Antes de conocerte

Antes de conocerte, no lo dudes,
también ardía la noche,
juntando pequeñas llamas en los cuerpos,
incendios diminutos que no se propagaban,
y que en su crepitar alegre, dejaban
a su paso, su ceniza.

Antes de conocerte, no lo dudes,
mis manos utilizaban sus gestos más aparentes,
tocar, tomar, acariciar, asirse al aire,
y la formalidad pensaba en formas para usarlas,
como decir hola o adiós, en ciertas ocasiones.

Antes de conocerte, no lo dudes,
también vivía en mí esta nostalgia
que a nadie sé explicar y se produce,
que junta azúcar y anís, tan testaruda ,
para las noches del invierno
en que hace tanto frío.

Así que ya lo ves, yo soy la misma,
no te confundas,
nada ha cambiado en mi pequeño mundo,
ardo y voy juntando al chispear nuevas cenizas,
mis manos se agitan en el aire y acarician,
y esta nostalgia que no puedo explicar
y me acompaña, 
ya vivía en mí... antes de conocerte.

Carmen López

Conspiración

"Hay estaciones, como esta, en que se piensa la nostalgia, 
con esa niebla que dibuja todo en tintes grises, 
con las flores disecadas que guardan los cementerios 
o ese silencio,con que nos hablan, sólo algunas piedras, 
como esa sombra perdida del sueño de la que hablaba Ciorán; 
el sueño de una sombra que no alcanzará jamás la luz, 
y en estos sórdidos paisajes, bastos e inacabables del alma, 
una se echa la culpa hasta de los solsticios del invierno, 
sin tener, para nada, en cuenta, la teoría de los ejes de la tierra. 
La ropa se nos abraza al cuerpo como para buscar refugio, 
y se amontonan suspiros que parecen conspirar en contra nuestra, 
alfombras donde pisar en falso, avenidas desérticas por las que circular, 
y otras miles de trampas con que la memoria, ajusta su reloj a nuestro paso, 
para devolvernos una vacuidad, siempre, presente e inacabada, 
la melancolía es, en este caso, una aprendiz de niña, 
que nos mira con su cara perdida y bucólica, 
a horas luz de la nostalgia que quedó apresada a tu sonrisa."

Carmen López


Dices

Aquí he dejado una parte,
sólo átomos fragmentados de mis huesos,
esquirlas de un corazón inocuo,
el trote de un caballo asustado y sin jinete.

El aire es una ilusión vacua
que no llega a mis pulmones
y no siente piedad por todo el resto,
esa lluvia torrencial que nunca llega.

Dices que nadie llorará en esta tumba,
y yo no he pedido ni una lágrima,
a mí me enseñaron a contemplar estrellas
y el cielo es un antojo de inocentes.

Dices que después sólo está el vacío,
lo dices con el vaso nunca lleno
y es por eso que mi alma no te cree,
¿Qué diferencia hay en estar vivo?

Dices que el calor es apariencia,
momento que no llega o que se pierde,
con los puños llenos de nieve
construyes tu glaciar del hombre muerto.

Carmen López
























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