"Al gran escritor se lo descubre en páginas que no publica."

Stéphane Mallarmé


Angustia

Hoy no vengo a vencer tu cuerpo, oh bestia llena
de todos los pecados de un pueblo que te ama,
ni a alzar tormentas tristes en tu impura melena
bajo el tedio incurable que mi labio derrama.

Pido a tu lecho el sueño sin sueños ni tormentos
con que duermes después de tu engaño, extenuada,
tras el telón ignoto de los remordimientos,
tú que, más que los muertos, sabes lo que es la nada.

Porque el Vicio, royendo mi majestad innata,
con su esterilidad como a ti me ha marcado;
pero mientras tu seno sin compasión recata

un corazón que nada turba, yo huyo, deshecho,
pálido, por el lúgubre sudario obsesionado,
¡con terror de morir cuando voy solo al lecho!

Stéphane Mallarmé
Traducción de Andrés Holguín


Aparición

La luna se entristecía. Serafines llorando
sueñan, el arquillo en los dedos, en la calma de las flores
vaporosas, sacaban de las lánguidas violas
blancos sollozos resbalando por el azul de las corolas,

Era el día bendito de tu primer beso.
Mi ensueño que se complace en martirizarme
se embriagaba sabiamente con el perfume de tristeza
Que incluso sin pena y sin disgusto deja
el recoger de su sueño al corazón que lo ha acogido.

Vagaba, pues, con la mirada fija en el viejo enlosado,
cuando con el sol en los cabellos, en la calle
y en la tarde, tú te me apareciste sonriente,
y yo creí ver el hada del brillante sombrero,
que otrora aparecía en mis sueños de niño
mimado, dejando siempre, de sus manos mal cerradas,
cien blancos ramilletes de estrellas perfumadas.

Stéphane Mallarmé


Brisa marina

Leí todos los libros y es, ¡ay! , la carne triste.
¡huir, huir muy lejos! Ebrias aves se alejan
entre el cielo y la espuma. Nada de lo que existe,
ni los viejos jardines que los ojos reflejan,
ni la madre que, amante, da leche a su criatura,
ni la luz que en la noche mi lámpara difunde
sobre el papel en blanco que defiende su albura
retendrá al corazón que ya en el mar se hunde.
¡Yo partiré! ¡Oh, nave, tu velamen despliega
y leva al fin las anclas hacia incógnitos cielos!
Un tedio, desolado por la esperanza ciega,
confía en el supremo adiós de los pañuelos.
Y tal vez, son tus mástiles de los que el viento lanza
sobre perdidos náufragos que no encuentran maderos,
sin mástiles, sin mástiles, ni islote en lontananza…
Corazón, oye cómo cantan los marineros!

Stéphane Mallarmé
Traducción de Andrés Holguín



"Decirle al pintor que pinte a la naturaleza como es, vale lo mimos que decirle al músico virtuoso que se siente sobre el piano."

Stéphane Mallarmé

"El acto poético consiste en considerar repentinamente que una idea parte en varios motivos de igual valor y agrupados, rimen."

Stéphane Mallarmé



"El derecho a no realizar nada excepcional o que contraríe vulgares conductas lo paga cada cual con su omisión, de él, y hasta diríamos que con su muerte, en tanto que él."

Stéphane Mallarmé



El Infortunio

Por sobre el ganado aturdido de los hombres
Brincaban en claridades las salvajes melenas
De los mendigos del azur el pie en nuestros caminos.

Un negro viento sobre su marcha desplegado en pendones
La flagelaba con tal frío hasta la carne,
Que en ella hendía también irritables surcos.

Siempre con la esperanza de encontrar el mar,
Viajaban sin pan, sin bastones y sin urnas,
Mordiendo el limón de oro del ideal amargo.

La mayoría jadeaba en los desfiles nocturnos,
Embriagándose de dicha al ver manar su sangre,
¡Oh Muerte, el único beso en las bocas taciturnas!

