"A Atienza, la peña fuerte,
a Atienza, la bien guardada,
cuyos cabellos le peinan
altas guedejas rizadas

de piedra. Son con orgullo
muro, tras muro, murallas.
Sobre el cerro roca pura;
sobre la roca, la barca."

Juan Pablo Mañueco


Al pie del Alcázar de Segovia

Por el balcón de Eresma y de Clamores,
en la urbe segoviana y carmelita,
se ve cuanto el recuerdo necesita
para morir de amor y mal de amores.

La iglesia de Fuencisla son olores
de verdor recostado que medita
junto al descalzo Juan que nos recita
su “Noche Oscura” entre álamos cantores.

Y si ríos, santuario y monasterio
-ni el alcázar detrás-, bastante fuera…
restara por nombrar todo el misterio

de Segovia milenaria; y valiera
de sus calles cada una el magisterio
para declararle amor a ella entera.

Juan Pablo Mañueco



Bardulia que ahora llamamos Castilla

Las seductoras nubes de Fontibre
anuncian que Castilla está cambiando
según la orilla de Ebro va pasando
de Castilla condal a otra más libre.

Si aquí por Villarcayo es del calibre
de bárdula Castilla burgalesa,
es allí la Castilla montañesa…
Bardulia original que la equilibre.

Castilla en ambas márgenes del Ebro:
de lo mismo a lo mismo va arribando,
la amo en idioma igual y la requiebro.

De Castilla voy saliendo y voy entrando
por las verdosas aguas que celebro,
a cuya raíz vieja estoy clamando,

por cuya fuente ibera estoy llegando
y a cuya vieja historia me vertebro
como un manantial más del río Ebro.

Juan Pablo Mañueco


Castillo de Gormaz

Esta fortaleza enorme y montaraz
frenó un siglo -sola- la Reconquista,
pues tanta tierra otrora antagonista
rinde que un siglo entero fue eficaz.

Después contuvo al moro africanista
de modo ya rotundo y contumaz,
para ser hoy arquitectura en paz.
Morada de aves y del viento arista.

Álzase aun más que el águila más alta,
la cual su plumaje entrena bajo ella
y de ahí bate, se impulsa y la asalta.

Inclusive el arcoiris se destella
soto el pétreo muro, que resalta
por sobre el colorido que atropella.

Y hasta diríase que nube y lluvia
son sirvientas vencidas de la roca,
porque así tanto cirros como pluvia
dimanan del Gormaz que las convoca.

Juan Pablo Mañueco



Devoto de ti (todos los mis votos a ti te los dono)

Todos los mis votos 
a ti te los dono, 
pues que soy devoto 
de tu lindo tono. 

Todos los mis votos 
a ti te doné, 
y lo vuelvo a hacer 
pues que eres mi icono. 

Todos los mis votos 
a ti donaré, 
mañana, hoy y ayer. 
Con ellos te doto. 

Todos los mis votos 
a ti te los dono, 
sin tasa ni coto. 
En ti me corono. 

Todos los mis votos 
los voy a remover, 
todos los mis votos 
por una mujer.

Juan Pablo Mañueco



Guardián de Hita


Guardián he sido yo de la almenada
puerta altomedieval que ampara Hita,
formidable y guerrera, que milita
por las cónicas villas, inclinada.

Mi centinela guarda enamorada
por ti, castrense y cauta, quedó inscrita
en el zaguán frontero que transita…
adentro de la villa vigilada.

En su interior, también por ti, preservo
la Iglesia de San Pedro, sobre todo,
pues de ella guardo, cuido y me conservo

memoria tuya en el fuerte recodo
que sube hasta el castillo ayer superbo,
y hoy alerta también, mas de otro modo.

Juan Pablo Mañueco

Tu rostro en la portada (Oña en septiembre)

En el septentrión de Burgos sueña Oña
su sueño gótico de apuntados arcos.
Monasterios e iglesias son los marcos
donde el tiempo que fue estío hoy otoña.

Se oyen sonar laúdes y zanfoñas
para nosotros dos, que como barcos
bogamos hasta aquí, solos y parcos,
tras del fervor condal que acá retoña.

Nadie hacía falta más, tú te sobrabas
para que el atrio de San Juan Bautista
se iluminara con tu faz risueña.

Y ni yo mismo sé si tú llevabas
la belleza al pórtico goticista
o la beldad del sitio era tu seña.

Juan Pablo Mañueco


Versos a medianoche

"En la iglesia de El Carmen
Rompen las sombras la carne
Serena de la mujer y del hombre,

Orando canciones humanas que a la plazuela se abren.
Se escucha gemir las notas del violín y sus sones
A mí me suenan a versos antes que giman las voces.
¡MEDIANOCHE en la plaza, de parte a parte!

De todos los géneros, de amores y de colores
El Carmen la Iglesia, rosa o verde, a ratos se pone.

UN poeta, una poeta, sexo, amor, infantil son, algunas Cármenes...
MARTES de poemas presentes. ¡De verso y viento se llenan las calles!

DE entre los poetas alguna mujer, casi niña, que habla por los más jóvenes
JULIO también recibe el reposo de poetas canos, con más renombre.

Y luego que todo acaba, cuando ya queda la plaza en silencio que se pone,
este poema he escrito para que este martes del todo no se borre."

Juan Pablo Mañueco




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