Al nacer nos lo dieron nuestros padres, ¿qué vergüenza hay en ello?…

"Al nacer nos lo dieron nuestros padres, ¿qué vergüenza hay en ello?
De noche, aunque sin ojos, luce más que una lámpara.
En la cabeza lleva un sombrero de piel; su capa brilla roja.
Carga a la espalda un saco de pelotas, que cuelga en una funda negra."




Ho Xuan Huong

Compartir a un esposo

"Ay, compartir a un esposo con otra,
¡qué destino de perra!
Una duerme bajo bien enguatadas
mantas mientras la otra se congela.
Al azar, le reserva él un encuentro
al mes, una o dos veces, o ninguna.
Se le aproxima para arrancarle un bocado,
pero está el arroz mal cocido.
Se le sirve como una fiel sirvienta,
pero ¡ay!, una sirvienta sin paga.
¡Pobre de mí! Si hubiera yo sabido
que esto iba a ser así, me habría
quedado sola, como antes."

Ho Xuan Huong


El columpio

"¡Bravo! para los que plantaron
hábilmente cuatro pilares.
Unos suben para mecerse
y otros miran el balanceo.
Arquea el muchacho sus rodillas
de grulla, y hala y hala sus riñones;
la muchacha flexiona su cuerpo de avispa,
se tiende y tiende los senos arriba.

Cuatro piernas de pantalones
rosados chasquean al viento,
y dos pares de muslos blanquecinos
se extienden paralelamente.
¿Saben acaso aquellos que practican
estos juegos primaverales
que una vez retirados los postes
los huecos quedan en el abandono?"

Ho Xuan Huong


El fruto del árbol del pan

"Mi cuerpo es como el fruto que da el árbol del pan,
de corteza rugosa, de pulpa muy espesa;
amigo, si te gusta, hunde en él tu punzón
pero,ojo, si lo palpas te pringarás los dedos."

Hồ Xuân Hương



La condición de la mujer

"Hermanas, ¿saben cómo funciona esto?
Por un lado el crío desgañitándose; por el otro,
el marido deslizándose sobre tu vientre,
el hijito todavía chillando junto a ustedes.
Sin embargo, cada cosa debe ser satisfecha.
Todo ha de despacharse atropelladamente.
Marido y críos, ¡qué obligaciones!
Hermanas, ¿saben cómo funciona esto?"

Ho Xuan Huong


Perfume primaveral

"Por complaciente, ahora me encuentro embarazada
¿Sientes, amado mío, la pena que yo siento?
Aún no ha podido el cielo unir nuestros destinos
cuando un hijo termina con mi talle de sauce.
Toda la vida, amado, te pesará esta falta;
yo acepté tal carga, fruto de nuestro amor.
Poco importa lo que anden diciendo y criticando:
Algunos son prudentes; otros, habilidosos."

Ho Xuan Huong



Un monje budista

"No es ni chino
ni uno de nosotros:
pelado, sus ropas descosidas,
se sienta detrás de las filas de ofrendas de tortas de arroz
y delante de seis o siete monjas.
de vez en cuando toca un gong,
una campana, címbalos;
Canturrea, voz cansina, ensalma.
Reza duro: Tú también puedes ser un Superior
Y acuclillarte, orgulloso, sobre un loto."

Ho Xuan Huong














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