Su derrota se debe a un ángel muy poderoso
De pie en el horizonte en la desnudez de su espada:
Una púrpura se coagula en el seno que lo reconoce.

Ellos maman el dolor como mamaban el sueño
Y cuando van ritmando llantos voluptuosos
El pueblo se arrodilla y su madre se levanta.

Aquellos son consolados, seguros y majestuosos;
Pero arrastran a su paso cien hermanos escarnecidos,
Irrisorios mártires de azares tortuosos.

La misma sal de las lágrimas roe su dulce mejilla,
Ellos comen ceniza con el mismo amor,
Pero vulgar o bufón, que el destino que los apalea.

Ellos podían excitar también como un tambor
La servil piedad de las razas de voces apagadas,
¡Iguales de Prometeo a quienes falta un buitre!

No, viles y asiduos de los desiertos sin cisterna,
Ellos corren bajo el látigo de un monarca rabioso,
El Infortunio, cuya risa inaudita los prosterna.

¡Amantes, él monta en la grupa de a tres, el desprendido!
Luego, franqueado el torrente, te zambulle en un charco
Y deja un terrón fangoso de la blanca pareja nadadora.

Gracias a él, si alguien sopla su extraña caracola,
Unos niños nos retorcerán en una risa obstinada
Y, con el puño en su culo, remedarán su fanfarria.

Gracias a él, si la urna adorna puntualmente un seno marchito
Con una rosa que núbil lo vuelve a encender,
La baba brillará sobre su ramillete maldito.

Y este esqueleto enano, tocado con un fieltro con plumas
Y con botas, cuya axila tiene por pelos verdaderos gusanos,
Para ellos es el infinito de la vasta amargura.

Vejados, ellos no provocarán al perverso,
Su espada rechinante sigue el rayo de la luna,
Que nieva en su armazón y que pasa a través.

Desolados sin el orgullo que consagra la desdicha,
Y tristes de vengar sus huesos de los picotazos,
Ellos codician el odio en lugar del rencor.

Ellos son la diversión de los malos tañedores de rabeles
De los muchachos, las putas y de la vieja ralea
De andrajosos que danzan cuando la jarra se ha secado.

Los poetas buenos para la limosna o la venganza,
Que no conocen el mal de estos dioses eclipsados,
Los llaman aburridos y sin inteligencia.

«Ellos pueden huir, teniendo suficiente de cada hazaña,
Como un caballo virgen espuma tempestades
En lugar de partir en galopes acorazados.

Embriagaremos de incienso al vencedor en la fiesta:
Pero ellos, ¡por qué no vestir a esos comediantes
Con harapos escarlatas que vociferan que nos detengamos!»
Cuando de frente todos les han escupido los desdenes,

Inútiles y con la barba con palabras bajas implorando el trueno,
Estos héroes hartos de malestares bromistas
Van ridículamente a colgarse de una farola.

Stéphane Mallarmé




"El mundo fue hecho para dar lugar a un libro hermoso."

Stéphane Mallarmé


"El pensamiento es donde las palabras deben dormir mucho tiempo, con el fin de nacer nuevas y puras."

Stéphane Mallarmé


“¡El virgen, el vivaz y el hermoso hoy
va acaso a desgarrarnos con un golpe de ala ebrio
este lago duro olvidado que persigue bajo la escarcha
el transparente glaciar de los vuelos que no han huido!…”

Stéphane Mallarmé


"Escribir es poner negro sobre blanco."

Stéphane Mallarmé


“Gozar, como la multitud, del mito, incluso en toda su banalidad, qué reposo.” 

Stéphane Mallarmé



Instancia

Ha tiempo que he soñado, Duquesa, ser la Hebe
que en jícara ríe si a tu beso se entrega.
Yo no estoy en el Sèvres en que tu boca bebe,
pues no soy más que un vate que ni aun abate llega.

