"A veces me dicen que es la esperanza lo que genera la fuerza de luchar. Pero es lo contrario: es la fuerza de luchar lo que genera la esperanza. No es que esté convencida de que lo hago vaya a cambiar las cosas y por eso luche. Estoy convencida de que mi lucha puede generar la esperanza. Me preguntan a menudo por qué me he quedado en el Líbano. Yo digo que me quedo por las cosas que no me gustan. Mi vida ha sido una interpretación del míto de Sísifo. (En el infierno Sísifo fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio). La vida, para mí, siempre ha sido así."

Joumana Haddad

Árbol azul

Cuando tus ojos se encuentran con mi soledad
El silencio se convierte en fruta
Y el sueño en temporal
Se entreabren puertas prohibidas
Y Eva aprende a sufrir.
Cuando mi soledad se encuentra con tus ojos
El deseo sube y se derrama
A veces marea insolente
Ola que corre sin fin
O savia que cae gota a gota
Savia más ardiente que un tormento
Inicio que nunca se cumple.
Cuando tus ojos y mi soledad se encuentran
Me entrego desnuda como la lluvia
Y desnuda como un seno soñado
Tierna como el fuego que madura la viña
Múltiple me entrego
Hasta que nazca el árbol de tu amor
Tan alto y rebelde
Tan rebelde y tan mío
Flecha que vuelve al arco 
Palmera azul clavada en mis nubes
Cielo creciente que nada detendrá.

Joumana Haddad



"El mundo árabe es un mundo que vive una gran esquizofrenia desde hace dos siglos. Es un mundo donde no puedes decir lo que piensas, no puedes vivir lo que dices y tampoco puedes vivir en público lo que vives en secreto. Esta duplicidad absurda te transforma en una criatura esquizofrénica, poco auténtica. Una de las razones de esta dualidad son esos tabúes absurdos que estamos viviendo en el mundo árabe, impuestos por la religión o por los regímenes dictatoriales. Ahora tenemos una oportunidad muy importante para cambiar las cosas."

Joumana Haddad


“En Las mil y una noches, Sherezade cuenta historias al patriarca del harén con el fin de posponer su ejecución y por ende preservar un derecho fundamental: la vida. Hoy las mujeres se retocan el cuerpo para poder negociar su mera existencia y ser reconocidas socialmente a través de la mirada masculina.”

Yumana Haddad


“La hipocresía que he vivido es el motivo que me ha llevado a desafiar a mi sociedad.”

Joumana Haddad



La pantera escondida donde nacen los hombros

Ella tiene la cabellera más lejana que un placer que acaba de pasar y en la sonrisa mil promesas que no impiden la lluvia. Sus colores son una paleta de temblores, ya cicatriz de ondas, ya claro de cuchillo. Ningún cartero llama a su puerta porque no se le conoce morada. Tampoco se le conoce fin, porque es libre como un árbol.

Y como un árbol, sube.

Ven
Recógela a flote en tus ojos.

Su jardín, fortaleza que exhala la intriga y dulce muerte que huele la presa. El diablo se siente allí en su casa.

Las miradas no pueden capturarla, ni los cálices: mujer de brumas, de incertidumbres y de fantasías. Mujer de caídas también.
Sobre su piel una infinitud de continentes desconocidos se mueven. Cada guijarro es un falso juramento, liso como las esperas vistas de lejos, y cada mano, cada mañana, son viajes. ¡Pero cuántas trayectorias horizontales y cuán pocas escaladas!

Ven
Clava tus cimas en sus abismos.

Tan púdica que se refugia en las palabras obscenas, insolente hasta el punto de enrojecer gritando su fuego. Guerrera amadora, amazona de carrera, lanza como flechas sus palabras y sus flechas le retornan cargadas de presas.

Habla todas las lenguas de la noche pero escribe sobre todo con las uñas. Escribe en el cuerpo mismo. Malditos son los dedos que no pueden descifrar los timbres puntiagudos de su éxtasis. Del escote de sus gemidos se elevan músicas, cantos, rumores y murmullos. Violín en erupción, busca el carpintero de notas que sabrá hacer vibrar las cuerdas.

Ven
Graba su silueta en la memoria de tus palmas.

Degustadora y toda de bocas vestida, está hecha para degustar y ser degustada. Sus labios son comestibles y su lengua una cucharada interminable de delicias.
Golosa de sabores finos se los regala a deseo, pero vigila quedarse con su hambre.
Lo prohibido, clítoris de su cabeza...
¿Y su vientre? Campos de trigo donde centellea el pan del deseo...

¡Aporta tu hoz, segador!
Toma, aprieta, aspira, acaricia, enrolla, desenrolla,
Sea el hacha y el leñador
El sentido y el sentido contrario
Que tu recuerdo madure el fruto
Que tu mano navegue en la espera fluida
Que tus dedos se disputen la luna y el ahogamiento
Porque el río no comienza a correr más que cuando el árbol se inclina sobre él
Y es el deseo el que mueve montañas
No la fe.

Joumana Haddad




"Ser mujer en el mundo árabe es hacer una declaración de guerra."

Joumana Haddad


Tengo un cuerpo

"Tengo un cuerpo esperando en el fondo del océano.
Tengo un cuerpo que es como un volcán,
cuyo cráter lame el agua
para que no arroje placer antes que el amor llegue.
Tengo un cuerpo que no conozco.
Puede ser un grano de arena
o un pez rojo
o una perla en una concha.
Pero voy a descubrir su sabor
con dos labios ardientes
y una lengua que entrará
y con la lava hará un sonido
como entrar en el paraíso.

En el fondo del océano,
dentro de las burbujas del deseo,
tengo un cuerpo para ti,
y tengo una mañana y una eternidad:
una mañana en la que llegarás a mí
y una eternidad en la que se abrirá la caparazón
poco a poco,

con toda la lentitud que deseo
y para la que estás capacitado."

Joumana Haddad





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