Sin aliento

Prendida de un hilo de telaraña
contemplo el ámbar
que perfuma los
insectos retorcidos

Se desata el silencio y en la oquedad
meridional de la sabina
se estrella el último graznido de los patos

Trepo por el contorno del ciprés
y en mi andar por su perfil cónico me detengo

Dos círculos perfectos buscan reflejar el universo

Mi superficie tiene hondas grietas
como la piel del castaño

Un entorno violento me sigue aún entre el
vago hedor que enloquece a las hormigas

Sus pisadas leves cavan laberintos
y palpita el lecho de los árboles

Del caer de las hojas
se desborda un arrope crujiente
que llega hasta el agua

Ahí, se refleja el silencio
pálido de las estrellas

Los grillos y ranas se contestan
y su vaho empapa el otoño

El hambre destroza cuellos de ciervos
y escurre un líquido tibio que tiñe la hojarasca

El capullo colgante de una oruga
se humedece al ritmo del invierno
mientras... se paraliza el calor
y se entume de frío

Huele a resina y almizcle
me deslizo en la nada
la quietud me envuelve
y el ritmo vital
desprende el último susurro
en mi oído... muy adentro

Leticia Garriga

Tanatos y Eros

Cómo quisiera encontrarme en el iris de un mito que me
pertenezca
con la dulzura escurriendo por
la yema de sus dedos y llegar al encuentro

Estoy perdida en una soledad añeja
viviendo en mi vestido de piel
un crudo invierno interior

Mi alma transparente
deambula abrazada del hastío
que no me deja ver el sol

Mi opuesto amanece a mi lado y como un
cadáver con su mortaja blanca
se incorpora en el último estertor
y balbucea mi nombre

Un nuevo día me espera con su frialdad inmensa

Como castigo divino
el desamor me arrastra en su juego profano

Ay de mí
mientras agonizo
espero la resurrección del amor
jugando con su cadáver como compañía

Leticia Garriga






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