo Hernández


Tumba primera

Duermes cubierta en tulipanes rojos,
al cuerpo lo anestesia el honor.
Eres una flor recién abierta con un meñique,
un aroma nuevo se bautiza terminando la noche,
el conejo bebe la leche de una luna transparente,
la milpa baila con el viento de tu casa.
Llegará la música y bailarán con tu esposo,
desde tu envoltura quieres que dé fin la fiesta:
toda virginidad es efímera.
En medio del corazón tienes un deseo que expira,
jamás volverás a jugar con muñecas
y jamás caminarás las calles en calzones almidonados
cuando tengas calor.

Natalia Toledo






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