Rubia que a quien te peina, tu divino oro mueve
a obras de orfebrería, puesto que éste no alega
méritos y consigue que tu mirada leve
desdeñe los bombones y el gozquejo que juega,

nómbrame del rebaño de tus almibaradas
sonrisas, que cual blancas ovejas amansadas
pacen en corazones y balan indecisas.

Nómbrame… que Boucher me pintará en un rosa
abanico, arrullándolas con mi flauta amorosa.
Nómbrame a mí, Duquesa, pastor de tus sonrisas.

¡Vaya una inapreciable flor de estufa!
¡Y de cuán gentil manera está cortada!
De la poderosa mano del maestro artificio que forjaba.

Stéphane Mallarmé



"(..) Invento una lengua que debe brotar, necesariamente, de una poética muy nueva."

Stéphane Mallarmé


“La búsqueda de la verdad, característica de los artistas modernos, que les permite mirar la naturaleza y reproducirla tal como aparece a simple vista, puede conducirles a adoptar casi en exclusiva el aire como su medio, o en todo caso a trabajar sobre él con libertad y sin restricciones. Al revivir este medio, debería producirse por lo menos un incentivo para desarrollar una nueva manera de pintar. Este es el resultado de nuestro razonamiento, y la conclusión que quiero dejar sentada. Como ningún artista tiene en su paleta un color transparente y neutro que responda al aire libre, el efecto deseado sólo puede obtenerse por la suavidad o pesadez de la pincelada, o por la dosificación del tono. Ahora Manet y su escuela utilizan el color sencillo, fresco, o dispuesto con ligereza, y parece haber alcanzado el resultado apetecido al primer intento, de modo que la omnipresente luz se mezcla con todas las cosas y las vivifica. Por lo que a los detalles del cuadro se refiere, nada debería fijarse de modo absoluto, de tal manera que podemos sentir el brillo que ilumina el lienzo, o la diáfana sombra que lo vela como si sólo se vieran de pasada. Y cuando el espectador capta lo representado, compuesto de una armonía de luces reflejadas y en perpetuo cambio, no cree ver siempre lo mismo, sino algo que palpita de movimiento, de luz y de vida.”

Stéphane Mallarmé



"La literatura enfrenta una exquisita crisis, aquí, fundamental.
Quien le otorga a esta función un lugar, o el primero, reconoce, en ello, el dato actual: asístese a, como final de un siglo, y no como lo fuera en el pasado, trastornos; pero, fuera de la plaza pública, a una inquietud de velo en el templo con significativos pliegues y, algo, a su rasgadura.
Un lector francés, interrumpidos sus hábitos a la muerte de Victor Hugo, no puede sino desconcertarse. Hugo, en su misteriosa tarea, rebajó toda la prosa, filosofía, elocuencia, historia, al verso y, como él era el verso en persona, embargó en quien piensa, discurre o narra, el derecho a pronunciarse, casi. Monumento en tal desierto, con el silencio lejos — en una cripta, así, la divinidad de una majestuosa idea inconsciente, a saber: que la forma llamada verso es, simplemente, ella misma, la literatura; que verso hay tan pronto se acentúa la dicción, ritmo, desde que hay estilo. El verso, creo, esperó respetuosamente que el gigante que lo identificaba a su mano tenaz y siempre más firme de herrero, faltara; para, él, quebrarse. Toda la lengua, ajustada a la métrica, velando sus pausas vitales, se evade, de acuerdo a una disyunción libre de miríadas de elementos simples; y, lo indicaré, no sin cierta similitud con la multiplicidad de voces de una orquestación, que persiste: verbal.
La variación data, de ahí, si bien, por lo bajo y por anticipado, inopinadamente preparada por Verlaine, tan fluido, de vuelta a primitivos deletreos.
Testigo de esta aventura, en la que se me quiso asignar un papel más eficaz, que a nadie conviene, yo dirigía, al menos, mi ferviente interés, y, es tiempo ya de
hablar, a distancia preferentemente, tal como ello fuera, anónima, casi.
Concordarán que la poesía francesa, por la primacía encantatoria dada a la rima, en su evolución hasta nosotros se da a calar intermitente: brilla un lapso, lo
consume y espera. Extinción, más bien, usura del mostrar la trama, inútil insistencia. La urgencia de poetizar, por oposición a variadas circunstancias, hace, ahora, tras uno de esos orgiásticos excesos periódicos de casi un siglo, comparable al único Renacimiento, o el giro imponiéndose de sombra y enfriamiento."


