Déjame sola

"No me sigas, déjame sola.
Quiero recorrer los pasos
que no tienen principio ni final conocidos

Apenas recuerdo cuando inicié este camino
tan lleno de altibajos y dolores.
Sé que he de elevar el vuelo antes de lo pensado.
Que mi recorrido se acerca a un final desconocido
... pero sin sorpresas.

No me sigas, déjame sola
que este aprendizaje es de uno.
No importa si lastiman
mis plantas las decepciones
o si el áspero camino marque
en mis pies descalzos
ampollas de dudas.
He de seguir yo, por mí misma
sin el auxilio de bastones imaginarios
que me brinden apoyos ficticios

No me sigas, déjame sola
Aún no vislumbro aquello desconocido 
que se pierde entre brumas de mi mente
en el fondo del baúl de los recuerdos
donde guardo tesoros de infancia

No me sigas, déjame sola
Pero si acaso vieras que a lo lejos desfallezco
¡corre presuroso! Tal vez, al levantarme,
pueda aún dar unos pasos más
en pos de eso que busco
... y que no puedo recordar..."

Adelfa Martín



"Generalmente mis escritos siempre tienen que ver con temas de índole social. Tanto en mis poemas, como cuentos y novelas. Camino mucho por la senda de los niños y las mujeres en situación de violencia, o en su defecto, trato, especialmente en los asuntos de género, de dignificar el papel de la mujer, de elevar su autoestima, y hasta cuando la protagonista toma caminos equivocados, busco que haya un porqué, algún evento del pasado que justifique su comportamiento. También me gusta hacer énfasis en lo espiritual, en la bondad de la gente, en la solidaridad y la empatía."

Adelfa Martín


Tiempo sin Tiempo

"Veo hacia adentro de la oscuridad.
De mi interior nacen los gritos
que escucho a lo lejos,
porque vienen de las voces
que no me pertenecen.

La tristeza no emana de mí,
viene de aquellas aves
que no saben cantar porque
les arrancaron los ojos.

Su canción es muda y sorda.
Las flautas que suenan lejanas
atormentan a mi alma que descansa.
¡OH paz interior que ya no te recuerdo!

…Siento los pasos de los hombres
que me acechan día y noche…
Mis ropajes naranjas son una mueca
de alegría; una burla cruel

¿Cuántos años aquí?
¿Qué sucedió que no puedo recordar?
El tiempo se detuvo sobre
las nubes de aquélla montaña
que no ha cambiado en años…

Canta ave, canta…
Yo prometo reponer tus ojos
que miran desde la profundidad
del alma de las aves…

La soledad es un mito que me acompaña.
La alegría, una  sombra igual
al sonido del tren lejano y cercano.

Resuenan nuevamente los
pasos de los hombres solos
que no duermen nunca…
La sangre se secó,
y no puedo seguir escribiendo…"

Adelfa Martín


Ustedes, la oscuridad

Vienen arañando desde el otro lado
de un interminable mar de sangre

Los imperturbables recuerdos
y el espíritu sojuzgado, no vencido,
arrastran sus vivencias
que se dejan sentir en lastimeros latidos

Su conciencia, mil veces recriminada
por los arrepentimientos
 la cobardía  y las omisiones.
Por las verdades atragantadas
en cientos de gargantas resecas

La desesperación se ahoga
en balbuceos ininteligibles
de desconfianza y desengaños.
Mil improperios pugnan por emerger
a sabiendas que los recibirá la indiferencia

Ustedes, la oscuridad, maldita e infame

Dueños de la paz que agoniza
Amos del hambre y los apocalipsis
Señores del terror y el miedo
Dioses de la vida y de la muerte
Dictadores encarnados en los abismos
Bozales implacables del silencio
Exterminadores de la libertad

La inevitable luz que ha de brillar esplendorosa,
será vuestra desdicha y perdición...

Adelfa Martín























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