"Después de la muerte de Cristo nuestro Salvador, sobrevivió la divina Madre en el mundo veinte y un años, cuatro meses y diez y nueve días; y de su virgíneo parto, eran el año de cincuenta y cinco. El cómputo se hará fácilmente de esta manera: Cuando nació Cristo nuestro Salvador tenía su Madre Virgen quince años, tres meses y diez y siete días. Vivió el Señor treinta y tres años y tres meses, de manera que al tiempo de su sagrada pasión estaba María santísima en cuarenta y ocho años, seis meses y diez y siete días; añadiendo a estos otro veinte, y un años, cuatro meses y diez y nueve días, hacen los setenta años menos veinte y cinco o seis días."

María de Jesús de Ágreda
La Mística Ciudad de Dios
Tomada del libro Grandes misterios de la arqueología de Jesús Callejo, página 218


"En Éfeso vivían algunos fieles que desde Jerusalén y Palestina habían venido. Eran pocos; pero en sabiendo la llegada de la Madre de Cristo nuestro Salvador, fueron a visitarla y a ofrecerle sus posadas y haciendas para su servicio. Pero la gran Reina de las virtudes, que ni buscaba ostentación ni comodidades temporales, eligió para su morada la casa de unas mujeres recogidas, retiradas y no ricas, que vivían solas sin compañía de varones. Ellas se la ofrecieron por disposición del Señor con caridad y benevolencia, y reconociendo su habitación, interviniendo en todo los ángeles, señalaron un aposento muy retirado para la Reina y otro para San Juan. Y en esta posada vivieron mientras estuvieron en aquella ciudad de Éfeso."

María Coronel y Arana, más conocida como María de Jesús de Ágreda 
La Mística Ciudad de Dios, capítulo I del libro VIII
Tomada del libro Grandes misterios de la arqueología de Jesús Callejo, página 217


"El sagrado cuerpo de María santísima, que había sido templo y sagrario de Dios vivo, quedó lleno de luz y resplandor y despidiendo de sí tan admirable y nueva fragancia que todos los circunstantes eran llenos de suavidad interior y exterior… Los apóstoles y discípulos, entre lágrimas de dolor y júbilo de las maravillas que veían, quedaron como absortos por algún espacio y luego cantaron muchos himnos y salmos en obsequio de María santísima ya difunta. Sucedió este glorioso tránsito de la gran Reina del mundo, viernes a las tres de la tarde, a la misma hora que el de su Hijo santísimo, a trece días del mes de agosto y a los setenta años de su edad, menos los veintiséis días que hay de trece de agosto en que murió hasta ocho de septiembre en que nació y cumpliera los setenta años."

María de Jesús de Ágreda
La Mística Ciudad de Dios, capítulo 19
Tomada del libro Grandes misterios de la arqueología de Jesús Callejo, página 218



"Un día de la Presentación de María Santísima en el templo me dijo Su Majestad: Esposa mía, muchos misterios hay en mi Iglesia militante manifiestos de mi Madre y de los santos, pero muchos están ocultos, y más los interiores y secretos, que quiero manifestarlos y que tú los escribas como fueres enseñada, y en especial de María purísima. Yo te los declararé y mostraré, que por los ocultos juicios de mi sabiduría los he tenido reservados, porque no era el tiempo conveniente ni oportuno a mi providencia; ahora lo es, y mi voluntad que los escribas; obedece, alma. Todas estas cosas que he dicho, y más que pudiera declarar, no fueran poderosas para reducir mi voluntad a determinación tan ardua y peregrina a mi condición, si no juntara la obediencia de mis prelados, que han gobernado mi alma y me enseñan el camino de la verdad. Porque no son mis recelos y temores de condición que me dejaran asegurar en materia tan dificultosa, cuando en otras más fáciles, siendo sobrenaturales, no hago poco en quietarme con la obediencia; y como ignorante mujer he buscado siempre este norte, porque es obligación registrar todas las cosas, aunque parezcan más altas y sin sospecha, con los padres espirituales y no tenerlas por ciertas y seguras hasta la aprobación de los maestros y ministros de la Iglesia Santa. Todo esto he procurado hacer en la dirección de mi alma, y más en este intento de escribir la Vida de la Reina del cielo. Y para que mis prelados no se moviesen por mis relaciones, he trabajado muchísimo disimulando cuanto podía algunas cosas y pidiendo con lágrimas al Señor les diese luz y acierto y muchas veces deseando se les quitase del pensamiento esta causa y que no me dejasen errar ni ser engañada."

Sor María de Jesús de Ágreda
Mística ciudad de Dios


"Y en diciendo «cúmplase la voluntad de su Alteza» me puse, o fui llevada (a mi parecer) a la presencia del muy Alto, y apostada delante de su acatamiento, oí que me decía su Alteza: «Esposa y Paloma mía, yo crié el cielo y la tierra, y los elementos y el mar, y quiero que conozcas el fin para el que fue criado todo lo que tiene ser, y mi providencia y protección en el hombre para su servicio y regalo». [...] Comprendí lo que el Soberano Señor me mostró con la luz infusa sin la cual no fuera posible naturalmente, y porque la viera, conociera y comprehendiera me dio la cualidad necesaria, y conocí otra maravilla del Señor grande porque para que conociera toda la Tierra y su redondez, siendo así verdad que naturalmente no se puede ver de un cuarto de legua adelante, y vi muchísimas cosas, tantas como tiene la tierra y las criaturas varias que en ella hay, y otras circunstancias, como si todas estas cosas estuvieran de mí ni más lejos que un tiro de ballesta."

María de Jesús de Ágreda
Tratado sobre la redondez de la Tierra
Tomada del libro Viajes inexplicables de Chris Aubeck y Jesús Callejo, página 123














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