Cada mujer conoce su propio árbol

Cuando te busqué
extendí mis alas por la ciudad
construida por negras, abandonadas piedras,
encontré un árbol y me posé sobre sus ramas
y grité del dolor.

Cada mujer conoce su propio árbol.
Esa noche crucé una ciudad
tan negra que la oscuridad
temía introducirse en ella. 

Mi alma estaba sola
sin su sombra. 

Aullé.

Bejan Matur




En el norte

El glaciar se derrite
Me siento resquebrajar, con fragmentos chocando las gruesas rocas
Se mantienen en armonía en el mar de la existencia
Con las estrías de luz cada uno se derrumba
Ya no hay más
Todo está en la búsqueda de su cumplimiento -(o de su final)
Eres un frío sol. Un sol frío del Norte, en la soledad
de los montes bañados de bruma.

Se derrite el glaciar.
Mientras mi cuerpo se retrae confundo
tu sonrisa con el amor.
En el norte en el angustioso clima de la tundra, los ojos
sangrientos de un animal herido.
Dan vuelta.

Bejan Matur
Traducción: Diana Insausti



El sueño de la tierra

En su soledad el nocturno pensamiento,
¿Por qué estas estrellas?
¿Por qué esta voz zumba en mi corazón de oscuridad?
¿Cuando las voces retrocedan
qué quedará
sino la opresión mordiendo mi alma? 

¿Si la Estrella Polar se mueve un segundo de su lugar
el pescador pierde su camino?
¿Olvida el pastor su silbato?
Quizás nada,
nada pueda alterar mi verdad.
Soy el sueño de la tierra.
Un durmiente que termina de dormir
verá cuando despierte

la verdadera oscuridad más allá.



Bejan Matur


Si esto es un lamento


Ellos hablan de una tierra que nunca fue,
una lengua inexistente.
No hay pronunciación
sin palabras.

Si somos arrojados al mundo
para entendernos entre todos,
¿quién puede darle sentido a la muerte? 

Explica cómo las montañas se robaron el aliento,
o traduce la oscuridad
que ha caído.

¿Quién puede nombrar lo que brota
del sueño de un niño?

Aleteando en un viejo cuento,
las alas de los pájaros se posan
sobre mí, y mi piel

es parecida a las piedras
como las ancianas solían decir.
Cuando la oscuridad cae

más allá de las montañas,
La gente que recuerdo me mira
con dolor. Mis palabras son una elegía.

Si esto es un lamento,
aún no comienza
nuestro llanto.

Bejan Matur



Silueta, de La mà del temps

Respira el dia darrere la persiana,
s'esmuny tènue la llum per totes les escletxes,
perfila la silueta del teu cos dins la penombra.

Sento sense veure'ls el tacte dels teus ulls,
com si la llum ens allunyés,
com si et creés d'imaginar-te,
com si la fosca de la cambra em fos refugi
de la inquietud de la presència.

Ens separen uns passos no donats,
mirades, pells
escrites per records i somnis.

Qui ets? Qui sóc?
Potser només l'espera,
potser aquest fràgil silenci que ens uneix. 

Bejan Matur




Sol muerto

Cavé la noche
desde la carne de un sol muerto
y lo introduje en mi corazón.

Bejan Matur


Sueño de la tierra

En su soledad, el cielo nocturno
se preguntaba
¿Por qué estas estrellas?
¿Por qué la voz que aúlla en mi corazón de tinieblas?
Cuando las voces se desvanezcan
¿qué quedará
sino la estrechez que ahoga mi alma?

Si la estrella polar se desplazara
un segundo de su sitio,
¿se perdería el pescador?
¿Se olvidaría el pastor de su silbido?
Quizás nada de nada,
nada puede cambiar mi verdad.
Soy el sueño de la tierra.
El hombre que termina su sueño
verá, al despertarse,
que la verdadera oscuridad queda más lejos.

Bejan Matur
Traducción: Carles Duarte i Montserrat
Selección de poemas de la plaquette "Diálogo con Dios y otros poemas" Letter Press Broadsides Poetry Series, 17 
New York, 2006



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