AMERICA

Mi palabra es el maíz.
Mi alimento es la papa helada.


AMÉRICA

Alta luz del silencio 
sobre la noche 
tu mansa voz de luto 
me desnuda.

Y es de nuevo América 
un hombre partido en dos 
una mujer asesinada
una larga memoria de violencias.


AMÉRICA

Allí, la tierra dio frutos
y el sol, hombres dorados.

Y una mujer y su ardiente camarada 
trasvasaron el agua de diamantes 
que corre de una a otra vena.


AMÉRICA

Llenándote de hojas de días 
de horizontes navegadores 
tu estatura me aniquila 
tu aurora llagada
donde sólo la piedra permanece.

AMÉRICA


El hombre y la mujer 
desnudos como el río 
de las generaciones 
y el pájaro embriagado 
que lanza su grito jubiloso 
hacia la aurora.


AMÉRICA
I
¡Tontos, estúpidos, ganad su ira, torced sus brazos!
¡Entonces, entonces, hombres de buena sed! Ella os quiere 
así, ella es la esperada.


II
¡Pequeña de tanta muerte, un árbol de pan nacía de tus 
labios!



AMÉRICA

Luna levantada, la noche te asusta.
¡Y esta impaciencia por atravesar la selva! 
Lejano y ausente, tu nombre fortifica la ciudad. 
Rama de voz, es la primavera.


AMÉRICA

El viento de la noche, para quien el hombre es un desconocido; 
su furiosa soledad sin medidas.

¿Cómo eras, patria de mi patria, antes de llamarte América?


AMÉRICA

I
Crecen las palabras sin su sentido más preciso. Es necesario 
encontrar la clave del poema. ¿Dónde está la belleza?
Surgen de pronto las frutas obligatorias: el melón, país del
verde más espléndido, la ardiente papaya y el plátano, 
portador del beso crudo.



II

Y los dedos del agua salvadora: las pequeñas raíces y el maíz 
silvestre; los saltamontes y la hormiga.
Y la llama y el guanaco y la vicuña, cada uno en sus diferentes 
alturas.
Y el lobo y su pariente, el perro del desierto. Y el puma, y la 
veloz lagartija.


III
Y en el centro de la noche, los toros salvajes.


AMÉRICA
A Juan Jacobo Bajarlía

¿Qué queda amigo, para decir, 
reventar en fuentes de luz, 
inundar al mundo con otra alegría?

A Carlos Drummond de Andrade

Delante de mí
detrás de mí
debajo de mí
encima de mí
alrededor de mí
américa
su largo nombre
su voz de adentro.

Rubén Vela




“Hijo mío, hijo mío
quise darte
la palabra exacta
el ademán preciso
sólo te di el poema
la mitad del mundo.
¿Cómo me perdonarás?”

Rubén Vela



"La poesía es una manera de vivir, la manera de estar más cerca de todo y consumirse buscando la palabra precisa, consumirse buscando algo que sirva para definir lo que se escribe."

Rubén Vela


"Los argentinos pertenecemos a Europa, a la cultura europea, pero también tenemos raíces muy vivas y muy hondas que nacen en el suelo americano y que se desarrollan en Buenos Aires, a pesar de la influencia francesa, inglesa, italiana o española. Esas raíces americanas son las grandes modificadoras de nuestro pensamiento."

Rubén Vela



Maneras de luchar

Que no me digan
que escriben simplemente,
que dicen el poema
sin pensarlo siquiera.
Que él nace porque sí.

Es un arduo trabajo,
un oficio de herreros,
un hacer proletario.
Un cansancio que continuará mañana.

Que no me digan
que se hacen poemas sin sudores,
sin una larga y violenta jornada de trabajo.
Tengo las manos como las de un labriego,
duras, gastadas, llenas de poemas.

Rubén Vela



"Tan sola, tan frágil, tan
dolorosamente abandonada
entre juegos de infancia
que repiten y repiten
una misma canción."

Rubén Vela
Dedicado a Alejandra Pizarnik

























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