Canción de los bosques

¡Ah, mis bosques!
No os cambio por nada
en este gran mundo blanco,
por nada, ni por el oro
ni las piedras preciosas;
las piedras preciosas
hacen hermosos fuegos
y llenan los ojos de muchos hombres.
Pero mis montañas de piedra
y cerca del agua las rocas
me son más queridas que las deseadas piedras
que hacen hermosos fuegos.
En mi bosque por la noche
cerca de la luna brillan los fuegos,
lucen como las piedras preciosas
que los ricos llevan en sus manos.
¡Ah! ¡Mis bienamados bosques!
Arboles que huelen a salud
¡Cuántos
Cuántos chavorrillos gitanos habéis criado
como si fueran vuestros pequeños!
Si el viento mece el alma como si fuera una hoja,
el alma nada teme.
Los niños gitanos cantan,
aunque sufran, aunque estén hambrientos
saltan, juegan y bailan, como el bosque les
ha enseñado.

Bronislawa Wajs Papusza


Enterradme de pie

Oh, Señor, ¿adónde debo ir?
¿Qué puedo hacer?
¿Dónde puedo hallar
leyendas y canciones?
No voy hacia el bosque,
ya no encuentro ríos.
¡Oh bosque, padre mio,
mi negro padre!
El tiempo de los gitanos errantes
pasó hace ya mucho tiempo. Pero yo les veo,
son alegres,
fuertes y claros como el agua.
La oyes
correr
cuando quiere hablar.
Pero la pobre no tiene palabras…
… el agua no mira atrás.
Huye, corre, lejos, allá
donde ya nadie la verá
Nadie me comprende,
sólo el bosque y el río.
Aquello de lo que yo hablo
ha pasado ya, todo,
y todas las cosas se han ido con ello…
Y aquellos años de juventud.

Bronislawa Wajs Papusza


Lágrimas de sangre

Como sufrimos por culpa de los alemanes en 1943 y 1944)

En los bosques. Sin agua, sin fuego – mucha hambre.
¿Dónde podían dormir los niños? Sin tiendas.
No podíamos encender fuego por la noche.
Durante el día, el humo podía alertar a los alemanes.
¿Cómo vivir con los niños en el frío invierno?
Todos están descalzos…
Cuando nos querían asesinar,
primero nos obligaron a trabajos forzados.
Un alemán vino a vernos. 
-- Tengo malas noticias para vosotros.
Quieren mataros esta noche.
No se lo digáis a nadie.
Yo también soy un Gitano moreno,
de vuestra sangre – es verdad.
Dios os ayude
en el negro bosque…
Habiendo dicho estas palabras,
él nos abrazó…

Durante dos o tres días sin comida.
Todos yendo a dormir hambrientos.
Incapaces de dormir,
mirando a las estrellas…
¡Dios, qué bonita es la vida!
Los alemanes no nos dejarán…

¡Ah, tú, mi pequeña estrella!
¡al amanecer que grande eres!
!Ciega a los alemanes!Confúndelos,
llévalos por mal camino,
¡para que los niños Judíos y Gitanos puedan vivir!

Cuando el gran invierno venga,
¿qué hará una mujer gitana con su niño pequeño?
¿Dónde encontrará ropa?
Toda se ha convertido en harapos.
Se quieren morir.
Nadie lo sabe, sólo el cielo,
solo el río escucha nuestro lamento.
¿Cuyos ojos nos veían como enemigos?
¿Cuya boca nos maldijo?
No los escuches, Dios.
¡Escúchanos!Una fría noche vino,
La vieja mujer Gitana cantó
Un cuento de hadas gitano:
El invierno dorado vendrá,
nieve, pequeña como las estrellas,
cubrirá la tierra, las manos.
Los ojos negros se congelarán,
los corazones morirán.

Tanta nieve caerá,
cubrirá el camino.
Solo se podía ver la Vía Láctea en el cielo.

En esa noche de helada
una hija pequeña se muere,
y en cuatro días
su madre la entierra en la nieve
cuatro pequeñas canciones.
Sol, sin ti, 
ver como una pequeña gitana se muere de frío
en el gran bosque.

Una vez, en casa, la luna se detuvo en la ventana,
no me dejaba dormir. Alguien miraba hacia el interior.
Yo pregunté -- ¡Quién está ahí?
-- Abre la puerta, mi negra Gitana.
Vi a una hermosa joven Judía,
temblando de frío,
buscando comida.
Pobrecita, mi pequeña.
Le di pan, todo lo que tenía, una camisa.
Nos olvidamos de que no muy lejos
estaba la policía.
Pero no vendrían esa noche.Todos los pájaros 
rezan por nuestros hijos,
por eso la gente malvada, víboras, no los matarán.
¡Ah, destino!
¡Mi desafortunada suerte!

La nieve caía tan espesa como hojas,
nos cerraba el camino,
tal era la nieve, que enterró las ruedas de los carros.
Había que pisar una huella,
empujar los carros detrás de los caballos.

¡Cuánta miseria y hambre!
¡Cuánto dolor y camino!
¡Cuántas afiladas piedras se clavaron en los pies!
¡Cuántas balas silbaron cerca de nuestros oídos!

Bronislawa Wajs Papusza


"Nadie me comprende,
sólo el bosque y el río. 
Aquello de lo que yo hablo ha pasado todo ya, 
todo, y todas las cosas se han ido con ello... 
Y aquellos años de juventud."

Bronislawa Wajs “Papùśa” (Muñeca)



Plegaria gitana

"Oh, Señor, ¿adónde debo ir?
¿Qué puedo hacer?
¿Dónde puedo hallar
leyendas y canciones?
No voy hacia el bosque,
ya no encuentro ríos.
!Oh bosque, padre mío,
mi negro padre!
El tiempo de los gitanos errantes
paso ya hace mucho. Pero yo les veo,
son alegres, fuertes y claros como el agua.
La oyes correr
cuando quiere hablar
pero la pobre no tiene palabras…
… el agua no mira atrás.
huye, corre, lejos, allá
donde ya nadie la verá.
Nadie me comprende,
solo el bosque y el río.
Aquello de lo que yo hablo
ha pasado ya, todo,
todas las cosas se han ido…
y aquellos años de juventud..."

Bronislawa Wajs Papusza






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