"Entré en Egipto por una momia del museo de Boulogne. El pato egipcio es un animal peligroso: un picotazo te inocula el veneno y eres egiptólogo para toda la vida."

Françoise Auguste Ferdinand Mariette
Es como solía explicar que llegó a la egiptología por culpa de un pato


"Estaban allí, casi al alcance de mi mano, todo un mundo de enterramientos, estelas, inscripciones, estatuas.. ¿qué más podía pedir?"

Auguste Mariette


"La calma era extraordinaria. Ante mi se extendía la ciudad. Una neblina espesa y pesada caía sobre ella ocultando las casas hasta los tejados. De este mar profundo emergían trescientos minaretes como los mástiles de una flota sumergida. Lejos, en el Sur, se veían los bosques de palmeras que cuelgan sus racimos de dátiles sobre las ruinas de Menfis. Al Oeste, sumergidas en el polvo de oro y fuego del crepúsculo , se levantaban las pirámides. El espectáculo era grandioso, me atrapaba, me absorbía con una violencia casi dolorosa. El momento fue decisivo. Bajo mis ojos Guiza, Abusir, Sakkara, Dashur, Myt-Rahyned. El sueño de toda mi vida tomaba cuerpo. Estaba ahí al alcance de mi mano, todo un mundo de tumbas, inscripciones, estatuas. ¿Qué mas decir? Al día siguiente, por la mañana, ya había comprado una tienda, algunas cajas de provisiones, el bagaje para un viaje al desierto, y el 20 de Octubre de 1850, yo ya estaba acampado al pie de la Gran Pirámide..."

Auguste Mariette


"Por una casualidad que no acierto a explicarme, una de las cámaras de la tumba de Apis, tapiada en el año 30 de Ramsés II, se había librado de los expoliadores del monumento y tuve la dicha de recuperarla intacta. Tres mil setecientos años no habían cambiado su primitiva fisonomía. Todavía estaban marcados en el mortero los dedos del egipcio que había colocado la última piedra del muro que sellaba la puerta. Unos pies descalzos habían dejado su huella en la capa de arena que se hallaba en un rincón de la cámara mortuoria. No faltaba nada en este último refugio de la muerte donde descansaba, desde hacía casi cuarenta siglos, un toro embalsamado."

Auguste Mariette



No hay comentarios: