Blanco & negro
"Voy a perder esta vez, sólo para reencontrar tu fe
cuando las banderas estallen en mi manos.
Lamentar tus partículas grises,
los panes que caen tibios sobre tu quietud de avellana
y todo lo difuminado en los gritos de abril.
.Soy inocente.
Marioneta tiesa de discurso punzante
lagrimales colapsados de papel couché
en un febril peregrinaje al Asteroide 326
por la teoría enferma que acelera el ritmo
sobre tu voz erguida en el ombligo de la noche.
Voy a subir al púlpito donde se rematan los renglones oscuros,
los inhóspitos gemidos en los rincones
donde nunca hubo un amor
o una mentira que lo consuele.
Allí, donde el milagro de mi nombre incubándose en tu lengua
despliegue las notas que mi latitud vencería,
allí te veré.
Y volveré.
Volveré a dormitar oyendo tus pasos en los escalones de la eternidad.
Al tal vez, nunca."
Daniela Miño
Tren de huesos
"Hábitat de silencio partido
en la noche se arranca las alas
para serpentear en los bares.
Hoy anidan cuervos en mis dedos
y sufro síndrome de verso callejero.
Coloreo ideas sugestivas en chalecos de fuerza,
pasan las voces
pasan las rondas
y cada vez debo excavar más hasta encontrarle.
Debería arrojar el ancla hasta que el tenor madure,
dejar de mentir a los demonios del día
para valer mi peso en lágrimas.
Necesito la piel de las uvas en dos palabras,
las cenizas donadas a mi mejor memoria
el vértigo rocoso de las notas de sus pasos.
Necesito esos hoyuelos de pizarra
una brújula a los rincones del cuarto
telaraña tonta que amenaza el recuerdo
sin saber hasta dónde dependo de él.
Callejón suicida
ha mutilado la bombilla en mi boca
donde cuelgan los labios de los muertos.
Me repaso pensativamente:
cara/manos/cuerpo
todo parece estar en su lugar
pero sé que sólo soy un triángulo de tiza."
Daniela Miño
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