Al canto

"Despierta como quieras, pero despierta en mí,
en el frío, en mis silenciosas profundidades.

No te imploraré palabras, pero dame 
una señal de que aún estás vivo.

No por mucho tiempo... sólo un momento de tu tiempo.
Si no un verso, sólo un suspiro, sólo un grito.

Sólo un susurro o sólo una queja.
Sólo el sordo sonar de tus cadenas."

Olga Bergholz
Traducción de Robert Rivas a partir de la versión en inglés de Daniel Weissbort



"Hay gente de Leningrado.
Aquí, los ciudadanos - hombres, mujeres y niños.
Junto a ellos, los soldados del Ejército Rojo.
Toda su vida
Ellos defendieron, Leningrado,
La cuna de la revolución.
Sus nombres nobles, no podemos enumerar aquí,
Así que muchos de ellos bajo la guardia de granito eterna.
Pero sé, oigo estas piedras:
Nadie se olvida y nada se olvida."

Olga Bergholz


"Oh, amigo, no pensé que el silencio
es lo peor que nos dejaría la guerra.

Tanta quietud que los pensamiento 
son como gritos o sollozos solitarios.

Acá la gente se arrastra rugiendo, retorciéndose, 
y la sangre espuma en la tierra...
Hay tanto silencio que no vendrá
ni el campesino, ni el carpintero, tampoco el agricultor —
nadie, nunca, vendrá.

Tan silencioso todo, enmudecido,
que no es ni vida ni muerte
sino la peor condena.
Ni vida ni muerte — mudez, mudez —
desesperación que encogió la boca.

Los muertos se quieren vengar de lo vivo:
todos saben, todos recuerdan, y callan."

Olga Fiódorovna Bergholz






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