Stephan Mallarmé
Crisis de verso



“La palabra relaciona a los pueblos.” 

Stéphane Mallarmé


“La poesía es la música de las palabras.” 

Stéphane Mallarmé


“La poesía está hecha con palabras.”

Stéphane Mallarmé



La tumba de Edgar Poe

Tal como al fin el tiempo lo transforma en sí mismo,
el poeta despierta con su desnuda espada
a su edad que no supo descubrir, espantada,
que la muerte inundaba su extraña voz de abismo.

Vio la hidra del vulgo, con un vil paroxismo,
que en él la antigua lengua nació purificada,
creyendo que él bebía esa magia encantada
en la onda vergonzosa de un oscuro exorcismo.

Si, hostiles alas nubes y al suelo que lo roe,
bajo-relieve suyo no esculpe nuestra mente
para adornar la tumba deslumbrante de Poe,

que, como bloque intacto de un cataclismo oscuro,
este granito al menos detenga eternamente
los negros vuelos que alce el Blasfemo futuro.

Stéphane Mallarmé


Las cuatro estaciones

1. Resurgir

Primavera enfermiza tristemente ha expulsado
Al invierno, estación de arte sereno, lúcido,
Y, en mi ser presidido por la sangre sombría,
La impotencia se estira en un largo bostezo.

Unos blancos crepúsculos se entibian en mi cráneo
Que un cerco férreo ciñe como a una vieja tumba
Y triste, tras un sueño bello y etéreo, vago
Por campos do la inmensa savia se pavonea.

Luego caigo enervado de perfumes arbóreos,
Cavando con mi rostro una fosa a mi sueño,
Mordiendo el suelo cálido donde crecen las lilas,

Espero que, al hundirme, mi desgana se alce…
-Mientras, el Azur ríe sobre el seto y despierta
Tanto pájaro en flor que al sol gorgea-.

2. Tristeza de verano

El sol, sobre la arena, luchadora durmiente,
Calienta un baño lánguido en tu pelo de oro
Y, consumiendo incienso sobre tu hostil mejilla,
Con las lágrimas mezcla un brebaje amoroso.

De ese blanco flameo esa inmutable calma
Te ha hecho, triste, decir -oh, mis besos miedosos-:
«¡Nunca seremos una sola momia
Bajo el desierto antiguo y felices palmeras!»

¡Pero tu cabellera es un río tibio,
Donde ahogar sin temblores el alma obsesionante
Y encontrar esa Nada desconocida, tuya!

Yo probaré el afeite llorado por tus párpados,
Por ver si sabe dar al corazón que heriste
La insensibilidad del azur y las piedras.

3. Suspiro

Mi alma hacia tu frente donde sueña
Un otoño alfombrado de pecas, calma hermana,
Y hacia el errante cielo de tus ojos angélicos
Asciende, como en un melancólico parque,
Fiel, un surtidor blanco suspira hacia el azul.
-Hacia el Azur eternecido de octubre puro y pálido
Que mira en los estanques su languidez sin fin
Y deja, sobre el agua muerta do la salvaje
Agonía de las hojas yerra al viento y excava un frío surco,
Arrastrarse al sol gualda de un larguisimo rayo.

4. Invierno

¡El virgen, el vivaz y bello día de hoy
Da un aletazo ebrio va a desgarrarnos este
Lago duro olvidado que persigue debajo de la escarcha
El glaciar transparente de los vuelos no huidos!

Un cisne de otro tiempo se acuerda de que él es
Quien, aun sin esperanza, magnífico se libra
Por no haber cantado la región do vivir
Cuando ha esplendido el tedio del estéril inviemo.

