El arauco domado
(canto XI - fragmentos)

Así volvió rabiando nuestra gente 
y ardiéndose en coraje de corrida
por verse de los bárbaros corrida
a vista de su ejército potente,
el cual, como el contrario ve de frente,
entrársele con furia esmedida,
movió su fuerza toda a recibillo
habiéndolo mandado su caudillo.

Mas el furor y estrépito era tanto
con que el poder incrédulo venía
que, salvo el valor de don Garcia,
en otro cualesquier causara espanto.
Estuvo por los suyos puesto a canto
de peligrar su crédito aquel día,
por solo haber tenido tal desorden
a no le hallar los bárbaros el orden.

..........

Como las ondas temidas que vienen
sus vientres más que hidrópicos alzando
y el trono celestial amenazado
en dando con las peñas se detienen;
y como allí les hacen que se enfrenen
en su dureza el ímpetu quebrando
se ven así quebrar las Indas olas,
llagadas a las peñas españolas.

Mas bien, como esas ondas no pudiendo
romper por las barreras peñascosas,
revientan de coraje y espumosas
están, aún siendo frígidas, hirviendo,
así los enemigos no rompiendo
las contrapuestas armas poderosas
comienzan a hervir con nueva rabia
subiendo ya su cólera a la gabia.

Revuélvense con los campos en un punto
el poderoso Arauca y fuerte España,
cuya mezclada sangre al suelo baña,
nadando en ella el vivo y el difunto.
El humo, el fuego, el polvo todo junto
al sol, al cielo, al aire a la campaña
ofusca, ciega, turba y oscurece
y el mar de tanto golpe se ensordece.

Pedro de Oña


Hasta ahora tuvimos...

"Hasta ahora tuvimos por muy cierto
llevado (Delio) tras la simple gente
que navegar el Sol del rojo Oriente
adonde en lo cerúleo toma puerto.

Era guardando el orden, y el concierto
de la naturaleza providente,
que le manda asistir atentamente
acá en el vtreo mar, y allá en el muerto.

Mas, ya que habemos visto el nuevo rayo
del celestial ingenio, que os adorna,
gloria de nuestra edad en las postreras.

Hallamos ser aquello un solo ensayo
y una sombra de luz, que va, y que orna,
imitando su burla a vuestras veras."

Pedro de Oña


"Si pluma y vista de águila tuviera,
pluma con que romper el vacuo seno
y vista para ver el sol de lleno,
seguro de temor volara y viera,
o si tan remontada no estuviera
la soberana cumbre do me estreno,
prestárame el trabajo sus escalas
o me valiera entonces de mis alas."

Pedro de Oña







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