"A diferencia del narrador de Proust después de ver Fedra, aquella primera vez no me decepcionó. ¿Me he repuesto alguna vez de aquella visita? ¿No se convierte uno en profesor cuando no ha sabido abandonar la escuela? Una vez hube encontrado el camino del Colegio me ha conducido hasta aquí. Al tiempo que me preparaba para ser ingeniero, asistí a otros cursos entre estos muros, al de Michel Foucault, el año que impartió Vigilar y castigar; o a la lección inaugural de Roland Barthes, a cuyo seminario de la École des Hautes Études había acudido de cuando en cuando. Más tarde, un colega me recordaría que, en el seminario de Claude lévi-Strauss, habíamos escuchado a Julia Kristeva, quien luego dirigiría mi tesis. Y fue así como la enseñanza del Collège de France debió de precipitar mi conversión tardía de las ciencias a las letras.
Guez de Balzac advertía contra la conversión inversa: «Abandonar la elocuencia por la matemática —decía en 1628— es como estar aburrido de una amante de dieciocho años y enamorarse de una vieja». ¿Vieja, la matemática? El «gran» Balzac se equivocaba; sin embargo, la literatura ha seguido siendo para mí una «amante de dieciocho años», y tampoco tenía razón uno de mis maestros, cuando me prevenía en el momento en que yo estaba a punto de dar el paso: «¿No sería mejor seguir siendo un ingeniero humanista?». Disculpen que evoque estos viejos recuerdos, pero explican la inseguridad que siento ante ustedes. No pueden imaginarse cuánto le falta a mi formación humanista, todo lo que no he leído, todo lo que no sé: ya que, en la disciplina para la que me han elegido, soy prácticamente un autodidacta. Y sin embargo enseño literatura desde hace más de treinta años, y he hecho de ello mi profesión. Mas he enseñado siempre —como continuaré haciendo aquí— aquello que no sabía, he tomado como pretexto los cursos que daba para leer aquello que todavía no había leído, para buscar así aprender, finalmente, aquello que ignoraba."

Antoine Compagnon
¿Para qué sirve la literatura?


"¿Acaso veremos aparecer obras colectivas? Soy escéptico ante esta idea de creación colectiva. Sigo persuadido de que la obra literaria pertenece a una sola persona. Desde luego, hay ejemplos de obras escritas a cuatro manos, pero no son las obras más memorables de la literatura. Es una utopía abierta. Las novelas mundo como las de James Joyce, Dostoievski o Proust tenían un jefe de orquesta para todas esas músicas y palabras."

Antoine Compagnon


"Concibe la memoria involuntaria como el lugar de la palabra verdadera, pero mientras el filósofo tropieza con esa intuición, el novelista, desplazando los contornos de la lengua, nos la hará comprender."

Antoine Compagnon


"El relato político, publicitario, psicológico o sociológico es un relato de adaptación. Se trata de un relato de orden, casi de manipulación. La forma de la retórica contemporánea pasa por el relato. En contraposición, la propiedad del relato literario consiste en perturbar el orden, en molestar. Si la literatura no molesta deja de ser literatura y se convierte en pasatiempo, en diversión. La literatura descoloca, desconcierta, provoca. Eso es precisamente lo que no hacen los relatos confortables que nos propone el mundo contemporáneo."

Antoine Compagnon



"Existe una sed por los clásicos que no siempre ha sido satisfecha. Durante mucho tiempo fueron los propios escritores quienes cumplieron con esa función, haciendo de mediadores entre autores y lectores. Por ejemplo, escribían los prólogos de los clásicos en las ediciones de bolsillo. Esa función ha desaparecido. De hecho, podemos preguntarnos si los escritores contemporáneos todavía leen. ¿Leen a los clásicos? ¿Se leen los unos a los otros? Si me hago estas preguntas es porque no siempre veo pruebas de lo contrario…"

Antoine Compagnon



"Hoy todo el mundo está muy perdido. Hemos olvidado nuestros puntos de referencia. A los escritores les pasa lo mismo. Pero la renovación literaria también está en curso, igual que la política. Temas que fueron tabú durante mucho tiempo empiezan a ser tratados por la literatura de hoy. Es una transformación que no hay que pasar por alto. Tal vez esa sea la especificidad de la literatura francesa de hoy."

