1
Quiero sacudir
tu pesado silencio
que se desborda como una pierna
que cuelga de una silla de madera.

2
Me he cansado de permanecer
en tus notas marginales
en tus borradores
en los peldaños
ante tus puertas.
¿Dónde están 
tus vastos paraísos?

3
Ven desnudo
que yo vista 
tu cuerpo
que mi imaginación tomó prestado.

4
Me miré en el espejo
y vi
una mujer 
plenamente satisfecha,
con radiante mirada
y exquisita malicia
la envidié. 

Marām Al-Miṣrī


Cada noche los pájaros

"Cada noche los pájaros duermen en su soledad.
Miran su cuerpo como si fuera un cuerpo de mujer
frágil, con el que luchan viento y agua.

Cada noche
los pájaros y los osos sueñan con manos que juegan con ellos.

Los gatos se estiran para lamer su piel sin
preocuparse por los ojos de dios dispersos por el techo y las paredes
ni por las palabrerías
ni por los jueces ni las cárceles del amor
ni las mandíbulas de los ácaros que devoran la ropa del deseo
se satisfacen de su ser
en el sosiego de su cuerpo
respiran con gozo
cada mañana."

Marām Al-Miṣrī


"Mi alegría y yo
esperamos
el aleteo de tus pasos."

Marām Al-Miṣrī



Señal 1 

así nos encontramos
cara a cara... 
pecho con pecho
vientre con vientre
nos estrechamos 
hasta confundirnos
envolviéndonos dilatándonos...
nos enroscamos
nos apartamos nos atraemos... 
nos empujamos nos apretamos

sudamos

temblando

hasta dar a luz

Marām Al-Miṣrī



Señal 4 

ella es
una invocación 
a las potencias
al conocimiento
a los recuerdos
a los besos que hemos vivido y soñado

la ebriedad
que se apodera de nosotros

el ruido
del agua que mana
que llega desde lejos
-la cima de un monte
el fondo de un valle-
que sube desciende
arrolla tropieza
se desnuda y se cubre

Marām Al-Miṣrī


Señal 5

me disuelvo en las mujeres
desaparezco para ser
cada una de ellas

veo mi mirada en esta
mi risa
en los labios de aquella
mis lágrimas
asoman a sus ojos
y por sus cuerpos
circula mi alma

se parecen a mí y yo a ellas
en ellas me reconozco
en ellas
me completo
y me divido

Marām Al-Miṣrī


Señal 19

no llega el fragor de las almas
a oídos del guardián del fuego

se rompe en el cristal 
que nos separa
encarcelándonos 
en lo visible

el sollozo de las palomas 
no llega hasta las grutas

sino desaparece 
en un espacio mudo
no tiene color el sufrimiento
la esperanza no tiene color

como un útero de mujer

el cielo traga los rezos
como un teléfono público 
en un barrio ruidoso

hay una voz que gime
balanceándose
sobre una cuerda floja

no la oyen 

ni los santos ni los ángeles
ni los perros que duermen
a la entrada del cercado
y de la carne de los corderos
protegen a los lobos

quema el mediodía
y la mañana 
duele
como la hinchazón
sufre

como el pastor de cumbres
en su altitud perdidas 

las nubes no albergan 
la esperanza
de cambiar la dirección 
del viento

Maram Al-Masri
Traducción: Pilar Garri





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