Casi

Te alzas y llegas tibio, con paso tembloroso,
ojos fieros y llenos,
tu boca se entreabre a merced de la mía
y se detiene cuando el aliento se llueve
en humedad de labios recién inaugurados,
te respiro, presiento de tus manos el tacto;
torbellino que brota y secuestra mi espalda,
extenuación jugosa.

Romperás el silencio
de domingo enclaustrado que habita mis entrañas,
llegarán los espasmos
que desvelan lo humano con el instinto abierto
de siglos aturdidos.

Después, un solo beso —la pausa necesaria—
y nos parodiaremos fumando. Casi amándonos.

Paloma Corrales


En las cuerdas de la pasión

Aún puedo sentir calambres en mi vientre
y tu aliento envolviendo mi memoria,
mi saliva te llama tibia y exagerada.
Húmeda de placer camino en el exceso,
necesito tu boca, tu impaciencia,
la urgencia de tus manos y que tú
me cubras por completo, culminándome.

Paloma Corrales


Provocación

Dejo la prudencia, lo respetable,
lo políticamente correcto,
me entrego al reto necesario
de enfrentar lo ineludible
y sincronizar las aristas de tu cuerpo.

Me desnudo y te provoco
al silencio escondido, al exceso,
a seguir el rastro de la locura,
a buscarme en todas las negaciones
y a que muerdas mis pezones.

Hoy inauguro un oficio prematuro
y quiero que tu orgasmo estalle impuro

Paloma Corrales


Tu risa

En el principio fue tu risa
cristalina y madura,
después, lo inverosímil de tu tacto,
mi piel te codiciaba,
no para vincularse contigo,
sino para nacer en ti,

en el principio fue tu muda calma
de poderoso amante,
la vocación sumisa de tus ojos
todo lo inexplicable de la luz
que desprenden dos cuerpos
cuando se anhelan para recordarse
y esquivar la tragedia
de mirarse al espejo en soledad,

fue también la promesa
de no esperar la muerte ni la escarcha
y eclipsar el invierno
con la sangre y la sal de la utopía,

en el principio fue la risa...

Paloma Corrales




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