"Cuando la ola sabe que es mar
no necesita crecerse por encima de él,
ni necesita mover toda la arena de la playa,
le basta con batir en el instante
y retirarse después a formar parte
del todo al que pertenece.
Cuando la luciérnaga sabe que es luz
no necesita crecer por encima del sol,
ni necesita alumbrar toda la oscuridad,
se instala en mitad de un todo
que no alcanza a ver y alumbra
mientras dura la noche.
Ambas, la ola y la luciérnaga,
viven el gozo y la plenitud
como si fueran eternas.
Porque lo son."

Begoña Abad


"No sé si lo he dicho: mi madre es pequeña y tiene que ponerse de puntillas para besarme.
Hace años yo me empinaba, supongo, para robarle un beso. 
Nos hemos pasado la vida estirándonos y agachándonos para buscar la medida exacta donde podemos querernos."

Begoña Abad


Poesía y dignidad

"Voy a cumplir sesenta años.
De los sesenta, más de cuarenta
sólo era eso que en el DNI
ponía, de profesión, sus labores.
Los últimos catorce
he trabajado de portera
en una finca urbana.
Cuando friego, lo hago con dignidad
y cuando termino la tarea,
en ese mismo lugar,
escribo poemas
para defender la dignidad
de los más invisibles,
por si los que la perdieron
entre visas oro y el brillo del poder
quieren hacerles creer
que no tienen derecho a ella.
Cuando miro a los ojos,
cuando hablo, respiro o lloro,
lo hago también con dignidad."

Begoña Abad







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