"Aquella música y aquellos colores venían de la otra parte, de donde no viene nunca el conocimiento de las cosas."

Rafael Sánchez Ferlosio
Industrias y andanzas de Alfanhuí



"Bueno es que se nos abran las vías de la incertidumbre, pues si no hemos de obrar, no está dicho que nos sea preferible la certeza, y cuando hayamos de hacerlo, esta nos ha de ser de cualquier modo tan inevitable que no ofrezca ninguna garantía de no ser algo artificiosamente improvisado; más vale, pues, no ayudar de antemano al pensamiento a someterse a un compromiso que los actos vendrán a hacer de todos modos necesario y, en consecuencia, nunca convincente». Solo cuando nos habíamos alejado ya cerca de una hora de los babuinos mendicantes, me hizo Vandren su único comentario, declarando que le habían dado mucha pena aquellos animales sobre todo por el olor que tenían. Yo creí comprender bien cómo podía ser, en efecto, el olor que hasta bastante distancia despedían lo que, aun siendo tan desagradable como para repeler a los sentidos, pudiese emitir, transmitir y promover la compasión, pues no dejaba de ser un olor de animal, en que el olfato humano tal vez identificaba una cualidad común a todos los seres sujetos, como él, al sufrimiento y a la privación, y que no podía dejar de advertir en el reconocimiento y la respuesta; por debajo de cualesquiera eventuales reflejos de repulsión y apartamiento, el ser capaz de sufrir se reconocía a sí mismo en el olor familiar a todas las progenies tribulantes, sintiendo su huella en los inmediatos resortes de una indiscriminada y primaria conmiseración. Así, como si hubiese percibido categorialmente «el olor del dolor», común a todos los capaces de sufrir, creí poder explicarme cómo había podido encontrar Vandren el movimiento de piedad a que su alma se había inclinado ante los babuinos mendicantes justamente entre las vetas de aquel olor que parecía a primera vista lo que menos podía recomendarlos y atraer los corazones. Al caer de la tarde, el desierto de erosión se había ido dibujando en lomas de menos recortado y más estable perfil, donde ya se veían algunos cultivos de secano, y ya pareció que alcanzábamos la frontera en que venía a morir el territorio de los Atabates, con el famoso arranque de la gran calzada de Gromba Feceria, donde empezaban los Camino-del-mar, por una gran edificación que empezamos a divisar desde mucho antes de llegar a ella. A ella, al fin, llegados, se mostró a nuestros ojos a manera de un gran monumento, como para celebrar sobre el suelo mismo el nacimiento y fin de su calzada, abriéndose en un gran redondel en forma de plazoleta, toda rodeada de pórticos, tras algunos de los cuales se habían instalado carreterías de reparación y un par de guarnicioneros; aunque ciertos avisos de próximo desalojo parecían indicar que la apertura de estos útiles talleres no había sido bien vista por las autoridades que regentasen aquella construcción."

Rafael Sánchez Ferlosio
El testimonio de Yarfoz



"Cuando hay Dios es cuando está todo permitido."

Rafael Sánchez Ferlosio
Sobre la guerra
Tomada del libro de Pedro Baños, Así se domina el mundo, página 309




"El mundo se nos va volviendo tan ajeno y tan inhóspito, que pronto seremos los hombres, los terrestres mismos, los que mirando y señalando al planeta más remoto digamos: “¡Mi casa! ¡Mi casa!”."

Rafael Sánchez Ferlosio


   "El orden y la armonía de este mundo son invivibles para el artista, su ojo es un proyectil dirigido por la voluntad, y la voluntad del artista habita en un cuerpo negro; cuando el caso es sin remedio, en un agujero negro."

Rafael Sánchez Ferlosio
Babelia, 23-05-1992



"El otro lado de las cosas: el campo ardiente; las lomas sucesivas como lomos de animales cansados, la rueda de buitres amenazante; la sombra paulatina; la parda, esquiva y felina oscuridad que lo sume todo en acecho de alimañas, con sigilo de zarpas, de garras y de dientes escondidos, en una noche olfativa, voraz y sanguinaria que toma el relevo de la tortura implacable del sol, que aplasta la tierra como un pie gigantesco, que ciega la mirada con su luz ultrametálica, y que hiere el suelo en saetas de polvo encendido."

Rafael Sánchez Ferlosio
Alfanhuí




“El primero y tal vez más alto precio que ha habido que pagar por el progreso es, sin duda, el presente.”

Rafael Sánchez Ferlosio



"El sol arriba se embebía en las copas de los árboles trasluciendo un follaje multiverde. Guiñaba de ultrametálicos destellos en las rendijas de las hojas y hería diagonalmente el ámbito del seto, en saetas de polvo encendido, que tocaban el suelo y entrelucían en la sombra, como escamas de luz. Moteaba de redondos lunares, monedas de oro, las espaldas de Alici y de Meli, la camisa de Miguel y andaba rebrillando por el centro del corro en los vidrios, los cubiertos de alpaca, el aluminio de las tarteras, la cacerola roja, la jarra de sangría, todo allí encima de blancas, cuadrazules servilletas extendidas sobre el polvo."

