La cuestión matrimonial

Ser esclava de Hombre Blanco.

Hombre Blanco ser benévolo a veces, sí, sí
pasa el aspirador y juega a la baraja
con los niños los días de Fiesta.

Hombre Blanco no tolerar descuidos
y blasfemar con palabras terribles
muchos días.

Hombre Blanco no tolerar descuidos.
Hombre Blanco no aguantar Comida frita.
Hombre Blanco no tolerar frase Tonta.
Hombre Blanco tener gran ataque de nervios
tropezar botas de los niños.

Ser esclava de Hombre Blanco.

Parir hijos de Otro Hombre.
Parir hijos de Hombre Blanco.
Hombre Blanco ocuparse de todo
mantener todos los niños.
Jamás poder pagar Gran Deuda
a Hombre Blanco.

Hombre Blanco ganar Dinero en su Trabajo.
Hombre Blanco comprar Cosas.
Hombre Blanco comprar esposa.

Esposa fregar platos.
Esposa lavar ropa sucia.
Esposa ocuparse basuras.
Ser esclava de Hombre Blanco.

¿Hombre Blanco pensar muchos Pensamientos volverse loco?
Ser esclava de Hombre Blanco.
¿Hombre Blanco emborracharse romper Cosas?
Ser esclava de Hombre Blanco.

¿Hombre Blanco cansarse viejos pechos viejo vientre?
¿Hombre blanco cansarse vieja esposa
mandarla al Infierno?
¿Hombre Blanco cansarse hijos de Otro Hombre?

Ser esclava de Hombre Blanco.

Arrastrarse de rodillas
mendigar
ser esclava de Hombre Blanco

Sonja Åkesson


"No conozco ningún camino.
Permanezco (de pie sentado tumbado) en el desorden
entre desechos (en mi imaginación)
voy retirando cosas de aquí
para allá
“ordeno”.
Tendré que seguir haciéndolo hasta que muera."

Sonja Åkesson



"¿Que si el trabajo es monótono?
Sí, claro que puede ser monótono.
Asesino del espíritu,
se podría decir sin exagerar."

Sonja Åkesson



"Soy sueca.
Tengo tarjeta sanitaria.
Lloro en mi cuarto.
Moriré de cáncer."

Sonja Åkesson


Una carta

¡Hasse!
¡Hans Evert!

¿Te acuerdas de mí?

No fui tu primera chica

claro

pero tu fuiste mi primer chico.

Ibas constantemente en la bici, una Rambler,

y llevabas la gorra en la nuca

y yo iba en la barra con mi abrigo rojo

y a veces en la parrilla.

Una tarde nos caímos en la cuneta.

Qué canciones cantabas.

Ya entonces eran viejas:

“A casa de mi chica

tarde o temprano

me lleva el camino

a casa de mi chica

que escribe

que me quiere”

aún oigo tu voz con precisión:

azafrán y canela y unos granos de mostaza

y tú desafinabas un poquito en todos los tonos.


Tu hermana estaba gorda y se llamaba Jenny


Cuando empezamos tú tenías 17 años y yo —

no, no me atrevo a decirlo.

Podrías acabar en la cárcel.

Tú estabas siempre bronceado por el sol.

Luego llegó la movilización.


¿Recuerdas aquella cabaña de la orilla del lago azul

con el gallo y el gato y los abedules?

Imagínate que viviésemos allí ahora.

Yo hubiese tenido un montón de críos

que se lavarían en una palangana

en la cómoda

antes de ir a la catequesis dominical.

Tu hermana, la gorda Jenny,

hubiese sido mi cuñada.
Pero no hubiese tenido suegra.


Tu padre la había matado de un tiro

y luego se había cortado el cuello

con una navaja de afeitar.

Una vez me enseñaste una foto de ellos.

A veces te emborrachabas un poco.

Entonces ponías en el manillar

ramilletes de jazmín

o ramitas de peral en flor.

Una vez te lo hiciste

con otra chica.

Cuando enloqueció tu padre te escondiste en un

armario.

Él también había pensado matar a tiros a los hijos.

Yo mentía todas las noches.

Nunca había mentido antes.

Cuando mentía hacía como

si yo no fuese yo.

Simulaba que era un sueño.

Pretendía que ni siquiera era yo

la que soñaba.

Mi madre tenía un olor ligeramente acídulo.

Se le había caído el pelo.

Ella lloraba

y yo también lloraba convulsivamente

aunque sólo era un sueño,

y aunque tampoco era yo la que soñaba.

Todos los días eran un solo sueño.

Una noche mi madre se sentó con abrigo y sombrero.

Imagínate que lo hubiesen hecho,

quiero decir si me hubiesen echado de casa.

Imagínate, yo que lloraba reclamando a mi madre

desesperadamente
cuando sólo llevaba una semana en casa de la prima Ruth.

Tú eras bueno con los niños.

Y no quiero decir nada irónico.

Yo no era un niño.

Tú eras muy bueno con los hijos del campesino.

Tú eras también bueno con la vieja señora de la

limpieza.

La gente decía que eras bueno con los hijos del

campesino

y con la vieja señora.

“Un saludo con el viento quiero yo enviar

a mi padre y a mi madre y la chica de mi lugar”

Cuando cantabas te subía y bajaba la nuez.

Tú padre llevaba mucho tiempo sin levantarse,

paralítico,

creo que a raíz de un accidente.

Tu madre estaba muy guapa en la foto.

Luego estalló la guerra

y durante varios años

no fui la chica de nadie en particular.

Durante algunos años no mentí nunca.

Más adelante te hiciste de los de Pentecostés

y te casaste, bastante rico

con una chica, con finca, también de Pentecostés.

Te encontré una vez.

Le habías pedido perdón a Dios, dijiste.

Me sonó bastante estúpido.

Sabía que me deseabas.

¿Cuántos años puedes tener ahora?

¿45?

¿Sigues en la congregación redimido?

¿Crees que tu padre estará en el infierno?

¿Hueles todavía un poco a caballo?

Aunque seguramente tendréis tractor.

Sonja Åkesson- Suecia
Traducción: Francisco J. Úriz



"Yo fui una mocosa típica.
Hice túneles debajo de la nieve.
Estuve sentada bajo la nieve que dejaba caer un manzano
esperando el Juicio Final (…)"

Sonja Åkesson






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