Antoine Compagnon


"La alegoría supone que bajo lo escrito se ocultan otros sentidos. El texto no quiere decir lo que dice: quiere decir lo que no dice. Desde el momento en que se entra en el campo de lo no ¬dicho, de lo implícito, del espíritu, de la figura, las esclusas de la interpretación se abren de par en par. Al contrario de la alegoría, la filología se propone devolver su sentido al texto: el sentido del autor, el sentido de la lengua, el sentido de la historia. Sin embargo, la filología nunca tiene la última palabra y ni siquiera una edición canónica sería garantía suficiente. Lo que no quita para que la filología produzca trabajos a menudo aburridos pero con una vida duradera; y la alegoría, por su parte, pequeños monstruos a menudo encantadores, pero que ceden pronto el lugar a los siguientes. Los contemplamos con melancolía, como a los embriones en los tarros de las antiguas farmacias. La historia de la alegoría es una teratología.
Montaigne ha tenido su lote de alegorías y estamos lejos de disponer de una edición definitiva de Los ensayos. Los diferentes estratos del texto aumentan la dificultad. El término mismo de estrato se presta a confusión, y hace que nos deslicemos sin darnos cuenta de la filología a la alegoría.
Son muchos los que han visto el estoicismo, el escepticismo y el epicureísmo de Montaigne como tres momentos distintos que explican la evolución de Los ensayos; otros, sin embargo, han imaginado que cualquier pasaje de Los ensayos podía interpretarse en profundidad según las tres antiguas doctrinas; otros más han descubierto estructuras numéricas misteriosas que organizaban los libros de Montaigne en simetrías, inversiones, homotecias que ocultan significados trascendentales; otros, finalmente, han pretendido que Los ensayos tenían un significado subversivo que el autor había disfrazado para burlar a la censura."

Antoine Compagnon
Gato encerrado



"La autoficción forma parte del pasado. Lo que detecto ahora es un movimiento hacia la historia. Autores como Laurent Mauvignier, Pierre Lemaitre, Jonathan Littell, Mathias Énard, Lydie Salvayre o Alice Zeniter hablan de las dos guerras mundiales, de la guerra de Indochina o la de Argelia. Se está novelando un pasado ignorado por el periodo anterior, retomado por escritores que no vivieron esos hechos en sus carnes."

Antoine Compagnon


"La condena del relato es típica del movimiento moderno. El relato como una trampa, como una ilusión, en todo el movimiento moderno hay una voluntad de terminar con el relato. Pero claro, no se puede terminar con el relato porque necesitamos relatos para imaginar, para conocerse, para comprenderse, para verse. El relato siempre renace de sus cenizas. Paradójicamente, hoy estamos en una ideología del relato. En los últimos años se impuso la idea de que es preciso contar relatos: en la publicidad, en la política. Si no se producen relatos no se es capaz de integrar a los interlocutores. Convencer consiste en tener un relato en el cual el otro puede encontrar su lugar. Estamos entonces en una ideología del relato muy fuerte. La psicología, la filosofía, la sociología nos dicen que para vivir feliz hay que tener un relato. Este reino de la ideología del relato no equivale a decir que la literatura produzca obras de calidad."

Antoine Compagnon



“La literatura es un ejercicio del pensamiento: la lectura, una experimentación de lo posible.”

Antoine Compagnon


"La literatura fue de derechas cuando el tropismo general era izquierdista. Hoy ya no es el caso, porque nadie se dirige ya hacia la izquierda. La literatura ha dejado de servir de contrapeso. En realidad, los escritores de hoy están ausentes del debate intelectual, a excepción de los ideólogos y los ensayistas. Pocos escritores de ficción toman posición respecto a los asuntos políticos."

Antoine Compagnon



"La literatura francesa se ve reducida a su justa medida, pero eso no significa que tenga menor calidad. De todas formas, los grandes escritores nunca han sido muy numerosos. No hay un Proust, un Sartre o un Camus todos los días. Basta con que aparezca uno cada 50 años."

Antoine Compagnon


"Para mí, el lector ideal es el adolescente que, en la literatura, en las novelas y también en la poesía, descubre quién es, descubre el mundo. Estamos aquí ante una de las dificultades contemporáneas: la transmisión de la cultura y de la literatura a través del acceso a la lectura de los adolescentes y de los adultos jóvenes. Los jóvenes leen hoy, hay una literatura infantil atractiva y bella, pero nuestra sociedad contemporánea, en particular la escuela, tiene dificultades para que los jóvenes pasen a la lectura adulta. Se ha producido un corte: las mujeres leen, los muchachos no. Se produjo una virilización de la lectura. Nuestras sociedades tienen aquí un problema. Cómo hacer para que los chicos pasen de los libros con imágenes a los libros sin ellas."

Antoine Compagnon


"Una cierta forma de crítica literaria desapareció. Para mí, la crítica literaria está ligada a la conversación sobre los libros. Hay mucha gente molesta porque Internet ofrece una clara degradación de la crítica literaria, una suerte de crítica salvaje. Lo que sí es cierto es que la crítica literaria incitativa, directiva, prescriptiva, desaparece. La crítica literaria no tiene repercusión en los lectores. Ahora bien, lo que más falta es la crítica hecha por escritores. Había una gran tradición de escritores que escribían sobre otros. Todos los grandes escritores del siglo XX escribieron sobre los autores clásicos y contemporáneos. La ausencia de crítica de autor me resulta inquietante, como si los autores ya no se leyeran más entre ellos. Tal vez ello explique por qué no tenemos novelas mundo."

Antoine Compagnon









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