"25. 7. 1862. Siguiendo por la izquierda del Nilo, aguas arriba y a considerable distancia de la orilla, llegué a un lugar cubierto de maleza y de plantaciones de plátanos. Nango, un antiguo conocido, nos enseñó las cercanas cataratas del Nilo eran de una belleza extraordinaria, pero muy turgentes. El agua corría profunda entre las orillas, cubiertas de delicadas hierbas de entre las cuales se alzaban acacias de hermosas flores y guirnaldas de magnificas campanillas de color lila. De trecho en trecho, donde el suelo sobresalía de los rápidos, podían verse manchas peladas de tierra de un rojo intenso. Velase también el agua, detenida por un dique natural, semejante a enorme balsa de molino, turbia y oscura y donde dos cocodrilos se agitaban en busca de alguna presa. Desde las altas orillas veíamos en el fondo una cadena de pequeñas islas cubiertas de bosque salpicadas constantemente por el choque de las aguas que se partían al llegar al obstáculo, formando a su vez nuevos rápidos. El conjunto era casi irreal, legendario y más romántico -he de confesar que mis pensamientos daban este singular salto- que todo cuanto yo había visto hasta entonces, excepto en el teatro. Realmente aquél era el preciso lugar donde en una noche de luna, los bandoleros, después de atravesar el río saltando temerariamente de roca en roca, se reunirían para concertar alguna tragedia horrible. Incluso los wanguana parecían arrobados en la contemplación de la belleza única del panorama; ninguno de ellos pensaba en moverse hasta que el hambre nos recordó que llegaba el crepúsculo y que era cosa de volver al campamento. [...] Fuimos bien recompensados, pues las 'piedras', como llaman los waganda a las cataratas, constituían el espectáculo más interesante, sin comparación, de cuantos me ha proporcionado el África. Todos corrían para contemplarlo, a pesar de que la marcha había sido larga y extenuante; hasta mi cuaderno de dibujo fue puesto a contribución. La vista era maravillosa, pero no precisamente la que yo había esperado, pues la vasta extensión del lago quedaba oculta por un promontorio montañoso y los rápidos, que tendrán unos 12 pies de profundidad y de 400 a 500 de anchura, se hallaban cortados por las peñas. Con todo era un panorama que cautivaba horas enteras: el rugido del agua, los millares de peces avanzando veloces y saltando la catarata con toda su fuerza, los pescadores wasoga y waganda que, llegados en botes, se hablan situado con sus anzuelos y arpones en todos los puntos propicios, los hipopótamos y cocodrilos dormitando en el agua, las balsas trabajando aguas arriba de los rápidos, y los ganados, conducidos al abrevadero en la orilla del lago: todo eso me ofrecía la amable naturaleza del país -colinas diminutas cubiertas de altas hierbas, árboles en los valles y jardines en las laderas-, un cuadro tan múltiple y variado que no había más que pedir."

John Hanning Speke
Cita tomada de la página http://www.mcnbiografias.com


"El león, sin embargo, rara vez se escucha y mucho más raro se ve."

John Hanning Speke


"El Nilo ha sido fijado. La expedición había dado cima a su misión. Yo había visto que el viejo padre Nilo sale sin duda del Victoria-Nyanza y que el lago, tal como había ya predicho, es la gran fuente del río sagrado. Me entristecía, sin embargo, el pensamiento de las cosas que me había perdido por causa de las vacilaciones durante el camino y de que me había privado del placer de avanzar hasta el ángulo NE del lago, para cerciorarme de la comunicación existente, por la 'ruta' tan frecuentemente mencionada, con el otro lago, del cual extraen los waganda la sal y que parece dar nacimiento a otro río que fluye hacia el N. Pero en el fondo comprendía que debía darme por satisfecho con lo que me había sido dado conseguir. Había visto toda una mitad del lago y poseía sobre la otra mitad informes tan completos que mi conocimiento del lago era perfecto, cuando menos por lo que afectaba a cuestiones fundamentales de importancia geográfica."

John Hanning Speke
Cita tomada de la página http://www.mcnbiografias.com









No hay comentarios: