El paisaje

Se adormece el horizonte en la comisura de tus labios
Vuelven las nubes, vuelve el sol
Más suaves archipiélagos pido
Que sean dóciles los pozos de tus ojos
Para mi morada

En las tierras lejanas
Manos blancas de monjes
Degollan ciervos jóvenes
En los suelos de piedra de sus casas
Dejan pieles suaves
Para que los pise un pie tuyo

Por la mañana, cuando te desperezas
Las manos de ladrones te obsequian
Con horquillas de marfil
Y los más hermosos caballos
Cabalgan hacia tu ventana

Edward Stachura (también conocido como Sted)


Infinito

La hora que no conozco
Que aprieta su soga 
En mi cuello, la locura de pasión,
Y tu cabello, como espigas de ceniza
Que devoraría gustosamente
Se las daría al panadero
Y de la harina que saldría
Mordisquearía ese pastel delicioso
Reemplazaría el hambre, la sed
De ti, trozo a trozo

Edward Stachura


Metamorfosis

Montaña
Nubes que rompían negros
Cada vez más negros
Como peligrosas caballadas frigias
Hasta el rayo
Ha cortado un cuadro inacabado todavía
Y el modelo caía
En picado
Hacia el lienzo
Incrustado 
En sus aún calientes contornos
Del inesperado deslumbramiento

Era mañana
Y tu me sonreías desde el retrato

Edward Stachura


No el Puente de Brooklyn

Desgarradora
Como la zarpa de un tigre
Contra la espalda de un antílope
Es tristeza del hombre

No el Puente de Brooklyn
Pero cambiar
En un nuevo, sereno día
La noche más triste –
Eso sí es algo!

Aterradora
Como una joya del mundo
Que delira, que desatina 
Es la locura del hombre

No el Puente de Brooklyn
Pero al otro lado
Con la cabeza atravesar
 Perforando la suerte insana -
Eso sí es algo!

Vamos a entristecernos diligentemente
Vamos a enloquecer incorrectamente
Iremos adelante ininterrumpidamente
Hacia la explanada.

Edward Stachura









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