Fuera de aquí

Pueden privarme del canto de los pájaros
despojarme de la luz y
de mi despreocupado reír,
impedirle a mis manos tocar
a quienes amo,
arrancarme la tierra bajo mis pies
romper mi cuerpo en dolorosos fragmentos,
convertir los árboles en muros,

pero no pueden impedirme
cavar un túnel
en mi corazón
que conduzca fuera de aquí.

Agneta Falk
Traducción: Hans Leopold Davi


La reina trancilla

Envuelta en harapos 
sobre una acera 
en North Beach 
duerme a merced de 
los elementos 
penetrantes ojos azules 
entre un rostro abrasado por el clima 
con una voz semejante a 
un eco salido de un tonel 
de purísima seda. 
Eres tú ante ti quien me inclino 
para escuchar  
esos destellos sueltos 
como pájaros salvajes 
tan sencillamente complejos 
tan deslumbrantes en su vuelo 
desde tu paladar. 
Sea cual sea el giro
que le des a tu historia 
desde cualquier trono 
donde hayas ascendido
nosotros estamos de rodillas 
ante el centelleo de tu mandato 
mientras le adviertes a unas jovencitas 
cómo deletrear Nietzsche. 
Danzarina sin hogar 
con toda la parafernalia 
de luz y viento 
hilando un universo
desde un adoquín
de puro genio.

Agneta Falk


Otredad

No es porque no te ame 
que no puedo verte la cara, 
es sólo que no puedo encarar tu rostro 
sin eliminar el mío. 
Cuando me miras, me volteo  
De modo que apenas note tus ojos. 
Si sólo pudiese mirarte 
sin que tú me miraras, 
podría comenzar a verte, descubrir 
la curva de tus labios, semejante a  
la mía; que sobre la cuesta de tus 
mejillas corre un río tan profundo y oscuro  
como uno junto al cual crecí, tan bajo  
y seco. Y tal vez, si te atrevieras a 
volver la mirada hacia mí y 
vieras tus lágrimas 
llenando mis ojos, podríamos empezar 
a reemplazar ese infinito  
miedo con amor.  

Agneta Falk









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