Ahora sólo tienes una vida...

Ahora sólo tienes una vida

bajas las escaleras
agitas tu pregunta como un pañuelo blanco
quedan sobre el tablero
peones poco ágiles y fichas sin valor

has desmigado el pan
has dejado que el agua te escurra entre los dedos
¿te das cuenta?
ahora sólo tienes una vida

vuelves a oír la voz del visitante
no la dejes morir
abre la puertecilla de su jaula
permite que acompañe a la bandada de los estorninos
la belleza
asoma en las rendijas de este gesto imposible
su rastro es tortuoso y su fulgor
alumbra hasta el abismo sin lámpara ni estrella

pero toda ella cabe
en el cielo minúsculo
de tus manos vacías

Esperanza Ortega
De "Mudanza" 1994


Aún no había camino...

Aún no había camino

ni la emoción del hombre no evocado
por lenguas familiares

pero tú reclamabas una forma
un pliegue duradero
tan quieta
debajo del templete

el hilo solo
sin aguja

y un retal en tus manos

Esperanza Ortega Martínez


En la hora desnuda...

En la hora desnuda
sólo eso
un segundo de luz y paraíso

de aquellos que la amaron
sabe los rostros mudos y su temblor de ala
todos
juntos
abran el cofre y vea ella
esos diamantes escondidos

libres
al fin del cepo las palabras
que mansamente caigan esos copos
de nieve

sin red
en un segundo blanco
sobre el regazo de su mirada cobijados

de par en par
las dos puertas abiertas

sólo
un paso
decir adiós así

que el saco no se cierre
sin librarle a la voz de sus cadenas

tacto
y aire

encuentre allí esa voz
sus zapatos perdidos

al fin cerrado el círculo del mundo

en la hora desnuda
sólo
eso
un segundo de luz
y paraíso

Esperanza Ortega


"Todo espera, menos aquel perfume de las rosas
rendidas a la sombra de tu mano..."

Esperanza Ortega


Voces...

Voces
que no dicen su nombre

el mar
absorto
casi moja tus pies

nadie recoge la queja de los pájaros
que mueren en la arena

-ahora no eres tú-

voces
de niños que no encuentran
una mano perdida

les oyes crepitar

¡no abras los ojos!

Esperanza Ortega


Y cómo amarnos ya... 

¿Y cómo amarnos ya 
allí donde el amor 
moría tantas veces. 

¿cómo resucitar tu aliento 
sepultado?

oasis 
imaginas

¿en el abrazo es eso 
lo que nos une?

saber que estamos solos 
y que el alba 
que bebemos los dos en nuestras bocas 
es el fruto del sueño 
coincidente

la frescura tenaz de un espejismo

Esperanza Ortega








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