El hombre que me compra flores

el hombre que me compra flores
se las guarda en el bolsillo después de dedicármelas
recomienda serenidad ante mis síntomas y mis pérdidas,
cuando se ha asegurado de que recuerdo la hora del regreso
me pide que deje de buscar mi maleta
vuelva a calzarme mis incómodos zapatos
y busquemos un buen lugar para comer

Juana Bignozzi


El sujeto de la izquierda

educada para ser
la magnífica militante de base de un partido
que por no leer la historia de mi país
se ha convertido en polvo no enamorado sino muerto
preparada para una eterna carrera de fondo
tengo ante los ojos una pared impenetrable
detrás de la cual sólo hay
otros 50 años de trabajo y espera

Juana Bignozzi



Educada en el vicio de los hombres

voy a la cocina y me siguen
voy al baño y golpean la puerta
me despiertan en la noche para preguntarme si duermo
llaman por teléfono en todas mis ciudades
para avisarme cuidado con el vino y la vida literaria
no he perdido padre ni tíos ni ahijado ni amigos de juventud
por no perder no he perdido ni editor
ni ese hombre
que ya sombra aún cuida mi paso en las esquinas

no me han dejado caer de su mano de su vicio
de su peso de mi corazón

Juana Bignozzi


En otra vida yo miraba desde la ventana de un bar...

en otra vida yo miraba desde la ventana de un bar
cómo la tormenta aplastaba las flores azules contra los cordones
contra las paredes
y por ese momento único de la juventud que dura muy poco
supe que nunca olvidaría esa escena en que nada aparecía
de lo que amaba me interesaba o temía
ni novios ni odios ni otros poetas ni revistas de opinión ni
secretarios de barrio ni amigos imbuidos de una colonizada cultura pavesiana
sólo las flores azules y la lluvia
recuerdo el nombre del pueblo la hora y esa lluvia
que nunca en las décadas que siguieron confundí con alguna otra
  
Juana Bignozzi
De "La ley tu ley" 2000



"La ideología es la forma de eternidad que tenemos. Yo no concibo que una se pelee con el partido que le da identidad sólo por confundir al dirigente miserable que transitoriamente está en el frente con la ideología que a una la sustenta. ¿Lo quiere más claro? Una no podía pelearse con Codovilla como si fuera Marx."

Juana Bignozzi



"La mayoría de las personas que pasaron del comunismo al peronismo venían de hogares de clase media y se afiliaron a la Fede en su adolescencia, en buenos colegios o en la facultad. Lo mío es diferente: crecí en una casa anarquista, una especie de karma, como la lectura y el teatro. Me crié en el mito de la cultura. Y además, nunca fui de transar."

Juana Bignozzi


Le entrego mi nombre a la vida que sube

Detrás de estos juegos de inteligencia
detrás de nosotros, que estamos en lo que podemos,
que sólo manejamos vasos al borde de la lluvia
vinos amicales,
fosforescencias del mar tienen su nombre,
que yo sólo puedo decir a través de ojos lánguidos,
sonrisas tristes mi amor devastado.
Tan pobres que éramos,
y ahora los que vienen de Cuba, los que van hacia Cuba,
entran en mi lenta ternura de mujer que vive junto a un río
hacen insoportable nuestra miseria.

Juana Bignozzi



Nocturno

la luz de mis amigos en las cenas en mi ciudad
el perro de Anouilh que siempre aúlla para mí
casas de barrio a oscuras cazadores de lavabos de estación
mi amiga comprándome vino en el kiosco
un avión esperando para encender los motores

Juana Bignozzi


"Yo nunca me planteé teóricamente ser una poeta ni nada de eso. Escribía; escribía muy bien. En la escuela hacía las mejores composiciones, pero no asociaba eso con la literatura. Después en el último año del secundario, a los diecisiete, empecé a escribir algo que sería lo que ahora llaman “textos”. Se lo di a mi profesora de francés -yo hacía libre los últimos dos años de la Alliance con una profesora francesa-. Se los di y le dije “Mire, mademoiselle -vos viste que a las francesas se les dice ‘mademoiselle’ así tengan cien años-, yo escribo esto”. Y a la clase siguiente ella vino y me dijo “Ah, mon enfant, ca c’est de la poèsie”. Y yo dije: “Esta es una mujer muy excéntrica”. En el Buenos Aires del cincuenta y pico ella era como una flor exótica. Era rara en la manera de vestirse, de hablar, de todo. Entonces yo dije: “Mademoiselle es rara, no hay que hacerle caso”. Pero después empecé a vincularme más con el partido comunista, y entonces empecé a conocer poetas, y a engancharme en esto de la poesía. Mi entorno natural empezaron a ser los poetas, como siguen siendo ahora. Uno tiene la sociabilidad de su profesión. Yo soy muy amplia en mis amistades, pero tampoco conozco tanta gente; no voy a una fábrica, no trabajo en una oficina; estoy limitada a mi sociabilidad, que es la de mi profesión. Por otra parte, yo nunca sentí el problema de no publicar, publiqué enseguida, a los veintiún años. Y estuve siempre rodeada de gente que me trataba y consideraba como poeta, y así seguí. Yo no tengo, como muchos amigos y compañeros de la profesión, mucha ansiedad por la poesía. Yo sé que soy poeta y escribo siempre.  Publico poco y selecciono mucho, pero escribo mucho. Y todo eso de la angustia de la hoja en blanco no lo conozco. Para mí la poesía ha sido en la vida un recurso natural. Yo no tengo esas angustias del alma. Y quizás eso atente contra mi imagen y mi trascendencia como poeta. No he tenido nunca conflictos para imponerme; no he tenido que luchar en contra de mi casa por ser poeta. Nunca me dijeron algo así como “Vos estás loca, querés ser poeta”. A mí eso no me paso, por suerte. Y la poesía me es muy natural."

Juana Bignozzi


"...yo sueño por las noches con un jardín inmenso 
donde los muertos se levantan para saludarme..."

Juana Bignozzi







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