Rafael Sánchez Ferlosio
El Jarama



“En la palabra se manifiesta la salud de la razón, pero a su vez, el fanatismo siempre aparece como una enfermedad de la palabra, una especie de inflamación absolutista de los significados.”

Rafael Sánchez Ferlosio



"La loba fue depositada junto al chozo y salieron a verla las mujeres, pero ellas no reían ni gozaban y sólo se detenían a mirarla un momento, así de medio lado, en el gesto de volverse a marchar en seguida, como quien mira una cosa deleznable, sin otra curiosidad ni otro interés que el de tener la certeza de que había sido aniquilada, y únicamente se encendía en el brillo de sus ojos la torva complacencia de quien tiene delante a la víctima de una venganza satisfecha; en tanto que los niños se agachaban sobre ella y le pasaban la mano por el pelo y le cogían las patas, doblándole y desdoblándoles los juegos inertes de las articulaciones y le tocaban los ojos y le levantaban con un palitroque el belfo ensangrentado, para verle los grandes colmillos que tenía; y finalmente los hombres la contemplaban sin agacharse hacia ella ni aproximarse demasiado, sonriendo, como quien mira una cosa ganada, la prueba y el signo de alguna proeza, un atributo de dominio, o, en una palabra: un trofeo."

Rafael Sánchez Ferlosio
Dientes, pólvora, febrero



"La prueba de que la Historia es antes notificación que acontecer no es sólo genética (los historiógrafos, historiando los hechos y personajes de su ayer, anticiparon la historicidad de los de su mañana), sino también empírica: ¿a qué se debe la «aceleración histórica» de que hoy tanto se habla sino al aumento de la velocidad de los instrumentos de notificación? La maldición llamada «tiempo histórico» corre a la velocidad del mensajero y del pregonero, que hoy no son otros que el telégrafo y la rotativa.
(¡Tú sola!) El conejo, moreno y gris, se ampara bajo la mata, morena y gris, de los tomillos; el lobo, fiebre de sombra y de maleza, sombra y maleza tiene por querencia. No es tanto porque les presten camuflaje cuanto por que les dan hospitalidad. El alma negra sólo en el paraje oscuro y en la voz ominosa encuentra
compañía. Tú sola, condenada a perdurable lealtad hacia los hombres, a renovado descrédito y perpetua soledad; tú, proscrita como anticipado cómplice del venidero mal que a sus propios fautores anuncias por tu boca; tú sola, ya, eres cálida y fraterna sombra hospitalaria para los hijos de la ciudad perdida; ¡tú sola, hija de Príamo, Cassandra!
Las llamadas «experiencias personales» quizá sean necesarias y hasta puedan reportar en ocasiones alguna utilidad, pero es de todo punto imprudente e inadecuada la garantía que suele atribuírseles; me refiero a la autoridad casi tiránica con que se impone el que dice: «¡Es que esto yo lo he vivido en carne propia!»; precisamente por ser las que siempre nos afectan con placer o con dolor, tales experiencias son las más fuertemente amenazadas por distorsiones o arreglos ideológicos.
En otro tiempo yo creía que «entender» quería decir bastante más de lo que a mí me pasaba cuando en verdad estaba entendiendo igual que los demás, y como eso no me bastaba para satisfacer lo que yo pensaba que sería «entender», creía que yo no había entendido y que los que decían que habían entendido habían visto una luz mucho más clara y unas figuras mucho más nítidas que yo. Al cabo de los años empecé a sospechar que cuando los demás dicen que entienden en realidad están viendo ese vago resplandor, esos contornos de humo, esas difuminadas sombras que yo nunca habría osado antaño designar como «entender». Y empecé a sospecharlo porque la otra hipótesis sería que yo soy tonto y, a estas alturas, una infamia semejante tendría que haber llegado a mis oídos o supondría una doble e imperdonable canallada: una canallada por parte del Creador, porque al que no se le concede inteligencia debería proveérsele por lo menos de humildad, para que no se rían de su atrevimiento, y una canallada por parte del prójimo, por no habérmelo hecho saber o tan siquiera dejado delicadamente adivinar a tiempo."

Rafael Sánchez Ferlosio
Vendrán más años malos y nos harán más ciegos


"Las mismas cosas tienen, en distintos días, distintos modos de acontecer y lo que ocurrió bajo la lluvia sólo bajo la lluvia puede ser contado."

Rafael Sánchez Ferlosio



"No se debe contar mucho en un día, porque las historias se desvirtúan."

Rafael Sánchez Ferlosio



"un capítulo esencial del arte de la diplomacia es saber aquilatar las condiciones de un ultimátum en la medida justa para que desborde el límite de lo que puede soportar la soberbia del contrario."

Rafael Sánchez Ferlosio
Tomada del libro El dominio mundial de Pedro Baños, página 76




“Vendrán más años malos y nos harán más ciegos.” 

Rafael Sánchez Ferlosio





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