Sacudirá su cuello entero esta blanca agonía
Por el espacio impuesto al ave que lo niega,
Mas no el horror del suelo que aprisiona al plumaje.

Fantasma que su puro destello a este lugar asigna,
Se aquieta en el ensueño helado del desprecio
Que entre su exilio inútil viste el Cisne.

Stéphane Mallarmé
Traducción de: Aníbal Núñez




"... las horas en que
 fuiste y no fuiste
 enfermo en
    primavera
 muerto en otoño."

Stéphane Mallarmé
Fragmento de Para una tumba de Anatole




"Lo sé, sólo somos inútiles formas de la materia, pero bien sublimes."

Stéphane Mallarmé


"Los gatos son seres hechos para almacenar caricias."

Stéphane Mallarmé


"Pido a tu lecho el sueño sin sueños ni tormentos con que duermes después de tu engaño, extenuada, tras el telón ignoto de los remordimientos, tú que, más que los muertos, sabes lo que es la nada."

Stéphane Mallarmé


"Nada pesa más que el cuerpo de una mujer a la que ya no se ama."

Stéphane Mallarmé
Tomada del libro Viaje a las puertas del infierno de Fermín Bocos, página 27



"No escribimos los poemas con ideas, sino con palabras."

Stéphane Mallarmé


"Nombrar el objeto es suprimir el mayor placer del poema, que es la felicidad de conjeturar poco a poco."

Stéphane Mallarmé


"Oh ninfas, recreemos el recuerdo diverso.
Mi vista, entre los juncos, miraba todo inmortal 
escote, que surgía en la onda su ardor banal;
y un grito de rabia al cielo del bosque dio; 
y el espléndido baño de cabellos desapareció
en las claridades y escalofríos ¡Oh joyas vividas! 
Yo corría; cuando a mis pies, entreví (heridas
por la languidez probada de ese mal de ser un par)
 durmientes entre sus solos brazos al azar:
 Yo las arrebataba, sin desenlazarlas, y volaría 
a ese macizo, odiado por la frívola sombra, 
de rosas agotando al sol todo perfume y miel, 
donde nuestro retozo en el día consumido con él.
 ¡Te adoro, furia virginal! oh delicia huidiza 
del sagrado fardo desnudo que se desliza 
para huir de mis labios en fuego ¡Cómo un neto 
destello estremecedor! De la carne el espanto secreto
de los pies de la inhumana al corazón de la tímida
que abandona a la vez la inocencia, lívida 
lágrima loca o de menores tristes vapores."

Stéphane Mallarmé
El fauno


"Pinta, no la cosa, sino el efecto que produce."

Stéphane Mallarmé


"Que como la gaviota, a las olas que ha rozado, lanza un eco jovial, una pluma del ala, ella dejó por doquier un dulce recuerdo de ella."

Stéphane Mallarmé


“…Sé que en la inmensidad de esta noche la Tierra
arroja un resplandor de misterio que yerra
a través de los siglos…”

Stéphane Mallarmé



"Tal como al fin el tiempo lo transforma en sí mismo, el poeta despierta con su desnuda espada a su edad que no supo descubrir, espantada, que la muerte inundaba su extraña voz de abismo."

Stéphane Mallarmé


"Toda alma es una melodía que se trata de volver a ensamblar."

Stéphane Mallarmé



"Todo, en el mundo, existe para acabar convirtiéndose en un libro."

Stéphane Mallarmé


“…tu cabellera es como un río tibio
Donde ahogar sin temblores la obsesión de nuestra alma…”

Stéphane Mallarmé

"Un poema es un misterio cuyo secreto debe buscarlo el lector."

Stéphane Mallarmé

"Y, quizás, los mástiles, invitando a las tormentas son los que un viento inclina sobre los naufragios perdidos, sin mástiles, sin mástiles, ni islas fértiles… ¡Pero, oh corazón mío, escucha el canto de los marineros!"

Stéphane Mallarmé










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