Aquellos que creíamos a nuestro lado

se sentaron solos
en el comedor
a respirar solos
todo el aire de las estancias
Nada importaban los de afuera
que bajo el cielo nocturno esperaban

la muerte del diablo
prendido a sus rostros
Fundamentalistas de arraigo
en la empresa del descorazone
Ellos no estaban con nosotros
remontando las olas
no hervían ni fermentaban los
tréboles en la poesía
Sólo comían y vomitaban después
el bermellón de su gula
Sólo comían como grandes poetas
abusaban de grandes palabras
incompatibles con lo egregio
se arropaban entre grietas domésticas

de sus destinos hastiados de hábitos
y regusto a fritanga
Enaltecerse encendiendo con fuerza

la flor de las uñas
las pinzas de fuego de sus garras
aferrándose al pan
No conocían el cuerpo abatido de
las amapolas de sus poemas
No saben usar las escobas
más que para barrer y barrer
lo que ya estaba bien limpio.

Olga Luis Rivero


Éxtasis burla furioso...

Éxtasis burla furioso
la inflamación y el dolor
Preciso decirlo encapuchado
en columnatas collados a mansos ríos
Qué angosto para respirar
este rincón atragantado
de redes escasas y mínimas cerdas
Pienso por la mañana
demasiado grandes
las divinidades y esos lobos
que construyen
jovial dolor en antiguas mansiones
y ardientes teas
bajo mis pies

Olga Luis Rivero



Cuántas veces
has estado como muerto
flotando en arrozales
Cuántos días sin acabar
ni empezar la saciedad
La sed al menos manifiesta
su dolor con todas sus fuerzas
Se es despreciable a cada instante
desgraciado huyendo eternamente
Muchos pensamientos
abandonan el barco
ante el hundimiento y los terrores
que florecen nada más nacer

sobre los mármoles maduros de oscuridad
El miedo a no emerger ya más
no saber ya si algo nos rescatará
como a veces hicieron los niños
en vasos de agua
salvando al náufrago
al agónico animalillo
de los brazos negros
despiadados de la asfixia
más cruel del ahogamiento

Olga Luis Rivero


Prometieron la hermosura perenne
tallada a mano de azares divinos
Mintieron mucho y siempre
Ya no nos pasman
con tanta rama quebrada por aires ridículos

los grandes árboles falsos
Ya no cuadran las cubiertas llanuras
de hechizo que nunca debimos pisar
Posar el pie sólo para impulsarnos
llevándonos lejos de aquí
Todo es un pobre escenario
que dura lo que un ocaso
un parpadeo de ave
aleteo de ojos hacia la oscuridad.

Olga Luis Rivero




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