Nocturno

La noche es la inviolada vestal de negros ojos
que los misterios vela. Los astros son las gotas
del lloro con que anhela regar flores ignotas
en su alma enamorada de un mito hecho de antojos.
La fuente es carcajada. Las nubes son despojos.
Y la vivaz estela de fuego que remotas
regiones cruza y riela, fuga es de dichas rotas.
La luna es una hada. Las nieblas son enojos.
Los céfiros son notas. La sombra es una amada
que otorga sin sonrojos caricia que consuela.
Los ruidos son derrotas. Bandera tremolada
la paz es… ¡Yo, de hinojos en fango que me hiela,
soy roca sin gaviotas por olas azotada…!
¡Y mi alma, en mis abrojos, es águila que vuela!

Roberto Argüelles Bringas


Ventarrón

"El bóreas, como un poeta sañudo que va de viaje
al llegar de la montaña, los torrentes de armonía
de su inspiración extraña desata en la vega umbría,
en la azul linfa discreta y en el fondo del boscaje.

Ya ante la ruina escueta gime un cántico salvaje;
ya el ameno prado baña con furiosa gritería;
bien sacude encina huraña con injuria ronca y fría;
¡bien en la techumbre reta convulsivo de coraje!

¡Con su plectro imparte azotes! ¡Y al herir las cuerdas flojas
de liras de árboles huecos de dolor arranca voces
que se pierden dando botes...! ¡y vibrar hace congojas

que en gritos roncos y secos, como en corceles veloces,
huyen, de sus raudos trotes rugiendo entre yertas hojas,
como apóstrofes, los ecos que lastiman, como coces!"

Roberto Argüelles Bringas




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