Creo que hubo dos momentos en mi transición del ateísmo a la religión. El primero fue el creciente convencimiento de que la ciencia no exigía el ateísmo. El ateísmo era solo una de las opciones, pero existían otras que resultaban cada vez más interesantes. El segundo momento fue cuando me percaté de que la ciencia en realidad no respondía a “las grandes cuestiones” sobre la vida, como el sentido de mi existencia, por ejemplo. Estas cuestiones se encuentran más allá de los límites de la ciencia. 
Comencé a darme cuenta de que los seres humanos necesitamos respuestas de orden existencial sobre el significado, el valor y el propósito de la vida y no solo entender cómo funciona el universo. Más tarde, encontré una cita del filósofo español Ortega y Gasset que creo que refleja muy bien esta idea: “La verdad científica se caracteriza por su exactitud y el rigor de sus previsiones. Pero estas admirables cualidades son conquistadas por la ciencia experimental a cambio de mantenerse en un plano de problemas secundarios, dejando intactas las últimas, las cuestiones decisivas.”

Alister McGrath


"Hay muchas maneras en que las ciencias naturales enriquecen nuestra comprensión de la fe. Pensemos, por ejemplo, en las famosas palabras del Salmo 19: “Los cielos proclaman la gloria de Dios”. La ciencia amplía nuestra concepción del cielo y nos permite entender mejor su inmensidad, de modo que intensifica nuestra capacidad de asombro cuando reflexionamos sobre el universo. Nos ayuda por tanto a apreciar la infinidad del cielo, enriqueciendo nuestro asombro ante el firmamento nocturno.
Por otra parte, creo que hay dos modos en los que el cristianismo enriquece la narrativa científica. En primer término, nos proporciona seguridad sobre la coherencia de la realidad, es decir, que pese a lo fragmentada que pudiera parecer nuestra experiencia del mundo, se atisba una “imagen más global” que une las cosas y que conecta en una red de sentido lo que de otro modo parecería incoherente y vacío.
Y, en segundo lugar, el cristianismo ofrece respuestas a aquellas cuestiones que no se pueden resolver científicamente, a esas que Karl Popper llamó “cuestiones últimas”, como el significado de la vida o nuestro lugar en un marco más amplio de cosas. Estos aspectos son como el complemento de una rigurosa y constante aplicación del método científico, y nos protegen del vacío existencial que deriva de ver la ciencia como el fundamento o la base del sentido y de los valores."

Alister McGrath



“He hablado recientemente con un colega que está estudiando el caso de personas que se han convertido al cristianismo como resultado de su lectura de los libros del neoateo Richard Dawkins. Son personas que leyeron a Dawkins con la expectativa de encontrar en él sofisticadas respuestas a las grandes cuestiones de la vida, y sin embargo se encontraron con algo superficial e insuficiente. Pero su sed de verdad les llevó a continuar y finalmente hallaron la respuesta en el cristianismo.”

Alister McGrath


"La ciencia se encuentra por encima de cualquier ideología, ya sea religiosa o antirreligiosa. Por esta misma razón resulta trágico que los ateos ideológicos de algún modo la hayan secuestrado y que la utilicen como un arma arrojadiza en su batalla contra la religión. Como la ciencia no puede determinar si Dios existe o no, el ateísmo, el agnosticismo y la creencia religiosa son opciones abiertas para todo científico. El argumento de Richard Dawkins da por sentado que la ciencia puede demostrar que Dios no existe y por tanto descarta que creer en Dios sea una opción legítima para los científicos.
A veces tenemos que tomar también decisiones basándonos en una comprensión incompleta de la situación. Así es como son las cosas. El dilema epistémico de la humanidad es que no podemos demostrar las cuestiones que más nos preocupan. Solo podemos demostrar verdades poco profundas. No es una situación cómoda, pero tenemos que acostumbrarnos a ella y no buscar refugio en el ilusorio y utópico mundo del Nuevo Ateísmo, que sostiene que podemos demostrar todas nuestras creencias más profundas."

Alister McGrath



"Mi enfoque no niega nada en relación con las ciencias, excepto las falsas pretensiones de exclusividad e irreversibilidad por su parte. Esta visión puede estar en conflicto con las tesis del Nuevo Ateísmo, pero ciertamente no lo está con las de la verdadera ciencia, que siempre ha estado dispuesta a reconocer sus límites, pues sabe que plantea cuestiones que trascienden su propia capacidad de respuesta, “cuestiones que la ciencia no puede responder y que ningún avance concebible de esta la capacitará para responder” (Peter Medawar)."

Alister McGrath


“No hay duda de que el desarrollo del nuevo ateísmo ha traído un renovado interés cultural hacia Dios. En mis conversaciones y debates con los nuevos ateos, a menudo les he agradecido que hayan suscitado una nueva curiosidad por la religión, por Dios y por el sentido de la vida. Por otra parte, actualmente el nuevo ateísmo está perdiendo ya su carácter de novedad. Repiten simples eslóganes que cada vez se vuelven más simplistas, no son cuidadas afirmaciones de síntesis intelectual. Aquellos que una vez creíamos que el nuevo ateísmo ofrecía buenas respuestas a las grandes preguntas, hoy comprendemos que solo ofrece simples frases hechas que no satisfacen los interrogantes más profundos.”

Alister McGrath


"No soy católico, pero me gustan las palabras de Juan Pablo II: “El cristianismo posee su fuente de justificación dentro de sí mismo, y no espera que la ciencia constituya su principal apologética. La ciencia debe atestiguar su propia valía. Mientras cada una puede y debe apoyar a la otra como dimensiones distintas de una cultura humana común, ninguna debe suponer que constituye una premisa necesaria para la otra”."

Alister McGrath











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