Adiós a Turóbriga

He dicho adiós a mi calle
y al ángel invisible de mi calle.
Aquí para mí ya cantó el gallo.
Me alejo de sus piedras que no entiendo.
Un cantero grabó algo en ellas, hace mucho.

Miro eso que hay aún en sus montañas
abierto como una flor de aire.
He sido sólo un vecino que habló
con uno y otro,
mientras caían las dos otras sílabas de la tarde.

Me despido de la familia humilde
que, en el suelo,
aguarda que llegue a su puerta un poco de sol;
del ruinoso ventanal donde cantan los pájaros
que ayer saludaron mi vuelta.

He aprendido que quien viaja
necesita apenas
sombra, musgo, un poco de luz que guíe sus pasos.

Turóbriga es pobre, pero si aquí llegas un día
sin nada,
el viento te llenará las manos.

Rafael Adolfo Téllez


Álbum de familia

"Un abuelo recóndito que a fuerza de no verlo,
se me hizo familiar
y que alumbró con luz de lámpara mi paso
por la infancia.
Madre que en su cocina enhebró en manteles
de humo lo enorme del mundo.
Mi padre con un dedo señalando los astros.
Y yo en aquellos huertos yéndome aupándome al aire.
Abuela que una noche, desde su puerta,
miró los cielos y se apresuró en la sombra.
Abuela que escrutó ansiosamente
las nubes, las lluvias, el rastro de las lunas.
Guardo de mi hermana una moneda fría
y nuestras dos habitaciones nebulosas.
Eso es todo y algo duele,
algo tiembla aún abierto como una zanja
en la mitad del corazón."

Rafael Adolfo Téllez


El umbral de otro cielo

"Se fueron yendo casi todos
y ahora,
en el umbral de otro cielo han puesto
sus sillas de anea.

Llevan con ellos sus enseres.
En un carro doblan ese recodo
que les aleja de su calle,
cargando la mesa
en que antes, en torno al hervor
de los puros alimentos, solían reunirse.

Alzan su pálida cuchara
con el gesto de quien ya no estará más
aquí sobre la tierra.

Y no entonan canto alguno
porque el mundo es áspero
y duro y frío.

Llevan en ese carro
del que tiran dos viejos mulos,
bajo el sol del ocaso,
una lámpara, ropas, un cuaderno,
dos o tres retratos…

Saben que no volveremos a encontrarnos."

Rafael Adolfo Téllez



"En mis paseos por los campos a veces converso con alguno de esos pocos pastores que quedan, les digo mi deseo de haber sido pastor y no entienden nada."

Rafael Adolfo Téllez


"La poesía no se aprende en la universidad; el artista -y digo esto con todas las matizaciones- es un salvaje que con la ayuda de su instinto y de su fuerza es capaz de encontrar las palabras verdaderas; esas palabras que son puro hueso."

Rafael Adolfo Téllez



"La poesía y el amor son los mismo, ambas cosas se hacen en la cama."

Rafael Adolfo Téllez



"Nada como el cuerpo desnudo de una mujer recuerda el origen del mundo; el caso es que las separaciones amorosas te dejan, como mínimo, una temporada en el infierno; las separaciones te dejan sin porvenir, pero también, y esto es lo peor, sin pasado; uno acaba preguntándose aquello de Machado '¿Tú eres de verdad o no?'."

Rafael Adolfo Téllez



"Todavía hoy sueño a ratos haber compartido el chozo, ser uno más, sobre uno de los montes de Fuente Palmera donde mi abuelo y mi padre dormían en las noches tras haber sacado al campo al rebaño de cabras.
Pienso que oyendo a la tierra se aprende casi todo; todo tiene habla: el árbol, la piedra, el arroyo; detente un momento a pensar cuánto dice el sol rojo del ocaso; más que muchos libros; yo aprendí a escribir leyendo libros pero también oyendo a la tierra."

Rafael Adolfo Téllez


Un viejo café

"La lluvia es siempre joven.
Viene de lejos.
Trae alhajas de su paso por comarcas invisibles.

Pasa con su traje de aldeano al viento.
La lluvia siempre es joven,
pero el hombre que la mira, en la mesa vacía
de un café, sabe que su noche avanza.

Palpa las piedras en que cayeron otras lluvias,
no lejos de aquí, en otro café.
Quizás en esta misma calle,

mientras se oían pasos severos de gentes de otro siglo,
voces de mujer, tintineo de cucharas
que son ya niebla en los espejos.

La lluvia llega, de tiempo en tiempo,
y esparce su luz en el umbral del café
donde el hombre escribe.
Sólo él ha envejecido."

Rafael Adolfo Téllez


"Yo siempre quise quedarme; nunca quise irme; por eso soy un elegiaco y por esa razón celebro en mis poemas la hermosura de este mundo."

Rafael Adolfo Téllez




























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