Cansancio

 "Una mujer que canta
cruza el río de la memoria. 

Su voz dijo y nombró las mismas cosas
–la vida, sus extrañas formas–
que insisten en volver
en estas líneas. 

Ella empieza en el pasado
y llega adonde quiere nuestro aliento.
   
Surcando mares nunca antes navegados
su voz quedó prendida
de una tierra de brumas y certezas
que quiso ser el mundo totalmente. 

Las ondas de un mapa que perdí,
la corriente de un río que entra en el mar,
se disuelve y adensa
son su reino. 

La mujer que fue un país acaso sueña
en el espejo que miente
el cansancio de ser y de no ser,
de ser todos lo mismo y ser tan otros. 

Su voz
y su cansancio en este espejo
derraman lentamente
las notas muy jóvenes
                                ya antiguas
del mar que abandoné,
y me devuelven la dulce, la discreta
costumbre de atesorar lo ya perdido."



Conjuro

"Lo invisible gobierna lo visible:
así en el aire
el ansia de volar se encarna en ave,
así en la noche
el pálido sueño se ilumina
con resplandores ocultos de intenciones
que ausente calla el día.
Pero en secreto las sombras se complacen
en su desnuda oscuridad
y las palabras rotas
que abandonas calladas a su suerte
labran en las ficciones de la noche
tu inacabable hastío
y tejen innumerables y afanosas
tu antigua, tu legítima derrota."

Blanca Luz Pulido


Los que se detienen a mirar pájaros

"Hay un silencio que sólo rompe el sonido de las ramas agitadas por el viento. Los que miran pájaros esperan. Llegaron antes de que el sol iluminara el cielo.

Un mundo que no existe en las aceras los rodea. Callan y esperan la aparición de los pájaros, hasta que llega la mañana abriendo el cielo, fresca, nueva.

Los que se detienen a mirar pájaros forman grupos pequeños. Su mirada es interior, sus movimientos suaves. Han aprendido de las aves a estar quietos, a pararse en la mejor rama y quedarse inmóviles a ratos. Hablan poco. Prefieren escuchar.

Entre las ramas, sin aviso (el mundo de los pájaros es un perpetuo asombro), llega el dibujo sonoro, intermitente y leve, de un invisible búho. Horas después, desde lo alto y a lo lejos, aparece en un árbol, ligando así su canto a su figura. Los buscadores de pájaros reúnen lo que parece disperso: sonidos y color, luz y materia: con paciencia distinguen las huellas más pequeñas, escuchan las voces, los llamados, las palabras del preciso idioma de los pájaros.

Allá van, andando la mañana. Sumergidos en el mar inverso de árboles y cielo, donde aparecen, si hay suerte, los cantores escuchados: azul azulejo, rojo cardenal, calandria, cenzontle, ruiseñor, y muchos más: multiforme deseo nunca saciado.

Un carpintero, con su collar amarillo o rojo, vuela nadando en ondas por el cielo. 

Gambusinos de la vida y de sus alas, los que entregan sus días en este viaje parecen ceñidos a la tierra pero no lo están completamente: si miras bien, verás en su circunferencia un aire leve y ausente, en su mirada un contagio azul y en sus brazos la suave pelusa de intangibles alas.

Ellos prenden la vista a lo inasible y tocan lo que a veces miran. Escuchan y callan, y al mirar, recuerdan tal vez lo que todos supimos algún día.

Su tiempo es de este mundo y es ajeno.

En medio de dos reinos tienden puentes: 

no hay otra libertad."

Blanca Luz Pulido


 Vuelo

"A cada lento paso
sucede el otro,
y el siguiente,
y otro más.
Siempre tan cerca de las sombras,
y siempre aquí,
atados a la tierra.        

Ellas son leves.
El aire es el camino de sus pasos.
¡Cuántas fugaces calles en el cielo,
qué de invisibles geografías
dibujadas en la altura con su vuelo! 

Y sigo lentamente caminando
mientras las aves regresan del misterio. 

Acaso mi libertad tan sólo sea
imaginar el aire
corriendo suavemente entre sus alas. 

Yo sólo puedo ver cómo se pierden,
serenas en al ávido horizonte."

Blanca Luz Pulido







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